━ Aunque la pequeña e introvertida niña este sufriendo, de su boca no saldría ninguna palabra, porque está herida.
Dónde después de una dolorosa muerte la vida de Seo Yewoo cambia para mal, y trata de encargarse de todos los problemas que su her...
— ¿Qué es lo que debo de hacer exactamente? — preguntó interrumpiendo el momento en el que su madre y los padres de su amiga hablaban de algo.
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Los siete chicos entraron a la casa algo incómodos. Los habían citado en la casa de la familia de Soodam, y aún no sabían el porque.
Para Ni-ki era difícil estar ahí, en dónde su amada vivía, así que breves recuerdos rondaban por su mente, abriéndole una herida que tanto le costaba cerrar.
— Sunghoon, ¿Qué hacemos aquí? Yewoo podría bajar y corrernos. — Jay habló sin medir sus palabras, a un nivel alto, tanto que se podría escuchar hasta la habitación de la chica, pero Yewoo no logró escuchar nada por estar distraída.
El pelinegro se sentó en el sillón frente a sus seis amigos, tenía sus manos cruzadas en seña de nerviosismo, pero al suspirar trató de calmarse y hablar.
— Uno: Yewoo no bajará, ella no sale de su habitación desde el funeral. — Comentó con voz baja, entonces Jake se removió incómodo, no estaba entendiendo nada. Su amigo les había mandado mensaje en su grupo rogándoles reunirse en la casa de Soodam, aunque no tenían nada que hacer ahí. ¿Cómo había logrado entrar? Recordaba que ellos se estaban escondiendo de los padres de su difunta amiga. — Dos: hay dos noticias que les tengo, pero sólo una me toca a mi contárselas, para la segunda, otras personas lo harán.
Heeseung movió su cuello con cansancio:
— ¿Qué es lo que nos vas a contar primero?
Sunghoon sonrió un poco, estaba alegre por lo que diría a continuación, solamente esperaba que sea igual de emocionante y feliz para los demás.
— Mi mamá habló con los padres de Yewoo, y aclararon que todo lo que ellos creyeron de nosotros era mentira. —tragó saliva al ver que los demás no cambiaban su mueca de incomodidad. — Entonces, nos dijeron que no tengamos miedo de que nos regañen o algo por el estilo, podremos ir a ver a Soodam con tranquilidad.
Ni-ki abrió sus ojos y preguntó.
— ¿Ya no vamos a brincar las rejas? — Sunghoon negó altanero. — ¿Es verdad? No me parece bien que juegues con esto, sabes que-
— Todo es real. — la voz del padre de Soodam se escuchó detrás de ellos. La pareja de casados entraron por la puerta con algunas bolsas en sus manos, Jungwon olió y resultó ser pollo frito. Su estómago gruñó y esperó a que nadie le haya escuchado, así que comenzó a acariciar su estómago pasando desapercibido. — Me quiero disculpar por creer cosas que no eran. Por favor, no sientan miedo cuando vayan a ver a mi hija, todos sus amigos pueden ir a verla.
Jay se levantó de un salto hacía el mayor, mirándole con una sonrisa. No esperó más y se lanzó a abrazar al señor Seo.
— Muchas gracias, de verdad, no sabe cuan importante fue Soodam para nosotros, nos daba mucha tristeza tener que ir de contrabando, pero ahora me siento mejor. Gracias señor Seo, gracias señora Im.— Cuando se dió cuenta de lo apresurado que fué, se deshizo del abrazo con vergüenza, entonces se fue a sentar de nuevo en el sillón.
— Ahora falta lo otro. — el tono de voz de Sunghoon fue bajando hasta sonreírle a la nada. Entonces el ambiente se volvió a poner tenso.
— Hay un problema, con Yewoo. — La suave voz de la madre de Soodam llegó a los oídos de todos.
Ni-ki rodó los ojos al escuchar el nombre de esa chica, no era que le cayera mal o algo por el estilo, pero nunca había tenido el placer de conocerla bien, porque siempre que él quería pasar tiempo a solas con Soodam, esa niña siempre se metía.
Ahora parecía que sus días estaban envueltos por el nombre de Yewoo.
— ¿Qué pasó con ella? — Sunoo sí lucía preocupado. Sus piernas estaban entrelazadas, y tenía sus manos encima de sus rodillas mostrando interés. — ¿Está bien? ¿No?
— Ella no sale de su cuarto desde lo de su hermana, solamente sale los fines de semana. No nos deja verla, y tampoco come algo, no revisa sus redes sociales, y su teléfono suena fuera de línea. Realmente tengo miedo... De que ella, pueda hacer algo parecido a Soodam. — La madre de las chicas ahogó un sollozo para no asustar a los chicos. — No he conocido otras personas por parte de Yewoo, así que cómo ustedes son sus amigos más cercanos, necesito que intenten que salga a comer por lo menos, que le hagan la compañía que nosotros no podemos.
Todo estaba bien, pero había un problema.
Ellos no eran amigos de Yewoo.
Todos excepto Sunoo tenían caras incómodas, no sabían que decir o que hablar, no tenían ni la más remota idea de que hacer.
Pero eso no fue lo peor.
Cuando Jungwon estaba a punto de hablar, un sonido seco se escuchó en el piso de arriba.
Entonces las nueve personas en la casa fueron hacía la habitación de la chica.
perdonen las faltas de ortografía <33
gracias a las personas que comentaron en el capítulo anterior, se los agradezco.