Capítulo 8

2.6K 396 114
                                    

La primera señal que tuvo Jiang Cheng de que Wei Wuxian había regresado a casa fue el sonido del dizi. No sabía qué era, pero luego escuchó a Wei Wuxian gritar. Se puso de pie y salió de sus aposentos, llegando al borde del patio justo a tiempo para ver a los soldados Wen supervivientes de rodillas. Atrapó la mirada de Wei Wuxian y sintió que las lágrimas le picaban en los ojos. Todo lo que pudo hacer fue asentir. Wei Wuxian asintió en respuesta.

Luego vio entrar a Jiang Yanli y corrió hacia adelante para abrazarla. 

—A-Jie, A-Jie estás bien, estás a salvo. Tú y- y...

Su respiración se atascó en su garganta cuando se dio cuenta de que estaba aplastando a un bebé entre ellos.

Un bebé.

Jin Ling.

—A-Ling, también —se atragantó y cayó de rodillas, incapaz de mantenerse de pie. No había borrado a su sobrino. No tenía idea de cómo existía todavía, cómo su hermana todavía habría tenido a su hijo. La idea de que ella tuviera que tener a su hijo sola mientras estaba en cautiverio era horrible, pero el niño estaba allí, estaba a salvo.

Jiang Yanli alisó el cabello de Jiang Cheng y lo abrazó con cuidado, acunando al bebé entre ellos. Jiang Cheng finalmente contuvo el aliento lo suficiente para estudiar al niño que aún no había conocido en este universo. No tenía la marca bermellón, lo que supuso tenía sentido, dadas las probables circunstancias de su nacimiento, pero por lo demás se veía exactamente como recordaba.

—Gracias —se atragantó con las palabras—. Wei Wuxian. Gracias. Lo siento.

—¿Ustedes dos ya se conocen? —Jiang Yanli preguntó gentilmente—. Me dijo que era nuestro hermano... que no recordamos.

Jiang Cheng miró hacia arriba. Miró a Wei Wuxian y este negó levemente con la cabeza y, en ese momento, Jiang Cheng se dio cuenta de que había mentido. No le había dicho a nadie que Jiang Cheng era responsable de todo esto. Hizo que el dolor en su garganta fuera aún peor, apenas podía hablar, presionando su rostro contra el hombro de Jiang Yanli. 

—S-Sí —logró decir, pero luego se dio cuenta de que no sabía cómo explicarlo.

Wei Wuxian sonrió y dijo alegremente: —¡Es bueno que Lan Zhan no me olvidara después de que los Wens me borraron! Pudo enviarle una nota a Jiang Cheng cuando estaban en la Ciudad Sin Noche para visitarlos a usted y a Zewu-Jun. Es por eso que Jiang Cheng hizo su viaje a Cloud Recesses después.

Jiang Cheng se aferró a su hermana y se odió a sí mismo con más intensidad de lo habitual. El hecho de que Wei Wuxian estuviera trabajando tan duro para defenderlo después de lo que había hecho hizo que quisiera encontrar un acantilado del que tirarse. 

—Gracias, Wei Wuxian —susurró de nuevo.

—¿Qué haremos con ellos? —Jin Zixuan interrumpió el momento haciendo un gesto a la media docena de soldados Wen que quedaron con vida.

—Lotus Pier tiene algunas celdas en las que se pueden colocar —dijo Wei Wuxian. Frunció el ceño y agregó—. Ah, Wen Ning, apuesto a que tuviste que entregar algún tipo de informe, ¿verdad? Y probablemente también le escribas a tu hermana, si te conozco. ¿Con qué frecuencia?

—Una vez al mes para el informe —dijo Wen Ning—, y una vez a la semana para mi hermana.

—Además, viene de visita una vez al mes —añadió Jiang Cheng—, aunque estuvo aquí hace unos días, así que tenemos algo de tiempo para averiguar cómo manejar eso.

Wei Wuxian asintió. 

—Wen Ning, vamos a necesitar que sigas escribiendo esas cartas, ¿de acuerdo? Tendré que dejarte aquí con Jin Zixuan y Nie-xiong, mientras Lan Zhan y yo vamos a buscar algo. No les des ningún problema, ¿de acuerdo? —sin esperar una respuesta, continuó—. Jiang Cheng, tú y Wen Ning pueden continuar haciendo las cosas día a día lo suficientemente bien como para que nadie se dé cuenta, ¿verdad?

The way it wasn'tWhere stories live. Discover now