𝖲 𝖾 𝗂 𝗌

144 6 0
                                    

× Ya saben, lo de siempre —llora.—

╔═══❖•ೋ° °ೋ•❖═══╗

𝙴𝚗 𝚕𝚊 𝚘𝚜𝚌𝚞𝚛𝚒𝚍𝚊𝚍.

𝐻𝑎𝑦 𝑡𝑎𝑛𝑡𝑎𝑠 𝑓𝑜𝑟𝑚𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑠𝑢𝑖𝑐𝑖𝑑𝑎𝑟𝑠𝑒, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑛𝑖𝑛𝑔𝑢𝑛𝑎 𝑑𝑒 𝑒𝑙𝑙𝑎𝑠 𝑒𝑠 𝑡𝑎𝑛 𝑐𝑟𝑢𝑒𝑙 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑐𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑡𝑒 𝑣𝑒𝑠 𝑎 𝑡𝑖 𝑚𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑚𝑜𝑟𝑖𝑟 𝑡𝑜𝑑𝑎𝑠 𝑙𝑎𝑠 𝑛𝑜𝑐ℎ𝑒𝑠.”

𝑮𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏 𝑫𝒂 𝑹𝒐𝒅𝒓𝒊𝒈𝒖𝒆𝒛.

Era todo totalmente oscuro, la noche se había levantado y con ella las tinieblas se hacían presentes, la luna era tapada por las nubes y la niebla, pero aún así Gustabo intentó acostumbrarse a ella, sus oídos percibían todo tipo de ruidos, cualquier llanto y reclamo, gritos o estondruozas risas, todos eran un terrible castigo.

Gustabo se mantuvo inmóvil sin hacer ningún ruido y si era posible, sin respirar, el miedo le tenía paralizado dentro de aquellas tinieblas, sus ojos se acostumbraron de a poco a esa oscuridad, notando así, un par de zafiros, dos zafiros, que sus ojos fueron enfocando más y más, notó que esos dos zafiros eran un par de ojos parecidos a los suyo pero a la vez diferentes, escuchaba más de un nombre que no conocía y una maldición parecía ser cantada dentro de aquel cuarto, no estaba seguro de que estuviera en un cuarto pero necesitaba creer en algo para continuar, lo único que le llamo la atención fueron esos brillantes ojos.

Sus pies caminaron sólos hacía el dueño de aquellos fríos zafiros, la mirada se intensificaba a cada paso que daba, aveces veía cariño, furia, miedo, curiosidad, preocupación y una pena enorme, una tristeza aún más grande que la suya, sabía perfectamente que esos ojos no eran suyos, eran de una bestia, una demasiada mansa.

— ¿Qué diablos eres?.— preguntó Gustabo casi en un susurro hacia la bestia.

***

Gustabo se levantó intentando ignorar aquella pesadilla, cada que cerraba los ojos veía la mirada azulada de aquella bestia, no le daba miedo, le reconfortaba haber logrado verle, era como esas señales de esperanza que veía en la tele o aquellos símbolo que Jack le enseñó sobre la guerra; después del lindo reencuentro en el FBI, ambos, él y Conway, habían decidido tomar unas vacaciones, dejando a Horacio solo.

—¿Qué te ocurre? Estás algo distraído.— preguntó Conway preocupado mientras dejaba de lado su desayuno.

Umm, sí. Estaba pensando en algo, no te preocupes.— contestó Gustabo con una sonrisa débil, era cierto, en el sueño se sentía con más fuerza que ahora, quizás su subconsciente era más fuerte que su cuerpo.— ¿Hoy hablaremos con Horacio? Ya le extraño.

—No lo sé, deberías esperar a que marqué él, ya sabes por su trabajo.— respondió Jack intentando dejar de lado su preocupación.

ONE-SHOTS [ⁱⁿᵗᵉⁿᵃᵇᵒ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora