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Flashback año 2018

Un Harry de 14 años iba caminando por los pasillos del colegio con la cabeza gacha cuando de repente choco con un cuerpo frente a él provocando que caiga de sopetón al piso.
No solo lo mareo el golpe sino que aquel aroma hizo que sus bellos se ericen. No lo había sentido nunca, y eso que desde que se presentó como omega dos meses atrás había aprendido a identificar la mayoría de los aromas de sus compañeros. Cuando alzo la vista se encontró de lleno con unos ojos celestes que lo miraban fijamente.

Sus nervios se hicieron presentes cuando quiso pararse y tropezó con sus propios pies pero unas grandes manos en sus caderas impidieron que vuelva a caer.

-Pe-perdón no te vi.- Dijo tímidamente alejándose del agarre del alfa.

-Está bien, no pasó nada.- Hablo el otro calmado.- ¿Estás bien?- Pregunto el de ojos azules y Harry asintió, aun sin mirarlo.

-S-si gracias.- Contesto y se dio vuelta para seguir caminando.

-¡Para!- La voz del chico hizo que Harry frene de golpe, golpeándose mentalmente por la sumisión de su omega.- Soy nuevo y estoy medio perdido ¿Sabes cuál es el aula 14?- Pregunto suave y Harry volteo a verlo conectando de una vez por todas sus miradas.

-Emm s-sí, tengo clases ahí ahora, se-seguime y te muestro.- El alfa sonrió de lado ante sus nervios y asintió.

-Gracias...-

-Harry, soy Harry.- Respondió haciendo que el ojiazul sonría más.

-Harry.- Dijo y el omega sabía que podría morir por escuchar su nombre salir de aquellos labios rosados.- Yo soy Louis.- Harry le regalo una sonrisa tímida y se dio vuelta para seguir caminando.

Louis lo miro confundido pero enseguida camino detrás suyo en silencio. Momentos después Harry se metió en un aula y el alfa entendió que habían llegado así que entro junto a él.

Lo vio sentarse tímidamente en un banco en el fondo y sin decir nada se sentó junto a él, sin saber que los nervios del pobre omega rizado aumentaban a cada segundo.

-¡Ey miren al trolo se consiguió un novio!- Escucho Louis como un beta se burlaba de Harry y alzo la vista.

-¿Disculpa?- Pregunto largando un gruñido que hizo que el omega se remueva en su lugar.- ¿Qué dijiste?- Volvió a preguntar con aquel tono desafiante y el beta se encogió en su lugar y dejo de molestar.

-E-está bien, siempre pasa, ya estoy acostumbrado.- Dijo Harry bajito y Louis volteo a verlo serio.

-No está bien y tampoco tendrías que estar acostumbrado.- Contesto aún más enojado y el omega se encogió de hombros.

-Es lo que hay.- Dijo simplemente y el alfa decidió dejarlo así.

La clase transcurrió tranquila y una hora después el timbre del recreo sonó. Harry rápidamente junto sus cosas bajo la atenta mirada de Louis y salió del aula.
El alfa se tomó su tiempo pero una vez que Harry salió fue tras él.

Su sangre volvió a hervir cuando vio como aquel beta que había enfrentado al rizado lo chocaba haciendo que caiga contra los lockers del pasillo. Camino a pasos rápido y tomo al castaño del cuello de la camiseta provocando que caiga rápidamente al piso, y sin darle importancia camino hasta Harry.

Tendió su mano para que el omega la tome y cuando este lo hizo lo envolvió en sus brazos caminando juntos a la salida.

-¿Estás bien?- Pregunto cuando estaban alejados del amontonamiento de gente del interior.

-S-sí, gracias por ayudarme, pero no es necesario.- Dijo Harry volviéndose chiquito en su lugar.

-¿Por qué te molestan?- Se atrevió a preguntar y Harry bufo.

-¿El ser omega hombre y además gay no son suficientes motivos?- Contesto por lo bajo y Louis frunció el ceño.

-No me parecen válidos para molestarte.- Dijo serio pero con vos suave y Harry lo miro a los ojos.

-Es lo que hay.- Soltó y Louis rodo los ojos.

-Muy cliché esa frase.- El omega volvió a encogerse de hombros.- Entonces ¿Hay alguna clase importante o podemos salir?- Harry abrió los ojos como platos.

-Tuvimos una sola clase y es tu primer día, no podes irte.- Louis rio.

-Me da lo mismo, ¿Vamos o no?- Harry se mordió el labio nervioso.

-¿A-a dónde?-

-No sé, ¿Hay una plaza a unas cuadras no?- El omega asintió.- Vamos entonces.- Dijo tomando la mano del menor y tirando de el hasta salir del área del colegio.

No sabía que era, pero esas cosquillas que sentía el omega en su estómago no le gustaban para nada, por lo que decidió ignorarlas.

Esa tarde se la pasaron en aquella plaza, estuvieron unas cinco horas hablando, conociéndose, dejando que el tiempo pase a su alrededor.
El momento se cortó cuando el celular del rizado sonó una vez, otra vez, y otra vez mostrando el número de su mamá en la pantalla, sabiendo que le hablaba solo para retarlo por lo que supuso que el colegio
Sabía que le esperaba un día largo.

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