Destinados El alfa supremo libro 1

Final

Su cuerpo temblaba, la vio desaparecer en destellos, destellos ante sus ojos grito su nombre en espera de que no lo fuera, que no lo dejara, sabia el destino de Amaya desde pequeña desde que toco su piel, pensó que si se alejaba cambiaría su destino, pero no fue así, correría igual.

Sufrió siglos solo, perdió una destina que no logro marcarla tal vez su destino era si, ella murió dejando un gran dolor, dolor que la misma Amaya sano.

Sus ojos, su sonrisa, su voz, su piel, sus besos y esa forma de mirarlo que lo estremecía, pero ahora no había nada solo un vacío, quería ir con ella desaparecer.

La vida sin ella no tendrá sentido, no lo había, se cegó por el sin ver más allá, no pudo contener el dolor en su pecho del cual necesitaba gritar s nombre hasta desfallecer.

_ Duncan_ escucho decir de Inna, pero no importaba nada mas_ Duncan

la miro y tenía cólera por no hacer nada por dejar que Amaya se fuera, su cuerpo recobro las brasas ardientes que no pudo tolerar, exploto en un grito que los presentes que están ahí se quedaron quietos de ver como los ojos del supremo se pusieron totalmente negros, su cuerpo tembló, que cayó de rodillas.

Sus manos se enterraron sobre la tierra transformándose en garras, su cuerpo se sacudión en una adrenalina de miles de volteos, sus encías dolían mostrando unos colmillos grande s y afiliados, su cuerpo soltó el pelaje blanco atornasolado.

solo escucho zumbidos de sus oídos, olfateo el lugar buscando una esencia que no encontró.

Vio aquellas personas tratando de acercarse les gruño ferozmente, salió corriendo de ahí, las hojas del bosque golpeaban su rostro, necesitaba correr sin detenerse, no recuerda que hizo después de ahí, solo apareció sobre una cueva oscura arrinconado y aullando hasta quedarse ronco.

Su pequeño hijo miraba por la ventana y sabía que su padre aullaba de dolor, unas lagrimitas salieron de su pequeño rostro, paso su manita por su nariz limpiándose.

Su abuela Inna lo abrazo entre lágrimas esperando que mañana se otro día, pero el pequeño supremo se quitó de los brazos de su abuela, saliendo hasta la puerta mirando la noche, esperando a su mami, que viniera como lo prometió, grito a su madre tantas veces hasta que sus mejillas se pusieron rojas, pero sabía que no lo haría, miro la luna brillante

Ambos abuelos miraron al pequeño esperando, que su padre volviera por su pequeño, que ambos estuvieran aquí pasando su dolor, pero no fue así, dándose cuenta que el aullido del lobo era tan desgarrador, partiéndolos. perdieron una hija, pero ese pequeño perdió una madre, y aquel lobo su mujer, su compañera.

_Creo que deberías ir buscar a Duncan amor_ dijo Lina mirándolo con tristeza_ no debe estar solo por favor

El lobo asintió y tenía razón, ambos perdieron y era momento de estar unidos, se puso de pie sobre el escalón de madera y esperaba que no saliera de control

El pequeño Dandre se puso de pie tomando la mano de su abuelo, él también quería ir con su papa.

Recorrieron la fría noche del bosque, tanto que el mismo Dandre termino cansado, su abuelo Elías lo cargo llevándolo hasta donde los aullidos se escuchaban cercas de las cuevas.

Dio un suspiro, sería una noche larga, pero no pensó con llevarse aquella sorpresa de verlo convertido en una bestia de colmillos y sus ojos era tan negro que le dio miedo por el pequeño entrar.

_Papa!!!_ grito el pequeño al lobo que apenas se lograba ver por la oscuridad de la cueva

Elías no soltó a su nieto por precaución a pesar de que este deseaba que lo bajara que no lastimaría su papa