14

29 7 0
                                    

Bienvenido a la casa Ross



—¡Se verá divino!

—Será un encanto, cariño.— ambas mujeres miraban el traje que luciría el más joven de la familia.

—¡Oh no madre! Mi hijo es el mejor joven que podrán encontrar esas chicas .

—Eso es verdad. —aseguró la abuela — mi nieto es el mejor.

El Sr. Ross negó y burlo a su esposa y suegra. Su hijo dijo que iría por un amigo al tan encantador bar, que servía de puerta en el mundo mágico y el Londres muggle.

—¡Padre ya llegamos!

Harry miró como el padre de su amigo, se acercaba a ellos. El hombre era alto de cabellos oscuros, y la mirada gris. Trago, el gris de los ojos del Sr. Ross eran piscinas que él no quería entrar a nadar, incluso tenía miedo.

—Padre no molestes a mi compañero, por favor.

—Claro, Draco.

—Soy, Harry. —saludo con algo de timidez.

—Bueno Harry, un gusto en conocerte. Eres de los pocos amigos que Draco llega a presentar. Hermione y Padma, me han dicho que son de casas diferentes, pero son buenos amigos.

La sonrisa del Sr. Ross le calentó el alma a Harry. Se veía que Draco era amado y aceptado. Claro que cuando eres hijo único no se espera nada más. Y más cuando ellos lo desearon. Harry sonrió triste sin que nadie se diera cuenta.

—Así ¿Harry cuál es tu casa? Como te llevas con todos en el mundo mágico. Casi no paso por allí. —. Dejo de pensar en la vida de los padres de Draco y se aseguro de contestar lo que le pregunto el Sr. Ross.

—Papá es un auror, y mamá trabaja en la escuela primaria mixta, Las Hadas de Pukkin, generalmente ella se encarga de todo lo demás. Y soy un Slytherin.

—Ya veo. Es la escuela de niños pequeños.

—Sí, mamá le gusta trabajar con niños pequeños

—¿Tienes hermanos?

—No, señor.

—Oh ya veo.

—Papá deja a Potter en paz. —Draco rodó los ojos.

—Tu abuela aún está aquí. —le dijo burlón el Sr. Ross y Draco jadeo.

—Oh, no. La abuela y mamá se ponen como locas cuando vamos a lugares así. Bueno también invite a un maestro del colegio. Ellos pertenecen a las familias de los veinte y ocho, pero son agradables.

—¡Contigo! A Ron y a mí nos odia. — se lamentó Harry.

—Bueno Potter, a ti no te odia sin razón. Sabes cuantas reglas rompes con Ron. Hermione también se ve implicada y cuando bajan los puntos todos en su casa no le hablan. Además, de no ser por Padma y yo, no tendría amigos, y tu junto a Ron ya no estarían vivos.

—Draco ¿qué familia de los veintiocho es?

—Oh los Malfoy, padre.

Harry se atragantó y lo cubrió con una tos. En cambio, el Sr. Ross se puso pálido. Él sabía que los Malfoy eran una familia de gran poder y que su hijo se llevara tan bien con ellos. Era algo raro, por no decir imposible. Ahora todos podían saber que Draco era hijo de una rama de los Rosier, como Squib no era bien visto, que ellos—unos puras sangres— se inclinaran por su hijo.

—Ya veo. ¿Él que clase te da?

—Nos da defensa contra las artes oscuras. Es muy bueno. Y su esposa va de vez en cuando a dar talleres.

—Son cosas de chicas— apresuro Harry.

—No es verdad. Son de etiqueta y conducta social. Banquete de bienvenida. También protocolo social. Y una vez dio una clase como docente sustituto de runas.

—Eso es encantador. —la Sra. Ross los miro y les dijo que era hora de cambiarse. A Harry le prestaron algo de Draco y así partieron al jardín de la casa de una mujer que era como la quinceava en la línea al trono, era ella la encargada de la comida.

Perspectiva de una vida diferenteМесто, где живут истории. Откройте их для себя