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Casi Vacaciones






Harry y sus amigos tenían la lista de qué harían ese verano. Nott les había dicho que iría a Francia. Zabini que iría a Italia. Las chicas que estarían en Milan, para un desfile y luego a Vancouver para un festival. Y así irían de festival en festival.

Ron solo estaría en la madriguera, con sus hermanos y tal vez vayan a Brasil o Egipto por el trabajo de Bill.

Padma —como amiga de Hermione, que a su vez era amiga de Draco— comentó que ella y su familia irían a la India.

Hermione tenía una invitación para estar con la familia de Draco, la Sra. Ross era encantadora, además, de que tal parecía que la aceptaba como otra hija—ya que le había dejado claro que como novia de su hijo no podía—una gran desilusión que ella llevo a cabo, cabe decir muy actuado, ya que a Hermione no le gustaba su amigo, pero a petición del Sr. Ross le siguió el juego.

—Aún tengo tres invitaciones para el evento en casa del Conde Widdmost—. Draco miró a Harry. —. ¿Quieres ir, Harry?

—Yo no tengo nada que ponerme para esas cosas.

—Oh amigo, no tienes nada que perder. Ve y así me mandas una carta contándome como son las chicas en las fiestas de los monarcas.

—Sabes que yo pertenezco a ellos. Somos la elite de elite. —con aire pomposo Draco lo dijo para luego reír—. La verdad mis padres son muy activos en todos los eventos, pero papá y yo casi no los disfrutábamos. Mamá pertenece a ese círculo de la realeza, así que cuando se casó con papá, él no quería negarle nada. Además, los abuelos por parte de madre, son muy regios y no quieren a padre.

—Entonces si iré.

—Bien—Draco miró las dos invitaciones faltantes y sin ninguna explicación pensó el profesor Malfoy. Ese hombre lo hacía sentir seguro, cinco años que llevaba trabajando en el colegio lo hicieron sentirse a gusto con él. Y la esposa de él, era tan amable y cariñosa con él. Muchos decían que tenían una hija y estaba en Francia y lo aceptaban para que se llegara a casar con ella. Cosa que le molestaba, ellos jamás hablaban de su hija con él.

—Ya vuelvo.

Salió de su sala común y caminó hasta la oficina del profesor Malfoy, tocó y cuando se le dio la orden de pasar, encontró al Sr. Malfoy junto con el profesor Snape. Oh, no tenía intención de sentir mal al otro profesor. Bueno ni modo.

—Prof. Malfoy, buenas noches. Yo quería darle algo.

Miro como las cejas del Prof. Snape se levantaron y una sonrisa suave se formaba en la cara del Prof. Malfoy.

—Dime.

—Vera, padre me mando unas invitaciones que sobraron a la familia, y aún me quedan estas—le tendió las dos invitaciones— sé que usted tal vez que no quiera ir solo por eso la otra. Además, me agrada su esposa, pero si usted gusta invitar a alguien más, será también aceptable.

Un mocoso insolente se le escapo al profesor Snape, o tal vez solo fue el viento, se dijo Draco, pero igual sonrió.

—Es un evento donde todas las familias, las cincuenta familias primeras a la línea del trono estaremos. Es el banquete de bienvenida al verano y esas cosas, bueno tal vez tenga otro nombre nunca preste atención a ello. —y en forma de susurro confidencial dijo— pero no le diga a mamá que dije eso.

Lucius sonrió algo triste. Todo este tiempo que compartió con su hijo, era muy satisfactorio y la confianza que el chico le tenía era algo hermoso, su esposa tenía celos de él por convivir tanto con él.

Pero cuando lo escuchaba a hablar de los Sres. Ross le dolía el corazón. Saber que perdió a su hijo por la magia residual que la casa, que la magia oscura que su abuelo y las locuras de su madre cuando joven, eran lo que hizo todo ese daño.

—Gracias, joven Ross.

—A papá le encantara hablar con usted. Le he hablado tanto de usted, además, de que madre amara estar con su esposa, la Sra. Malfoy es tan educada y gentil, que madre la amara enseguida.

—Eso es grandioso, joven Ross.

—En eso, yo bueno me retiro.

La puerta se cerró y Severus miró a su gran amigo.

—¿Qué le dirás a sus padres? ¿Cómo se lo dirás a Narcisa? Ella atesora todos los momentos que pasa con el chico. ¿Crees que sepa actuar bien cuando Draco llame a otra madre? Tú estarás bien viendo cuando abrace y llame a un casi squib padre, cuando es tratado como un mestizo, sabiendo que es mago sangre pura.

—No lo sé. Pero sabes que hare todo por mi hijo.

Aun sin saber que atrás de la puerta alguien escuchaba, ellos siguieron con sus platicas y lamentos. Los ojos verdes ahora nublosos y vidriosos y con nudo en la garganta se negó a llorar, corrió a las mazmorras y se acurruco en su cama. Sin llamar la atención de nadie. Ni si quiera Ron, su mejor amigo.

Perspectiva de una vida diferenteWhere stories live. Discover now