*Cuando corriste en mi ayuda*

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Los párpados de Grace comenzaron a levantarse lentamente cuando un delgado haz de luz logró atravesar la tela ligera de las cortinas de la ventana. No podía decir con certeza qué hora era, pero el sol debía haber estado alto desde hacía bastante tiempo. Murmuró algo incomprensible mientras se volvía entre las sábanas, incapaz de levantarse y alejarse de esa cálida y cómoda cama que la había acunado durante la noche. Cerró los ojos, lista para volver a dormirse, cuando sintió otra presencia, bastante pesada, en el colchón. <<¿Lewis?>> Susurró el nombre del piloto inglés, convencida de que era él: no. No lo era. Una lengua grande y arrugada recorrió la mejilla de la joven. <<Pero que...>>Al ver al perro, dejó escapar un leve chillido de su garganta mientras se sentaba y trataba de averiguar qué demonios estaba pasando. Se frotó los ojos y su vista enfocó la figura del Campeón del Mundo de Fórmula 1 de pie, apoyado contra el marco de la puerta del dormitorio, con una sonrisa divertida en su rostro. ¿De qué diablos se estaba riendo? Idiota.

<<No me mires así. No tengo nada que ver con eso.>> Evidentemente, la mirada relámpago de Grace devia haber sido bastante elocuente, porque Lewis levantó los brazos en el aire mientras decía esas palabras. La chica suspiró cuando alcanzó a Roscoe con una mano, acariciando su cabello corto y perfectamente arreglado. Amaba a ese perro: siempre le había gustado, desde que ella y Hamilton se conocieron por primera vez en el Paddock. A diferencia de él, ese cachorro le había causado una buena impresión a primera vista. Había pasado tanto tiempo que apenas podía creer todas las cosas que habían sucedido desde entonces. <<Escucha...>>La voz del inglés llenó la habitación con un tono tranquilo y relajado, y su cuerpo dio pasos en dirección a la cama. Cuando llegó a su destino, se sentó y Grace se sentó a su lado, curiosa. <<Respecto a esta noche- >>su discurso fue interrumpido por el tono de llamada del celular de la morena, quien con un gesto se disculpó con su interlocutor, estirándose de espaldas para agarrar el teléfono, colocado en la mesilla de noche.

GRACE AYUDA 

ESTOY ENCERRADA EN EL ASCENSOR 

CON MAX. 

Por favor llama a alguieeeen

El mensaje de Aurora la alarmó...especialmente por el bloqueo de mayúsculas insertado. Suspiró, volviéndose hacia Lewis con la misma expresión que alguien que, con pesar, está a punto de darle una mala noticia a alguien.<< Aurora y Max están encerrados dentro del ascensor aquí en el hotel.>> Se entendió -al menos para ella- que retomarían la conversación más tarde, pero a Lewis le resultaría difícil encontrar el valor para decirle que sí, que no se había arrepentido de haberle hecho el amor esa noche, pero que entre ellos no cambiaría nada. Nada podría haber cambiado. Sabía por lo que tenían que pasar las mujeres a las que le pillaron en los medios, y no quería eso para Grace; por eso le había pedido en su momento que mantuviera en secreto su relación...y por eso, le habría pedido que no se engañara. Lo odiaría, lo odiaría de verdad, pero tarde o temprano también lo comprendería y lo perdonaría. O eso esperaba.

<<Entiendo, voy a avisar a la recepción, para que llamen al electricista.>> Grace asintió con la cabeza, mirando a Lewis levantarse y salir de la habitación enérgicamente. Ella permaneció inmóvil, sentada, durante unos momentos, preguntándose qué queria decirle él sobre la noche que acabában de pasar juntos. Quizás quería intentarlo de nuevo. Dudaba que ese fuera realmente el punto, conociendo inglés...pero ¿y si ese fuera realmente el caso? Ella no habría sabido, honestamente, qué responder o cómo reaccionar. Siguió pensando en eso incluso mientras se vestía, lista para llegar al piso donde el ascensor debia de haberse detenido y tanteó para consolar a Aurora una vez que ella saliera, aunque, casi con certeza, Sebastian habría estado allí para eso. Sebastian, quien, con la misma seguridad, no habría reaccionado de manera muy positiva al ver a su hermana en compañía de alguien como Max Verstappen. No es que se odiaran, eh...¡pero decir que no se llevaban bien en absoluto era un mero eufemismo!

Polaroid - Charles LeclercWhere stories live. Discover now