A D I C T O - ZARRY STYLIK

Capítulo Seis

Capítulo Seis

Harry no podía recordar hace cuánto tiempo que se había sentido así de cómodo y en paz, en toda su vida, sentía que volaba en una suave nube de algodón, todo era tan perfecto que podría quedarse dormido en cualquier segundo.

Estaba tan tan cansado, no quedaba ni un ápice de energía en todo su adolorido cuerpo.

De repente, sintió como los fuertes brazos que le mantenían aprisionado contra un cálido torso, se alejaban de él, y casi emite un quejido ante el brusco cambio.

No, no, no. Vuelve.

Harry hizo un puchero y aun con los ojos cerrados, pudo sentir como Zayn encendía las luces, podía escuchar cómo se ponía ropa y se alejaba de él. Lo cual no le gustaba para nada, pero sabía que tenía que pasar, tarde o temprano esto iba a terminar, no es como si pudiera quedarse a dormir ¿o sí?

Claro que no, después del sexo, Harry lo sabía muy bien, cada quien debía seguir su camino y seguir con su vida, de eso trataban este tipo de relaciones.

- ¿Tienes hambre?, podemos pedir algo para cenar.

Harry medio que abrió los ojos para observar a Zayn sin cambiar ni un poco su posición sobre la cama, es que de veras se sentía tan bien. Culpó al colchón e hizo una nota mental de ver de qué marca era antes de irse.

La verdad estaba muy sorprendido, generalmente solía marcharse mucho antes de que le invitaran a cenar, de hecho solía ser el primero en vestirse y largarse antes de iniciar cualquier tipo de conversación, así que todo esto era un poco raro para él.

- Ok. – respondió haciendo el ademan de levantarse.

- Te espero afuera.

Harry pensó que, o Zayn era un hombre de muy pocas palabras o habían llegado a ese punto donde cruzar palabras se había vuelto incómodo, y es que la verdad no habían tenido tiempo de tener una charla normal ni una sola vez. Así que, tomando en cuenta todas las otras cosas que sí habían hecho, era obvio que estar juntos sin hacer lo único que tenían en común se tornaría realmente incómodo.

Harry debatió en su mente declinar la oferta de quedarse a cenar, pues realmente no era bueno en situaciones incómodas y hace tanto que no hacía algo como esto, que estaba seguro de que haría o diría algo totalmente embarazoso.