Prologo

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18 Diciembre 2020.

Naomi.

No sé que es lo que me pasa que siempre consigo amistades falsas. Primero fue Siara, era mi mejor amiga pero a mis espaldas hablaba mal de mi. Y la semana pasada Lizbeth empezó a decir cosas sin sentido, algunas personas le creyeron, otras no.

Soy sociable y le hablo a mucha gente, pero gente a la que considere una amistad leal, ninguna. Solo está Sarah, que aunque no hemos hablado tanto, antes fuimos amigas muy unidas —aún— se que si le hablo y me junto con ella no se molestará, al contrario, me recibirá alegremente. Es la única que no a hablado mal de mi. Aunque cuando lo conocí solo dijo que no le agradaba mi carácter al final se acostumbró. La amistad con Sarah me gusta porque se le ocurre cualquier cosa para hace reír a la gente, ademas de que es muy grosera y eso me divierte.

Cuando el timbre suena indicando que la clase de historia a acabado, tomo mis cosas y salgo. Pero espero afuera a Sarah. Conociendo a Arleth y Melissa se irán y la dejarán sola. Sarah es una buena persona que no merece estar sola. Ellas se la pierden.

—Sabía que ellas no te iban a esperar así que te espere yo —hablo cuando la veo salir.

—Gracias —me sonríe un poco apenada, no está acostumbrada a las nuestras de cariño.

—Somos amigas ¿no? —asiente y yo sonrió— toca física así que tenemos libre —me detengo a su lado y hago que cursemos los brazos.

Juntas, caminamos a cafetería. Suelen ir los alumnos que no quieren que la orientadora los vea fueran de clases.

Nos colocamos en una mesa y yo saco mi celular, abro la app de cámara y le entrego mi celular a Sarah.

—¿Me tomarías una foto? —asiente y lo recibe.

Me toma varias, soy muy fotogénica, me gusta tomarme fotos donde sea, aunque no tenga pechos o trasero grande, tengo lo que es suficiente para que chicos gusten de mi. Aunque tampoco me gusta ser el centro de atención. Me gusta ser conocida, pero no tanto, hasta un punto.

Sarah me entrega el celular y también gusta tomar fotos.

—¿Quieres que te tome una? —pregunto sonriéndole.

—Si quieres —me entrega su celular y lo recibo.

Le tomo una y veo que llegan dos chicos detrás de ella. A uno lo conozco, son amigos de hace dos años.

—Una donde salgamos nosotros dos con ella —dice el chico y no entiendo porque me sonrojo, que bueno que soy de piel morena.

Le pregunto a Sarah con la mirada y asiente y tomo la foto. De un momento a otro Sarah voltea a ellos, pero solo su atención se la lleva el otro chico que no conozco.

—Haber —el chico me extiende su mano pidiendo el celular de Sarah— quiero ver lo guapo que salí.

¡Genial! ¡Que gran ego tiene el chico! Le entrego el celular. Mientras él revisa la foto yo lo observo. Su piel es un poco pálida, tiene ojeras, no tantas, cabello negro que cae a los lados, lleva un piercing en la nariz, cuatros dedos de el están tatuados, dos en cada mano, el dedo índice y el anular. En la mano izquierda el dedo anular tiene un pino y en el dedo índice tiene un murciélago. En la mano derecha en su dedo anular tiene una cruz y en el índice tiene un mundo.

Que tatuajes tan raros.

Le entrega el celular a Sarah que despega su vista del chico y luego toman unas sillas para sentarse con nosotras. No sabía que Sarah conocía al chico. Me lo he topado algunas veces porque yo era jefa del grupo, y aveces en algunos concursos.

—Bueno, ¿y qué hacen? —pregunta el chico rompiendo el silencio que se había formado.

—Pues estábamos tomándonos fotos cuando llegaste a cagarla —Sarah recarga sus brazos en la mesa. Esta nerviosa, suele estar a la defensiva cuando lo está. La miro un poco asombrada.

Cuando el chico va a contestar, seis personitas se acercan y toman sillas sentándose con nosotras. No me gusta ser grosera, pero nadie las invito.

—Hola amigo —Siara le sonríe con coquetería— ¿si tienes cinco pesos que me des?

Arrugo mi nariz, no entiendo como fue que Sarah las soporto durante dos años. Yo apenas pude juntarme con ellas dos meses. El chico se remueve incómodo mientras el otro sienta enorme carcajada. Diría que se parece también un poco al ángel del la muerte, pero este es serio además de ser coreano y no tener tatuajes. El amigo de de Sarah llama la atención de las seis chicas y aprovecho para preguntarle con los labios a Sarah si quiere irse. Se que le incomoda mucho ellas y que está buscando cualquier pretexto para dejarles de hablar. Me sonríe dándome a entender que si y me levanto, ella igual hace lo mismo y juntas, salemos de cafetería.

—Te gusta el chico ¿verdad? —pregunto.

Estuve con ella en su etapa de enamoramiento por Yeray y Azael, aunque el primero nunca me agrado. Era y es un engreído que solo piensa en él. Me sigo preguntando porque son amigos aún.

—¿Qué? —la pregunta sale baja, arruga sus cejas y niega— no —finge una risa y no me puede engañar.

—Sarah... —empiezo, no me gustaría que se engañara a sí misma respecto a sus sentimientos, lo que me gustaría es que sea más confiada en ella, tiene al chico comiendo de la mano y puede aprovecharlo. Pero no termino porque el mismo chico se pone alado de Sarah y rodea sus hombros con su brazo.

El amigo de Sarah se pone a mi lado, muy pegado que tengo que removerme incómoda. Tiene un suéter rojo que se le ve muy bien. Espera, ¿he dicho que se le ve bien? ¡Naomi tienes novio y se llama Alexander!

—Hola —saluda el chico hacia Sarah, la forma en que le sonríe me hace confirmar que le interesa Sarah en otro modo. Se acerca a Sarah y está se aleja sonrojada.

Cuando estuvo con Yeray nunca la vi sonrojada. Actuaban normal.

—Naomi —volteo hacia la persona que me llama, error, lo tengo a unos centímetros cerca de mi cara, al parecer eso no le importa porque al igual que el chico, me rodea los hombros— será mejor que nos adelantemos y dejemos a esta parejita hablar —ríe divertido y yo hago lo mismo. Sarah se sonroja más, se que le molesta que se entrometan y asuman cosas de su vida privada, pero yo no hice nada, fue el chico.

Caminamos unos cuantos pasos frente a ellos y volteo viendo que el chico tiene la cabeza bajada y sus manos en los bolsillos de su pantalón. Cuando vuelvo mi atención al chico, me hala de la mano haciendo que entremos en un pasillo.

—¿Ah...? —intento hablar, pero me interrumpe callándome. Arrugo mi nariz indignada.

—Bryan dice que no le interesa Sarah, pero estas dos semanas a estado como un perro solitario buscándola —sonríe complacido— soy Parker Farguell, mucho gusto.

—Naomi Adell —sonrió y él se acerca a mi, no, no, no, está muy cerca mío, demasiado. Nuestras narices se tocan y nuestros alientos se juntan entre sí.

Pero no hace nada de lo que en mi mente pasaba. Solo me pellizca las mejillas.

—Tienes mejillas de ardilla, eres muy adorable — se aleja observando a su amigo Bryan y a Sarah.

Yo sigo un poco estática por las cosas que pensé y no me desagradaron.


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- O.A🤍

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