Bill miraba el expreso a Hogwarts con nostalgia.

-¿No me dirás porque Bill?- preguntó la castaña al separarse del pelirrojo.

-Lo lamento linda pero es mejor que sea sorpresa - dijo Bill sonriendo.

-¿Por qué? -quiso saber George, intrigado.

-Porque van a tener un curso muy interesante -explicó Bill- Quizá podría hacer algo de tiempo para ir y echar un vistazo a...

-¿A qué?

Pero en aquel momento sonó el silbato, y la señora Weasley los empujó hacia las puertas de los vagones.

-Gracias por la estancia, señora Weasley -dijo Hermione después de que subieron al tren, cerraron la puerta y se asomaron por la ventanilla para hablar con ella.

-Sí, gracias por todo, señora Weasley -dijo Blair junto a los gemelos en otra ventanilla.

-El placer ha sido mío -respondió ella-Los invitaría también a pasar la Navidad, pero... bueno, creo que preferirán quedarse en Hogwarts, porque con una cosa y otra...

-¡Mamá! -exclamó Ron enfadado- ¿Qué es lo que saben ustedes tres y nosotros no?

-Esta noche se enteraran, espero -contestó la señora Weasley con una sonrisa- Va a ser muy emocionante... Desde luego, estoy muy contenta de que hayan cambiado las normas...

-¿Qué normas? -preguntaron Blair, Harry, Ron, Fred y George al mismo tiempo.

-Seguro que el profesor Dumbledore se los explicará... Ahora, pórtense bien, ¿eh? ¿Eh, Fred? ¿Eh, George?, escuchen a Blair y no se metan en problemas.

El tren pitó muy fuerte y comenzó a moverse.

-¡Digan que es lo que va a ocurrir en Hogwarts! -gritó Fred desde la ventanilla cuando ya las figuras de la señora Weasley, de Bill y de Charlie empezaban a alejarse- ¿Qué normas van a cambiar?

Pero la señora Weasley tan sólo sonreía y les decía adiós con la mano. Antes de que el tren hubiera doblado la curva, ella, Bill y Charlie habían desaparecido. Los gemelos y Blair regresaron a su compartimiento, encontrándose con sus amigos, Lee Jordán, Angelina Johnson y Alicia Spinnet.

-¡Hola chicas!- saludo Blair a sus amigas sentándose en medio de los gemelos y enfrente de ellos estabas Alicia, Angelina y Lee.

-¡Hola Blair!- respondieron al unísono

-¿Qué tal el mundial chicos?-preguntó Lee.

-¡Increíble!..

-Fue estupendo..

-Aunque no la pasamos también como Blair -hablaron ambos y todos voltearon a ver a la castaña.

-¿Yo?.. ¿Y ahora que hice?- preguntó mirando a sus amigos.

-Te vimos con Bill.. -respondieron ambos nuevamente.

-¿Con su hermano mayor? -hablaron los tres chicos a la vez.

-No se de que hablan - habló la castaña y los gemelos la miraron elevando una ceja-Y.. ¿Qué hicieron en sus vacaciones?- Blair se dirigió a los tres chicos frente a ella tratando de cambiar de tema, que no pasó desapercibido por ninguno de sus amigos

(...)

Los carruajes atravesaron las verjas flanqueadas por estatuas de cerdos alados y luego avanzaron por el ancho camino, balanceándose peligrosamente bajo lo que empezaba a convertirse en un temporal. Los rayos cruzaban el cielo cuando su carruaje se detuvo ante la gran puerta principal de roble, que se alzaba al final de una breve escalinata de piedra.

Los que ocupaban los carruajes de delante corrían ya subiendo los escalones para entrar en el castillo. Los gemelos y Lee, saltaron del carruaje y salieron a toda prisa, mientras las chicas iban Tranquilas conversando junto a Hermione, quien se había acercado a su hermana al ver salir corriendo a sus amigos.

El Gran Comedor, estaba decorado para el banquete de comienzo de curso, tenía un aspecto tan espléndido como de costumbre, y el ambiente era mucho más cálido que en el vestíbulo. A la luz de cientos y cientos de velas que flotaban en el aire sobre las mesas, brillaban las copas y los platos de oro.

Las cuatro largas mesas pertenecientes a las casas estaban abarrotadas de alumnos que charlaban. Al fondo del comedor, los profesores se hallaban sentados a lo largo de uno de los lados de la quinta mesa, de cara a sus alumnos. Al llegar pasaron por las mesas de Hufflepuff, Ravenclaw, Slytherin y se sentaron con los demás de la casa de Gryffindor al otro lado del Gran Comedor, junto a Nick Casi Decapitado, el fantasma de Gryffindor. De color blanco perla y semitransparente, Nick llevaba puesto aquella noche su acostumbrado jubón, con una gorguera especialmente ancha que servía al doble propósito de dar a su atuendo un tono festivo y de asegurar que la cabeza se tambaleara lo menos posible sobre su cuello, parcialmente cortado.

-Espero que hagan la ceremonia rápido, ¡tengo hambre!-habló Lee cundo las chicas se sentaron frente a ellos.

-Nosotros igual - dijeron los gemelos y Blair al unísono haciendo reír al grupo.

En ese momento se abrieron las puertas del Gran Comedor y se hizo el silencio. La profesora McGonagall marchaba a la cabeza de una larga fila de alumnos de primero, a los que condujo hasta la parte superior del Gran Comedor, donde se encontraba la mesa de los profesores. Temblando con una mezcla de frío y nervios, llegaron a la altura de la mesa de los profesores y se detuvieron, puestos en fila, de cara al resto de los estudiantes. El único que no temblaba era el más pequeño de todos, un muchacho con pelo castaño desvaído que iba envuelto en un abrigo de piel de topo de Hagrid. El abrigo le venía tan grande que parecía que estuviera envuelto en un toldo de piel negra. Su carita salía del cuello del abrigo con aspecto de estar al borde de la conmoción. Cuando se puso en fila con sus aterrorizados compañeros, vio a Colin Creevey, levantó dos veces el pulgar para darle a entender que todo iba bien y dijo sin hablar, moviendo sólo los labios: «¡Me he caído en el lago!» Parecía completamente encantado por el accidente.

Entonces la profesora McGonagall colocó un taburete de cuatro patas en el suelo ante los alumnos de primero y, encima de él, un sombrero extremadamente viejo, sucio y remendado. Los de primero lo miraban, y también el resto de la concurrencia. Por un momento el Gran Comedor quedó en silencio. Entonces se abrió un desgarrón que el sombrero tenía cerca del ala, formando como una boca, y empezó a cantar.

𝕱𝖔𝖗𝖊𝖛𝖊𝖗 𝖆𝖓𝖉 𝖆𝖑𝖜𝖆𝖞𝖘 | ʙᴡWhere stories live. Discover now