Capítulo 4

6.5K 396 582
                                    

Dos meses y dos días. ¡Qué agonía! Una agonía que para Naruto finalmente llegaba a su fin.

Ah... La piel de la nuca se le erizó ya que cuando lo vio cruzar la puerta de entrada de la aldea, su mirada le dijo de todo.

En su primer mes separados, había sido Naruto quien lo visitó en su viaje. Se encontraron cerca de Kumogakure. Le había pedido a Kakashi una misión por aquella región y sólo habían podido verse dos cortos -cortísimos- días.

Y ahora Sasuke había resuelto algunas cuestiones de trabajo y se había desviado un poco de su camino para volver a pisar aquellas tierras tan polémicas para él. Le avisó justo sobre la hora. Y Naruto estaba radiante con la noticia.

Aún se sentía en un sueño. ¿Cómo iba a imaginarse que Sasuke podría corresponder sus sentimientos? Es que Sasuke era demasiado bueno para ser real y él aunque ahora contaba con el apoyo y admiración de mucha gente, junto a Sasuke se sentía un dobe, sin embargo parecía que su sueño inconfesable se había hecho realidad y se estaba esmerando por conseguir que fuera algo para toda la vida.

Innegablemente el vínculo entre ellos era fuerte, eso cualquiera lo podría ver. Él mismo era consciente de que no había nadie como Sasuke en su vida y sabía que para Sasuke ocurría algo similar. A pesar de todo lo vivido entre ellos, en el Valle del Fin su mejor amigo le había confesado que él era su único. Su único lazo. Su única persona. Sorprendentemente no incluía a nadie más. Ni a Kakashi, ni a Sakura, ni a nadie. Eso fue una información demasiado impactante y sumamente valiosa para su corazón. ¿Cómo no amarlo? Ahora con esa información cada una de las veces en que Sasuke le salvó el trasero, cada riña estúpida, cada gesto gentil cobraba una mayor dimensión en su apretado corazón de niño huérfano. Sasuke era su todo. Debería haberlo sabido cuando no dejaba de pensar en él. Ni aún cuando creía que Sakura le atraía. Sakura se convirtió en su amiga y casi como un suceso conmocionante finalmente la vio solo como eso, su amiga. El sentimiento real por ella se esclareció al fin. Así como también había ocurrido con Sasuke.

No mentiría al respecto. Siempre había sido demasiado estúpido. Seguramente para nadie sería una sorpresa que hasta que no estuvo literalmente en la misma cama con Sasuke no había entendido qué le estaba ocurriendo. No hasta que tuvo que controlar bastante sus ansias por acariciarlo, por besar esa piel sedosa, por controlar esa creciente necesidad de abrazarlo cada segundo del día. Bueno, justamente en eso se pudo contentar un poco pues Sasuke le había permitido ese tipo de cercanía. Además de algunas otras. Y Sasuke lloró en sus brazos. Y desahogó su alma en su pecho. ¿Y él? Bueno, él solo pudo abrazarlo como el idiota torpe que es. Esperando llegar a acompañarlo en la soledad de su dolor, intentando cargarlo por él.

Finalmente lo había comprendido, amaba a Sasuke. Amaba a su amigo y al hombre que es. Amaba sus numerosas virtudes y sus defectos. Lo amaba. Con cada célula de su cuerpo. Lo amaba.

El acuciante deseo de querer gritarlo a los cuatro vientos había sido -y aún lo era- sumamente extenuante. No le gustaba tener que contenerse. Nunca se había sentido más orgulloso de algo como lo estaba de amar a Sasuke Uchiha. Pero aunque estaban en una relación no podía decirlo, nadie podía saberlo. Tener secretos de esta clase no iba con él. No cuando finalmente tenía la enorme fortuna de que Sasuke correspondía sus sentimientos.

El viento había agitado los negros cabellos de su pareja, permitiéndole ver por una fracción de segundo su Rinnegan. Aunque prácticamente imperceptible, también había vislumbrado un suave sonrojo. Si las miradas hablaran... bueno, esa no sería una mirada apta para todo público.

Lastimosamente para Sasuke, el rubio idiota de su novio no venía solo. Traía a Sakura y a Ino con él, quienes también le dieron la bienvenida cálidamente.

Aguas Termales [Naruto y Sasuke]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora