capítulo diecisiete

7.9K 782 54
                                    

Un pequeño favor

— ¿Como? — parpadeo un par de veces Jungkook — Debes estar bromeando Jimin, tengo que salir de aquí.

El mayor rasco su nuca nervioso, haciendo una pequeña mueca de incomodidad debido a la situación.

— Con el ataque de ansiedad que tuviste, dudo que el dueño del hospital te permita salir de aquí. — Suspiro el pelirosa.

Jungkook sonrió sarcástico y se echó en su cama, cayendo con brusquedad.

— Au... — susurró y se levantó de nuevo — ¿Estas seguro que no puedes hacer nada? Por favor Jimin, por favor, por favor, por favor. — Insistió el azabache.

Jimin observo con detenimiento el rostro del contrario y soltó un bufido.

— Bien, pero recuerda que con esto ya me debes dos favores — El pelirosa se paró y tomo sus cosas —, trata de distraerte un rato mientras yo lo arreglo.

Y dicho y hecho, Jimin salió de aquella habitación, dejando a Jungkook solo en completo silencio, lo cual le sirvio para pensar un rato sobre el mismo tema que inundaba siempre su mente.

Taehyung.

¿Como aquellas palabras que el le dice, es lo que hace? Como si el castaño tuviera algún poder sobre el, que cada vez que le dice que haga algo, el estaría completamente a hacerlo, como una marioneta.

¿Acaso Taehyung se preocupaba por el? Si no fuera así, ¿Que otra explicación habría para que Taehyung le diga algo así? Jungkook había entendido indirectamente un "lárgate", y el estaba seguro de cumplirlo. Pero no sabía, el por qué.

Muchas preguntas e hipótesis, inundaban la cabeza del menor, quien solo se dedicó a mirar el techo, concentrándose en sus preguntas.












Parecía una locura, bien gracias a Jimin, Jungkook pudo entrar, pero ahora Jimin debe ser la razón por la que salga.

Y conseguir eso ahora, era algo complicado.

Un poco temeroso, tocó la puerta de la oficina de su jefe, el dueño de todo el hospital. Espero unos segundos hasta que escucho un "pasé".

Abrió la puerta y se encontró con su jefe, con sus lentes puestos y unas hojas exparcidas en su escritorio, su cabello rubio, estaba totalmente peinado, dando una imagen impecable.

— Joven Park, ¿Que te trae por aquí? — pregunto curioso el mayor, mientras alzaba una ceja y juntaba los papeles, dejándolos a un lado.

El pelirosa paso saliva, no sabiendo por donde empezar, es que, aún con una sonrisa amable, que mostraba aquellos lindos oyuelos, era casi imposible no sentirse incomodado por el jefe Kim.

— Namjoon SunBae, necesito que Jeon Jungkook se vaya del hospital. — dijo Jimin directo, y mirando ligeramente el piso, evitando a toda costa la mirada de su jefe.

Kim Namjoon, había heredado aquel hospital psiquiátrico por su madre, Kim Soohyun, una mujer ya fallecida. En su testamento se explico bien claro que lo dejaba todo a su único hijo, Kim Namjoon, quien se hizo cargo del hospital y lo supo manejar con total sabiduría.

Namjoon era un hombre de admirar, y aunque no tuviera pareja a su lado quien lo acompañará, el estaba seguro de mi querer nada por el momento.

— Mhm, hoy me llegó el informe del paciente Jeon Jungkook — Dijo el mayor, tomando unos papeles que estaban en el escritorio — Hoy tuvo un ataque de ansiedad muy fuerte y casi se pone agresivo, ¿No?

El menor paso saliva, temerario.

— Si SunBae, pero.

— ¿Pero? Joven Park aquí no hay un pero — interrumpió su jefe serio — el paciente Jeon no puede salir de aquí. — comento con voz firme.

Jimin no pudo decir nada más y solo asintió, dando una pequeña reverencia.

No tenía opción, si decía que Jungkook estaba bien y sus resultados para entrar eran falsos, perdería su trabajo, y tal vez Jungkook salga pero no lo mantendría al tanto con Taehyung y no creía que lo dejarán entrar.

Y si confrontaba a su jefe, solo perdería su empleo, y no podía dejar al azabache solo. No tenía más alternativa que ceder.

— Perdón por las molestías. — El pelirosa se dio la vuelta y salió de aquella oficina.

En su camino de vuelta a su oficina, vio al doctor SeokJin encaminarse hacia la oficina de Namjoon.

Desde hace tiempo se había dado cuenta del pequeño enamoramiento de Namjoon hacia SeokJin, o más bien, atracción y miradas para nada disimuladas por parte del mayor.

— Hey, ¡SeokJin!

El mencionado volteó y observo al de baja estatura.

— ¿Pasó algo Jiminnie? — contestó el más alto, con una voz relajante y suave.

Jimin estaba conciente de que no hablaba mucho con el contrario, pero haría lo que sea por ayudar a un amigo.

— Verás Hyung, hay un paciente al que debo sacar urgentemente de aquí, es Jeon Jungkook y quiero que convenzas al jefe de que lo saque de aquí.

El mayor frunció el ceño y trato de recordar a aquel chico que le menciono.

— Jeon Jungkook, ¿Es nuevo no? ¿Por que debería sacarlo? — alzó una ceja el castaño.

Jimin suspiro.

— prométeme que no se lo dirás a nadie — SeokJin asintió, decidido —, Jeon no está enfermo, solo fingio estarlo para estarlo para estar cerca de Taehyung, si... El que sufre de bipolaridad.

El castaño parpadeó un par de veces, atónito y después aplaudió levemente, dejando confundido a Jimin.

— Ahhh eso es amor — dijo, como si fuera algo de un k-drama —, te ayudo, te ayudo, pero ¿Por qué quiere salir?

El pelirosa suspiro, y contestó.

— Porque Taehyung se lo pidió.

— Se deja mandar por Taehyung, aww tiernos, en fin, haré todo a mi alcance. — contestó el mayor, sonriendo de manera adorable.

Jimin sin contener su felicidad abrazo al mayor, haciendo que los papeles que tenía SeokJin se cayeran al piso.

— Oh, ¡Perdón, perdón! — El pelirosa se separó rápidamente y empezó a recoger los papeles, mientras SeokJin reía y se agachaba para ayudarlo.

— No te preocupes, igual no son muy importantes. — Dijo, restándole importancia y Jimin le extendió los papeles que había recogido.

El mayor los tomo, y le sonrió por última vez.

— Te informo cualquier cosa, nos vemos en un rato Park. — El de hombros anchos se dio la vuelta, escuchando los chillidos y pequeños saltitos de felicidad, lo cual le dio ternura.

Bien muchos podrían decir que aquella reacción por algo tan pequeño era estúpido y muy infantil, pero Park Jimin.

Park Jimin era como el maestro más bueno de todo el colegio, el que te animaba, te hablaba bien, te explicaba sin tener una mirada amenazante, el cual siempre sonreía o le caía bien a todos por no exigir de inmediato la tarea.

Para muchos de sus pacientes, Park Jimin era el mismísimo ángel.

El castaño solo pensaba el como convencer a su jefe de hacer eso.

"Tal vez pueda aprovechar mi belleza", pensó, muy seriamente, hasta que llegó a aquella oficina.

Suspiro y tocó tres veces la puerta, escucho un pasé y giro la perilla, entrando en el cuarto.

— ¡SeokJin! Buenas tardes. — El menor sonrió, dejando ver sus oyuelos.

— Buenas tardes, yo... Quisiera hablar usted. — Dijo serio.
















































Asylum [kooktae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora