Llegué a la escuela con varios minutos de anticipación, por lo que permanecí dentro de mi hermoso auto un Volkswagen Beetle convertible de color blanco perlado—si no se nota, adoro mi auto—durante unos veinte minutos. Vi a Jackson parquearse con su Porche muy cerca de mí, al lado del estacionamiento de bicicletas, justo cuando Scott McCall había llegado. Al salir del coche, Jackson golpeó a Scott con su puerta. Pude ver que mi amigo le dijo algo y estoy segura de que no fue un «buenos días».

Jackson asintió cuando me vio y luego entró en la escuela. Era un poco triste no conversar con mis amigos; pero esa era la elección que tomé.

Luego de dos minutos más, decidí que debía ingresar a la escuela, aún faltaba que la campana sonara, pero debía ir a mi nuevo casillero y luego correr a clases. La primera era Literatura y estaba emocionada por hablar del libro que dejaron en verano. La Metamorfosis.

Caminando hacia la puerta principal, me topé con algo completamente desagradable, algo que solo podía ser un mal augurio para el resto del año escolar.

Stiles Stilinski.

De pronto sentí que quería regresar todo mi desayuno. Su simple presencia me provocaba vómitos. Bien, tal vez exagero, pero sí lo odio. No logro entender por qué tiene que ser justamente él una de las primeras personas con las que me topo en el día. ¿No podía ser Chris Hemsworth? No pido más.

Stilinski estaba conversando con su mejor amigo Scott, el pobre que había sido golpeado con la puerta de Jackson minutos atrás. Mi peor enemigo estaba emocionado, demasiado para ser tan temprano por la mañana.

Quisiera recalcar que yo no soy una persona que tiende odiar a otras. En realidad, Stilinski no es mi peor enemigo, es el único. Hay mucha gente que me desagrada, pero nadie tanto como él. En mi defensa, Stilinski me detesta tanto como yo a él.

Cuando ya había asimilado que tendría que pasar al lado de ese ser tan desagradable para entrar a la escuela—ya que él estaba de pie sin hacer nada más que lucir su asquerosa emoción—, mi mejor amiga apareció. Ella caminaba a unos metros delante de mí.

—Es lo mejor que le ha pasado a este pueblo desde... —había empezado a decir Stilinski y se detuvo momentáneamente cuando vio a Lydia—... desde el nacimiento de Lydia Martin —concluyó—. Hola, Lydia, te ves... —mi mejor amiga pasó por su lado sin siquiera notarlo—... como si fueras a ignorarme.

Si hace unos segundos estaba echando chispas por tener que ver a Stilinski tan temprano por la mañana, ahora estaba riendo a carcajadas. Hay varias razones por las que amo a Lydia, una de ellas es porque sabe cómo torturar a Stilinski, y eso que ella no se da cuenta de que lo hace.

Algo que debe quedar claro es que Stiles Stilinski está completamente enamorado de Lydia Martin. Sí, esa patética excusa de hombre cree que algún día mi mejor amiga le hará caso. Pobre iluso.

—Eso no es gracioso —gruñó Stilinski cuando se dio cuenta de que me estaba burlando de él.

Estaba riendo tanto que mi estómago me había empezado a doler. No me pueden culpar por hacerlo, su sufrimiento es mi alegría.

—Tal vez para ti no lo es; pero para mí eso es lo mejor que le ha pasado a este pueblo —contesté haciendo referencia a lo que él había mencionado anteriormente—. La mejor parte fue tu rostro de decepción. ¿Puedo tomarte una foto? —pedí sacando mi celular y tomando una de todos modos—. Este momento es algo que recordaré el resto de mi vida. Desearía haberlo grabado.

Stilinski entrecerró los ojos y cruzó los brazos sobre su pecho.

—Seguramente tienes mil fotos mías, después de todo, has estado enamorada de mí desde siempre.

Enamorándome de mi peor enemigo | EMPE #1 | Stiles StilinskiWhere stories live. Discover now