Dangerous - Alejandro Rosario (Terminada)

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- Solo si tú me cuentas lo que paso con tu mamá - le dije, éste tragó saliva y me extendió su mano

La estreche como si estuviéramos cerrando un trato en una empresa

- Voy a ocupar otro - dije dándole piso a lo que quedaba en el vaso y volviendo a llenar

Tome un gran respiro y mire el techo agarrando fuerzas

- Mi papá era abogado, abogado penal - hablé - y como es obvio vivíamos en México - este me miraba sin entender - México es un país hermoso, y estoy muy orgullosa de ser de ahí, pero la delincuencia hay en todos lados y México no es una excepción, al contrario - tome otro gran respiró - al llevar casos como los que mi papá llevaba se corría mucho riesgo a la hora de perder el caso - cerré mis ojos solté un suspiro y contuve mi compostura - mi papá era muy bueno en su trabajo, muy reconocido - memorias empezaron a proyectarse en mi cabeza sacándome una sonrisa - le asignaron un caso el cual no pudo rechazar, lo notaba muy nervioso cuándo estaba en la casa y más los días después de haber perdido ese caso - Alejandro me miraba serio, atento a todo lo que decía y hacia - sus nervios fueron bajando poco a poco semanas después del juicio - mi voz empezaba a flaquear

Mordí mi labio inferior para que Alejandro no viera como temblaba y le di un tragó a mi vaso

- Los domingos después de misa, mi papá y yo nos íbamos al mismo centro comercial que íbamos desde que nací - hablé tome un gran respiro y sentía como mis ojos empezaban a acumular lágrimas - estábamos comiendo, en el área de comidas, todo estaba bien, hasta...hasta que lo vi, caminando directo a nosotros, en su miraba notaba sus malas intenciones - agache mi cabeza y la sacudí no quería mirar de nuevo esa escena - fue muy tarde cuando intenté advertir a mi papá del arma que ese hombre acaba de sacar de su chaqueta - le dije, los ojos de Alejandro me miraban con compasión y empatía - trate de ayudarlo, pero no podía cubrir todos los hoyos con mis manos - mis ojos no lo aguantaron más y rodaron lágrimas de ellos - murió en mis brazos y yo no pude hacer nada...