⭐✨CLIMAX✨❤️

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[Estoy pensando en Japón cuando sitúo esta historia. La mayoría de edad es a los dieciocho años, pero la edad legal para beber alcohol es recién a los veintiún años. Consideren eso para lo que sigue.]





Las sábanas enredadas en los pies de Illumi se hallaban frías y algo húmedas. Su corazón latía fuera del tiempo común, lo cual apenas le permitió dormitar unos minutos (o al menos eso pensaba). La verdad es que llegó un momento en el cual el mayor de los hermanos Zoldyck se había dormido con profundidad, quizás no con la de una persona normal pero sí lo suficiente como para que pasaran un par de horas. Nada usual para el consumo posterior de una pastilla, pero si Hisoka consideraba el cansancio mental y físico que acarreaba su compañero de cama todos los días, y encima con la sesión de anoche, no le extrañó demasiado.

Verlo dormir, aunque fuese por un rato, le produjo cierto placer. No quiso despertarlo, esperaría a que lo hiciera por sí mismo.

- Buenos días~ - murmuró juguetón el de cabellos rojizos a quien se acomodaba desorientado a su lado.

- ¿Qué hora es? – su semblante volvía a ser el de siempre. Voz neutra, rostro impasible, ojos apagados. Oh, quizás ligeramente más apagados ¿era posible? Illumi se puso a buscar su ropa por todo el cuarto y se colocaba cada prenda prolijamente apenas la encontraba.

- Ni idea ¿diez de la mañana? – la expresión de Illumi se transformó en una gran preocupación, acelerando el ritmo de sus acciones.

"Mierda, es tardísimo. Me perdí la clase de esgrima, estoy muerto", y todos los pensamientos que fueron inhibidos la noche anterior salían a relucir incluso más agresivos que antes. Illumi de pronto se agarró la cabeza, sintió que iba a explotar.

- Deberías calmarte un segundo ¿quieres desayunar antes de irte? – ofreció Hisoka mientras le pasaba uno de sus zapatos que acababa de encontrar. Illumi pudo rechazar su oferta de inmediato, pero pensó que tener el estómago vacío después de todo lo ingerido antes no era una buena idea.

- Bien ¿Qué tienes? – con la yema de sus dedos desenredaba sus largos cabellos en eso que Hisoka abría su refrigerador y buscaba algo.

- ¡Ah, mira! Queda un poco de mi especialidad – resopló con gran orgullo sacando un platillo listo para calentar y servir.

- ¿Macarrones con queso? Tiene que ser una broma ¿no tienes otra cosa? Una fruta, tal vez

- Lo lamento, pero es lo que hay. Te aseguro que están deliciosos

A Illumi no le quedó otra opción que sentarse a esperar por su "desayuno". Hisoka sacó otra cerveza como las de anoche y bebía con parsimonia mirando a su compañero de vez en cuando. Ninguno emitía palabra alguna. Actuar como si nada hubiese pasado era la disposición del Zoldyck, y Morow la respetaba sin problema.

No podía dejar de revivir la imagen del brillo en los ojos del chico que ordenaba sus apuntes con ansiedad. El contraste con el actual joven tan bajo de energía era espeluznante (y eso que acostumbraba a ver mucho de eso en su diario vivir).

- Oh, había olvidado decirte algo importante – recordó el de ojos ámbar sirviendo el platillo caliente en la pequeña mesa – es probable que estos días te sientas más desganado de lo usual, es un efecto posterior. Procura dormir bien esta noche, Illu~ - quiso sonar ligero y despreocupado, pero consiguió lo contrario en el chico que le escuchaba.

- ¿Y ahora me lo dices? Tengo un montón de cosas que hacer – probó los macarrones con queso con furia, aunque al sentir el sabor se alivió un poco. Como no solía comer cosas así, se le hacía extraño al paladar aunque muy agradable.

El brillo de tus ojos - hisoilluWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu