INVISIBLE

Capítulo 43: A New Year And Loosing The Plot

-¿Lils?- dijo James con su voz llena de preocupación.

-Llegarás tarde al trabajo si no vas- dijo Lily fijándose en la hora, tendría que vestirse ella misma, tenía clases que dar.

-Lily-, suspiró James, queriendo decir más pero sabiendo que nunca parecían tener tiempo. -Te quiero y te veré esta noche- decidió mientras cogía rápidamente los polvos Floo y se ponía a trabajar puntualmente.

Lily negó con la cabeza, este debería ser un momento de alivio para su familia, Nick se había recuperado y su magia estaba completa de nuevo. Sin embargo, se sentía mal todo el tiempo, y enojada. Se vistió rápidamente y se puso la capa mientras bajaba al gran comedor. Se dio cuenta de que la túnica le quedaba más suelta que nunca, estaba perdiendo peso, no era de extrañar que no comiera mucho estos días.

Tomó asiento y nadie la miró, como todos los días. No era bien vista. Lily tomó un poco de comida, uno pensaría que había torturado y matado a alguien, por la forma en que todos la trataban. Claro que se había olvidado de contratar un tutor para Harry, pero no era como si lo hubiera hecho por maldad. Simplemente no era tan importante como Nick.

-¿Cómo estás Lily?- preguntó Dumbledore, dirigiéndose a la pelirroja, sí le daba pena. Se veía enferma y cansada, la mayoría lo hacía, y la guerra le haría eso a cualquiera. No sólo eso, sino que por lo que había aprendido, Nick estaba muy enfadado con todos. Tendría que hablar con el niño pronto, para que las cosas volvieran a su cauce. Por mucho que quisiera darle un respiro al niño, no podía. Nick tenía la única responsabilidad de acabar con esta guerra; necesitaba saber todo lo que podía enseñarle. Cuanto más rápido mejor, ya que no sabía si sobreviviría.

-Estoy bien-, dijo Lily automáticamente, ni siquiera pensó su respuesta antes de darla. Probablemente a Dumbledore no le importaban sus problemas. Y aunque así fuera, no podía hacer nada. Tenía una guerra que detener, una Orden que dirigir, un Wizengamot que dirigir, así como una escuela; ella ciertamente no querría ser él. El hombre probablemente nunca descansaba mucho.

-Por supuesto, ¿podrías traer a Nick a verme después de que terminen las clases de hoy?- preguntó Dumbledore terminando su plato de comida. Hogwarts siempre servía la mejor comida, incluso mejor que sus caramelos de limón, aunque nunca lo admitiría. Adoraba sus caramelos de limón, y se sentiría desolado por no tenerlos más.

-De acuerdo-, dijo Lily en voz baja. Moviendo su comida de un lado a otro, sin verla ni comerla realmente. Sólo quería seguir con sus clases y luego llegar a sus aposentos. ¿Tal vez podría fingir una enfermedad? Cómo le gustaría desaparecer de la vista por un tiempo. Entonces se puso completamente rígida, cuando surgió ESE nombre. Quiso fulminar, gritar y abandonar la sala, pero se quedó clavada en el sitio. El asombro que pudo escuchar en la voz de McGonagall la dejó atónita. McGonagall nunca, NUNCA, mostró ningún favoritismo o sentimiento hacia sus alumnos. Era la profesora más profesional del colegio; se ponía más dura con sus leones si los pillaban haciendo algo malo sólo para demostrarlo.

-Harry está haciendo sus exámenes escritos de Maestría-, dijo McGonagall, toda su cara se iluminó de una manera que Lily nunca había visto antes. Parecía... ¿orgullosa? ¿Qué demonios estaba pasando con todo el mundo? Había sido ignorado por todos y, de repente, en todas partes le admiraban más de lo que nunca lo había hecho Nick, incluso después de haber salvado el mundo.

-¿En serio?- preguntó Flitwick con los ojos muy abiertos de asombro.

-Sí, yo mismo casi no podía creerlo, por otra parte Severus no es de los que se andan con rodeos, va directo al grano- dijo Slughorn asintiendo con la cabeza, cayéndole un trozo de tocino en la túnica, ante su fuerte afirmación. A Slughorn siempre le había gustado la gente famosa; pero con Harry era diferente. Por un lado no había formado parte de su club de slugs y no lo había conocido. Sin embargo, hablaba de Harry como si caminara sobre el agua.