Capitulo VIII

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Karan apoyó sus manos en la invisible pared que sellaba la cueva, imposible salir de ahí

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Karan apoyó sus manos en la invisible pared que sellaba la cueva, imposible salir de ahí. Eoghan bufó a sus espaldas antes de que él se volviera para encararlo.

-¡¿Qué es esto?! ¡¿De qué se trata todo esto?! -preguntó el cazador, luego agregó con sarcasmo-. ¡Dígame, majestad!

Eoghan achicó sus ojos violetas.

-¡Ryu, rey de los vampiros! -concluyó Karan.

El otro apretó la mandíbula.

-Debes entender la importancia que es para mí mantener mi identidad en secreto, justo para evitar estas situaciones -explicó el vampiro avanzando en la cueva.

Karan lo siguió.

-¿Sabías lo que pasaría? ¿Sabías que los cambia formas estarían en la celebración de samhain?

Ryu se dio la vuelta, sus ojos eran brasas ardiendo de furia.

-¡¿Cómo iba a saberlo?! Tal vez Phidias ha muerto en las garras del alfa, así que no te atrevas a insinuar que podría estar de acuerdo con lo sucedido.

Karan no supo qué responder. Los ojos de Ryu además de furia exhibían desesperación.

-Sabía de la profecía -siseó el vampiro después de un rato-, los druidas dijeron que los dioses exigían fuese yo quien cerrara la alianza. No esperaba que esos malditos nos traicionaran. Ahora dudo que esa profecía haya sido verdadera. Los lobos siempre han deseado mi sangre. Debí suponer que era una trampa.

Karan frunció el ceño.

-¿Cómo qué los lobos siempre han deseado tu sangre?

Ryu cerró sus ojos. Aun sostenía en la mano la antorcha que le dio Melifer antes de entrar en la cueva. De pronto, con rostro cansado se sentó. Su espalda dio contra la pared de piedra.

-Los lobos anhelan poder convertirse todas las noches y no solo en luna llena. Los vampiros, aunque estamos limitados a la noche, somos activos sin importar la fase de la luna. Algún druida desquiciado les ha hecho creer que, si beben nuestra sangre, podrán convertirse todas las noches.

Karan se sentó a su lado reflexionando en sus palabras.

-Parece que ese druida no estaba tan desquiciado. Hoy no es luna llena y aun así lograron transformarse. En este momento deben estar asaltando las aldeas, indefensas porque no los esperan. ¿Pero y mi sangre? También bebieron mi sangre. Melifer fue muy insistente en que debía ser yo quien participara en la alianza.

Ryu abrió los ojos y giró hacia él.

-Algo debe haber en ti que les era necesario.

Karan dirigió la mano a su pecho. De entre sus ropas sacó un grueso colgante de bronce. Era el medallón con el trisquel de su madre, el que ella usaba cuando presidía las ceremonias en la aldea y que a partir de su muerte, él llevaba siempre pegado a su cuerpo. Levantó el rostro para encontrase con los ojos de Ryu fijos en él.

Alianza de sangre (Boyslove)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora