- eso es cierto, no me dejaba amar porque no creía que fuera lo correcto, pero yo la amaba y no me dejaba amarla, así como no dejaba que me amara.

- y ahora parecen mujeres felizmente casadas – dijo Lynn.

- no lo estamos, pero aun así intento actuar como si fuéramos casadas – respondí, dejé un casto beso en su cuello, Mei se giró para mirarme a los ojos un momento para después colocar sus manos en mi cuello y besarme.

- te amo, no espero el momento en que ya seas mi esposa – me sonrió.

- yo también te amo princesa – le deje un beso en la frente.

- ustedes son terriblemente tiernas - dijo Lynn sonriendo.

- lo se jaja – respondí, le di un último beso a Mei en los labios y lastimosamente me separé – ya está listo – dije mirando el auto – podrías verificar si las ruedas estén en perfectamente en su lugar – Lynn asintió.

- podrías llevarla a que repare coches o lo que sea de vez en cuando – le susurre a MeL, esta me miro confundida – es su actividad favorita, te agradecerá que la dejes tocar un auto de vez en cuando – le sonreí, esta asintió.

- gracias – murmuro.

- todo está en su lugar – anuncio Lynn.

- perfecto – sonreí – entonces no habla problema en que vaya a buscar ahora a la señora Oyuki, verdad?

- no hay ningún problema – me respondió Lynn.

- creo que primero deberías tomar una ducha – me dijo Mei antes de que me subiera al auto – no planeas ir toda sudada, verdad?

- cierto jaja, me había emocionado, bien entonces a la ducha se ha dicho – sonreí.

- bien entonces nosotras iremos al nuestro cuarto a descansar un rato – dijo MeL para después irse junto a Lynn.

- creo que tu deberías venir conmigo a la ducha – me acerque a ella.

- ah, sí?, por qué? – pregunto mirándome entre coqueta y divertida.

- pues estoy sucia y te pegue un poco de mi suciedad al abrazarte.

- entonces sí debería ir contigo – se acercó más a mí hasta poner sus brazos en mi cuello mirando mis ojos, pero veo que se tienta a mirar mis labios, mierda, porque tiene que ser tan sexi?

- eres una vil provocadora – dije haciendo su mismo juego de mirar sus labios.

- quien me invito a la ducha primero? – me reto con la mirada.

- culpable – sonreí para después besarla, luego la toma de la mano para llevarla a la habitación, al llegar la acorralé contra la puerta para volver a besarla pasionalmente, al separarme le mordí sutilmente el labio inferior oyendo un suspiro de su parte.

- estoy jodidamente loca por ti – dice mirando mis ojos sonriendo.

- lo se cariño, así como yo soy jodidamente adicta a ti – la volví a besar. Me aseguré de colocar pestillo a la puerta para evitar interrupciones de Matsuri. Ella sumergió sus manos en mi cabello atrayéndome más a sus labios, nuestras lenguas se hicieron presente cuando lamí su labio pidiendo permiso, permiso que me fue concebido. Un juego ardiente empezó, ella se empezó a deshacer de mi ropa como yo la de ella hasta quedarnos totalmente desnudas, lo jadeos ya estaban presente aumentando la temperatura de la situación, nos separamos un momento para caminar al baño empezando de nuevo nuestro jueguito en los azulejos de la ducha, di el agua tibia mientras seguía besando su piel, cada vez fui descendiendo más pasando de jugar con sus pechos a sus muslos, una vez arrodillada ante ella fui besando y dejando una que otra marca cerca de su intimidad para después subir una de sus piernas a mi hombro dejándome más espacio para estar en su zona, mirarla desde esa perspectiva me tenía completamente loca, era tan sensual, y más cuando empezó a gemir mi nombre mientras complacía su deseo de estimularla, su mano en mi cabello me impedía alejarme de su intimidad, cosa que tampoco planeaba hacer, cuando vi que estaba cerca de su clímax me separe recibiendo un mala mirada por parte de Mei – no te desesperes – sonreí para después atacar su boca, mis manos se dirigieron a su sexo, tocando su clítoris y a la vez penetrándola, sus gemidos en mi boca fue lo más satisfactorio, espasmos se hicieron presente en su cuerpo atrayendo su cadera acomodándose al vaivén de mis dedos en su interior

-Citrus- Dejame volver a tu vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora