𝙲𝚊𝚙𝚒́𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟹𝟻

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T/N decidió no preguntar más, Se apartó de la ventana para cerrarla y guardó la pequeña hoja dentro de un cuaderno rojo.

Observó su cuarto, el cual se encontraba desordenado, y decidió guardar algunas cosas dentro de su ropero y sacar una ropa algo ligera para salir, después de todo no tenía una colección de ropa que deslumbrar en la calle.

Aún era de mañana, aproximadamente las 6, lo que significaba que el camión recolector no había pasado a recoger las bolsas de basura que se encontraban fuera de las casas. Además, el hecho de que la señora Marta no sacara a su perro a la calle afirmaba la hipótesis de la madre de T/N, la cual se disponía a sacar la basura de su casa.

Al llegar al tacho de afuera, arrojó la basura sin preocupación, como si tratara de encestar una pelota. –¡Lo logré! – Exclamó en voz baja, con una sonrisa al ver que esta vez la bolsa no cayó al suelo.

Antes de ingresar a su casa dirigió su mirada hacia la parte izquierda de su pequeño jardín, logrando así observar a Ray. La madre de T/N se encontraba asombrada y algo confundida, pero una sonrisa brotó de su rostro.

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T/N terminó de cambiarse y se dispuso a acomodar algunas cosas. A pesar de que había limpiado a profundidad su habitación solo hace un día, este se encontraba hecho un desastre. Su cuarto era pequeño y no tenía muchas cosas, pero por alguna razón siempre se ensuciaba. Era como si existiera un portal mágico que trasladara cosas hacia este.

Bajó las gradas sosteniendo una mochila en sus brazos – Mamá Tengo que ir a... – Observó con asombró el piso de su sala, del cual brotaba un hermoso resplandor.

–Tu mamá fue a comprar algunas cosas para cocinar. –Habló Ray deteniendo el caminar de T/N con el trapeador – No se te ocurra arruinar mi arduo trabajo. Quítate los zapatos.

–Lo lamento, no intentaba arruinar tu deslumbrante limpieza – Comentó T/N con sarcasmo, y se dispuso a quitarse sus recientes lavados zapatos, dejándolos al lado de la escalera. –Creí que esperarías a fuera de mi casa.

–Tu madre me invito a pasar.

Se apartó del lado de Ray y caminó hacia la cocina. –Te lo dije, no le desagradas, es solo que ella siempre desconfía de las personas. – T/N tomó un bolígrafo y anotó algo en un papel para después colgarlo en la puerta de la refrigeradora – ¡Listo! Ray pásame mis zapatillas y apresurémonos en llegar a la reunión...

–No puedo irme... – T/N se detuvo antes de abrir la cerradura de la puerta – ... aún no he terminado de limpiar.

–¿Piensas quedarte a limpiar?

–Solo hasta que termine de ordenar la sala.

–Bueno... – T/N tomó asiento en el pequeño sillón de color crema que se encontraba en un rincón de la sala – Supongo que, si limpias mi casa, eso me beneficia, así que Te esperaré. – Habló con una sonrisa levantando el pulgar arriba – ¡Haz tu mejor esfuerzo!

–T/N tengo algo que decirte... – Ray se aproximó hacia ella, Sus miradas se miraron fijamente, ocasionando que T/N se sintiera algo nerviosa – ... Descubrí donde ocultaste la olla de frejoles.

–¡¿Qué?!

Ray levantó hacia T/N la olla que sostenía en sus manos, la cual no tenía un buen aspecto –Nunca fuiste muy buena ocultando objetos, pero por lo visto tu madre aún no sabe que quemaste la olla. – Ray colocó la olla sobre la cabeza de T/N –¿Cómo hiciste para que ella no lo notara?

Solo quédate a mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora