IX: Un triste golpe

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Narra Aisha:
King: ¡Aisha! ¿Qué haces aquí? Tú estabas afectada por la maldición... ¿Cómo es que...?—dijo aún sin entender.

Aisha: Ah, pensaba que era bastante obvio...—dije como si nada, King miró impresionado.

Gowther: Hermana, ¿Tú... Estás bien?—dijo preocupado.

Aisha: No te preocupes por mi, Gowther, he recuperado parte de mis recuerdos y mi estabilidad, aún no sé cómo puede ser eso posible, ni mucho menos conozco mis límites... Pero, valdrá la pena el esfuerzo con tal de protegerlos...—Gowther miró preocupado—Estaré bien, no te preocupes...

Mael entonces se puso de pie y vió que quién le atacó fui yo.

Mael: ¿Qué haces tú aquí?—dijo bastante confundido.

Aisha: ¿Qué no es obvio? Vine a detenerte, tienes que hacerlo, el haber sido utilizado, no te da derecho a lastimar a otros.

Mael: ¿Qué sabes tú? No sabes cómo me siento—dijo enojado.

Aisha: Por supuesto que sé cómo te sientes... Sentir que fuiste utilizado por alguien más solo por qué eres parte de su plan... No puedes recuperar el tiempo perdido, pero puedes mejorar tu presente...

Gowther: Aisha...—mencionó mi nombre en voz baja preocupado por mi respuesta.

Aisha: Tu y yo tenemos más cosas en común de lo que crees, y de medio Demonio a medio Demonio te digo que puedes contar conmigo, déjame ayudarte—dije tranquila.
Entonces hubo un silencio por un momento. Mael parecía querer aceptar la ayuda, hasta que derrepente su mirada cambió.

Mael: Casi caigo en tu trampa, Aisha, es obvio que quieres arrebatarme los Mandamientos para dárselos a Meliodas, o para quedartelos tú—dijo mientras trataba de atacarme, yo esquivaba sus ataques.

Aisha: Por favor Mael, ¿Luzco como alguien que quiere los Mandamientos, o si quiera para ayudar a Meliodas? ¡Deja de poner excusas tontas!—dije al atacarlo— ¡Luz celestial!—ese ataque purgaba de una manera más efectiva todo aquel mal que pudiera existir en una persona, King también ayudó atacandole— ¡King!.

King: No puedo dejar que solamente tú luches con él, es muy poderoso—dijo un poco adolorido. Mire un poco preocupada y con uno de mis poderes traté de calmar su herida impuesta por Mael, él se quedó sorprendido.

Aisha: No tengo la idea de como deshacer el hechizo de Mael, pero lo menos que puedo hacer es hacer que sientas menos dolor—King sonrió un poco ante tal comentario mío, en ese momento Mael se liberó de ambos ataques, me sorprendí.

Mael: Se tendrán que esforzar si no quieren que acabe con ustedes—en ese momento Sariel le atacó.

Sariel: ¿Acabarás con nosotros también, Mael?

Mael: Sariel, Tarmiel ¿Piensan pelear contra mí?

Sariel: Es claro que no eres el Mael que conozco, tengo que traerte de vuelta, de ser necesario lucharé contra ti—dijo serio.

Tarmiel: Pero, ¿Qué dices, Sariel? Mael es nuestro compañero, fue Gowther quién lo convirtió en Estarossa—dijo sin entender.

Sariel: ¿Qué no lo ves? Ha atacado a muchos de nuestros colegas y compañeros, siendo ahora un Arcángel, está usando el poder de su Mandamiento a placer, tenemos que traerlo a la normalidad—Tarmiel en ese momento no parecía estar seguro de ayudar a Sariel, pero aún así lo ayudó.

Narrador:
Mientras todos luchaban, Derieri miró por un momento que Aisha estaba también luchando con los demás, aprovechó para ir a  ver a Elizabeth.

La Mejor Amiga de Meliodas 4: El final de la historiaWhere stories live. Discover now