II: Encuentro con lo desconocido

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Narra Ban:
El Capitán se tranquilizó un poco y comenzamos a hablar.

Meliodas: Yo me rendí, pensé que jamás saldría de aquí, que me quedaría con Aisha por la eternidad, que jamás los volveríamos a ver, ¿Qué haces aquí? ¿Acaso Ban el inmortal murió?

Ban: Claro que no, tonto, vine a llevarlos de regreso— hice una pausa— A propósito, ¿Dónde está Aisha? Supuse que los encontraría juntos ya que ambos son como goma de mascar  pegados el uno al otro.

Meliodas: Bueno, es algo complicado...—me extrañó mucho cuando dijo eso— Aisha solo estuvo aquí por unos cuantos años, eventualmente se fue.

Ban: ¿¡Se fue!? ¡¿A dónde?!—dije muy sorprendido.

Meliodas: Tampoco lo sé con exactitud—dijo mirando cabizbajo con algo de preocupación— Los sentimientos de Aisha deben estar en una especie de ida y regreso constantemente, incluso deben de estar en algo parecido a "la vida y la muerte", es probable que en estos momentos su cuerpo este bastante inestable por eso mismo...

Ban: P-Pero como es eso posible—dije aún sin entender.

Meliodas: Yo tampoco sé, supongo que Aisha siempre tuvo razón en eso...

«La posibilidad de que, mi maldición podía estar media rota al despertar mi poder como Diosa...» me acordé de las palabras de Aisha cuando nos contó de la maldición.

Meliodas: No creía que algo así pasaría, hasta que la vi aquella vez en Vaizel con Arturo, ella efectivamente ya no sentía nada por mí, eso que la maldición la obligaba a sentir—hizo una pausa— La envidio mucho, puede que sea más fácil para ella regresar con los demás, pero al mismo tiempo, me siento feliz por ella, al final de todo, somos mejores amigos...

Ban: Ya veo, debe ser difícil sobretodo para ti...—dije tratando de entenderlo un poco.

Meliodas: Lo es un poco, incluso sentía que podía soportarlo si ella estaba conmigo, pero ahora que se ha ido, no puedo evitar pensar en todos ustedes y en Elizabeth... Pero bueno, ya que estás aquí, debes de saber cómo volver, ¿No es así?

Ban: Ahhh—dije al darme cuenta de que nunca se lo pregunté a Merlín.

Meliodas: ¿En serio viniste aquí sin siquiera tener idea alguna de como regresar? Qué tonto eres—dijo sorprendido.

Ban: No tenía de otra, no podía dejarlos solos aquí.

Meliodas: Supongo que no podemos dejar de ser nosotros—dijo de manera un poco graciosa mientras sonreía— Bueno, tenemos tiempo de sobra.

Ban: Sí, vamos a pensarlo con calma.

En ese momento saltamos y comenzamos a hablar con más calma.

Meliodas: En el purgatorio existen dos clases de mounstros, los primeros son las almas que cayeron aquí, es decir, extranjeros...

Ban: Supongo que se parecen a las cosas en las que nos convertimos—dije observando a mi alrededor.

Meliodas: Sí, ellos no tienen cuerpo, así que cuando mueren, se convierten en polvo...—en eso vimos otra especie de criatura— El segundo tipo, son nativos que nacieron aquí, tienen un cuerpo físico, en resumen, tenemos que ir por ellos, tomaremos todo de ellos para hacer ropa.

En ese momento pudimos notar como una criatura que era un alma estaba apunto de atacar a la presa que teníamos en la mira.

Ban: Se alejó mucho en un instante, interesante—dije sorprendido de su velocidad, intenté atacarlo, pero no tuve éxito— ¡Fue hacia ti, Capitán!— dije aún sorprendido.

La Mejor Amiga de Meliodas 4: El final de la historiaWhere stories live. Discover now