El Buen Autor

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"Detrás de cualquier libro existe una persona la cual se encarga de transportar al lector a través de sus palabras para transformar a la tinta impresa en una fantasía intangible, esta persona deberá de excluirse de sus principios de salud y sanidad para la confección de una pieza digna de presentar, aun a pesar de que esto represente un desgaste psicológico y físico del propio creador, puesto que la profesión debe de mantener estos estándares para darle valoración a una obra"

Así lo presentó la nueva editorial a la cual me estaba adentrando; ante esta declaración de magnitudes inmorales que rebasaban a la razón varios de mis colegas no dudaron en renunciar y volver a sus ciudades, aquellos que se quedaron perplejos pero aun así decidieron adentrarse al edificio fueron despedidos de forma inmediata por razones de "Postergación al verdadero trabajo". Aun a pesar de eso algunos de los que decidieron quedarse fueron recibidos de forma amable, muchos de ellos se presentaban con caras agotadas y sin esperanza en sus ojos, la expresión de una persona cuyas esperanzas ya han sido destrozadas en varias ocasiones y cuyo propósito ha sido cuestionado como autoridad posterior a una rebelión anarquista, si el alma fuera una verdad más allá de la imaginación teológica me atrevería a decir que a estos el alma se les ha sido destrozada, arrancada mediante métodos poco ortodoxos y abandonada en las esquinas más inhóspitas de de los barrios más pobres del mundo.

Mas sin embargo, la teoría fue contrastada por la presencia de mi acompañante, un joven de no más de 20 años cuya apariencia se asemejaba a la de una farola nocturna, con su cabello rubio tan chillón que contrastaba con la atmosfera tan tétrica que se había manejado hasta el momento, a diferencia de los demás él se encontraba alegremente entusiasmado por las regulaciones, en primera instancia tenía por seguro que su despido seria realizado en cuanto entrara al edificio pues supuse que su actitud no era más que una pantalla para mantener su trabajo, sin embargo, me vi equivocado cuando logro llegar a su escritorio sin retención alguna y coloco todos sus materiales para comenzar a trabajar, podía casi observarse un borde luminoso alrededor se su espacio de trabajo, como un pequeño atardecer que impulsaba las mañanas tan gélidas del edificio.

Cuando lo conocí hace tres años se me presento como un amateur de la novela de ciencia ficción, buscando presentar sus ideas a las editoriales más prestigiosas con la intención de publicarlas, me conto sobre su paso por los "Pulp" medio por el cual dio a conocer sus primeras obras y se inspiró para aventurarse en su viaje; en su humilde maleta llevaba ejemplares de sus propios Pulp's, los sacaba y me los mostraba con una emoción tan infantil que se asemejaba a un infante presumiendo sus juguetes favoritos, sus historias eran presentadas en un formato de narrativa distopica generalmente con la aparición de criaturas monstruosas y el conflicto de los protagonistas en su supervivencia contra los mismos; en su mayoría las historias estaban protagonizadas por un hombre blanco de gran fuerza que se encargaba de guiar la trama de forma lineal, de vez en cuando la historia variaba y proponía la inclusión de una protagonista femenina que se encargaría de los monstruos, sin embargo esta inclusión resultaba innecesaria pues al final de la historia otro modelo general de hombre llegaba y salvaba a la "protagonista" concluyendo de forma anticlimática y dejando el resto de la trama vacía y sin sentido; sin embargo el punto de venta principal de estos intentos de ciencia ficción resultaron ser esos mismos personajes femeninos sin trasfondo, pues algo que se le daba bastante bien era la detalla descripción de la anatomía femenina para la atracción de un público masculino, si no te fijaras en las portadas podría apostar que estas obras podrían ser fácilmente confundidas con relatos de carácter erótico como esas que se publican en las revistas para hombres mayores.

Posterior a su introducción "Farola" me conto sobre su deseo de volverse un autor de renombre, tener su nombre en un libro de carácter más serio y tener un legítimo título de autor, estas expectativas por supuesto incluían una que otra fantasía, las cuales no dudo en contarme, soñaba con poder vivir de sus libros, conseguirse una casa en el distrito más bonito de la ciudad y conseguirse una esposa para poder formar una familia; sin duda deseos triviales a los cuales aún aspiraba años después, y razón por la cual sus intenciones son sinceras, ese sentido de esperanza es el que lo impulsa en sus días, la razón de su brillo tan molesto.

Relatos Dulces como Chocolate OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora