two

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Adrien buscaba con desespero en cada parte de su casillero el libro de Física para su clase. Juraba que lo había dejado ahí hace unos días, pero no aparecía en ningún lado.

Notó que alguien entró al lugar pero no le dio importancia.

—¿Adrien? —lo llamó una voz femenina.

El se tranquilizó y volteó lentamente a ver quien era. De pronto se encontró con los lindos ojos color miel de Becca Palmieri.

Ella traía algunos libros en sus manos. Se acercó un poco más a él y le extendió uno de estos. —Lo encontré en el piso del salón esta mañana, supuse que lo estabas buscando.

Adrien tomó el libro con un poco de nervios y sonrió levemente. —¡Muchas gracias Becca! No lo encontraba por ninguna parte.

—No hay de qué. —sonrió.— ¿Vamos?

El rubio asintió y cerró su casillero. Tomó su mochila para dirigirse a la puerta y salir, Becca lo siguió. Ya afuera los dos jóvenes comenzaron a caminar juntos para irse a su clase.

—¿Y como has estado? —preguntó Adrien.

—¡Excelente!, hace poquis recibí una buena noticia en mi academia de ballet y eso me tiene muy animada.

Adrien frunció el ceño y se preguntó si había escuchado mal.

—Disculpa, no te entendí —dijo, soltando una risita.— ¿hace poquis dijiste?

—Sipi, poquis... o sea hace poco.

Eso se le hizo muy raro pero prefirió ignorarlo.

—¡Oh, claro! Hace poquis... bueno y ¿que noticia recibiste? Suena importante.

—Puesss, me dieron el protagónico en una obra que presentaremos a finales de noviembre, se llama El Lago de los Cisnes —contó con una notable emoción.— me he preparado muchísimo tiempo para llegar a ser la principal y estoy segura que estaré incre.

—Que genial, sí, estarás "incre". —rió Adrien y paró de caminar ya afuera del salón.— Hablamos luego Becca.

Ella le mostró una gran sonrisa y fue dando pequeños saltitos hasta su puesto.

Adrien no podía creerlo y negó incómodo. —O mejor nunca.

Entró a la clase y se sentó junto a Nino, posando su libro en el escritorio.

(...)

La jornada de clases ya había terminado y todos los estudiantes del instituto estaban afuera conversando como de costumbre.

Adrien se había quedado atrás guardando sus cosas así que cuando salió miró a su grupo riéndose junto a Becca.

El rubio no entendía como no podían estar matándose de la incomodidad al hablar con ella.

Tomó aire y se acercó con una leve sonrisa.

—Ya volví. —dijo llamando la atención de todos.

Se escuchó a un grupo de chicos dos años superiores a todos llamando a Becca, ella giró y los saludo con su mano. —Y yo ya me voy. —hizo un puchero.— ¡nos vemos mañana! Chaitoooo.

Todos se despidieron sonrientes a excepción de Adrien que le agradeció al cielo que se haya ido antes de volver a escuchar sus palabras extrañas. Aunque ese "chaito" de todas formas logró hacerlo sentir incómodo.

Los chicos regresaron a su conversación y Adrien decidió escucharlos para ver si se unía.

—Tenían razón, Becca es muy graciosa. —dijo Marinette entre risitas, a lo que todos asintieron varias veces de acuerdo con la peli azul.

—Sabía que les caería bien. —siguió Nino, con una expresión feliz.

Adrien juraba que estaban siendo sarcásticos pero nadie se reía o algo así.

—¿como se hicieron amigos de esa niña tan rara? —preguntó el rubio.

Nino lo miró sorprendido pero entendió inmediatamente el porqué de su pregunta.

—Hey, no seas así. Becca es genial, solo que es algo... —

—¿básica? —cuestionó el rubio con un tono de desagrado e incomodidad refiriéndose a la forma en la que la castaña se expresaba. La reciente charla que había tenido con ella fue extraña, la muchacha no le agradó.

—no, solo es un poco inocente y mimada. —explicó Nino sin mala intención.— date la oportunidad de conocerla, verás como te encariñas con ella.

adrien giró a ver a la castaña que hablaba animadamente con el grupo de chicos que recientemente la habían llamado.

—lo dudo mucho.

a different sparkle ━━ adrien agreste/chatnoir.Where stories live. Discover now