Capítulo 15 👑

Start from the beginning
                                    

—Para nada—Me apresuré a responder—. Todo es sobre ti y la buena voluntad de Sabrina. Supieron invertir muy bien.

Le había dado dos millones de dólares para que pudiera rehacer su vida sin problemas económicos. Eloise se negó al principio, pero yo no aceptaba un no como respuesta cuando se trataba de ella. No quería que se preocupara por el dinero.

—Realmente eres otra persona—Se rió Eloise—. Qué modesta.

Mis dedos se tensaron alrededor del tenedor y comí en silencio. No podía tranquilizarme cuando mis sentidos sabían que en cualquier momento todo se iría al demonio. Un tiro podría atravesar la ventana y arruinar la poca paz que sentía.

—Mañana podemos darte un tour por la ciudad—dijo Sabrina—. Es mi día libre y me encantaría que conozcas el restaurante. Preparo los mejores postres.

Bebí un sorbo de vino y enarqué una ceja hacia Eloise. ¿Realmente no le puso al tanto de cuán grave era la situación? Nadie estaba a salvo y arriesgarnos no era lo ideal.

—Preferiría quedarme y ver una película con ambas. ¿Qué les parece?

—Oh, vamos, no seas aburrida. ¿Dónde están tus maletas? ¿Cuántos días planeas quedarte?

No lo había pensado con exactitud. El viaje fue algo desprovisto y hasta impulsivo. Solo quería matar al primer irlandés que se atravesara.

—Una semana como máximo. Puedo comprarme ropa en cualquier tienda.

Sabrina me evaluó.

—Tienes más curvas, pero supongo que mi ropa va a funcionar.

Forcé una sonrisa.

—Gracias.

—Aquí pasamos los días vestidas en bikinis. No necesitamos mucho cuando tenemos el mar y el fantástico sol.

—Nunca te he visto en bikini—bromeó Eloise, mirándome.

—Disfruto más el invierno—Me encogí de hombros.

—Te enseñaremos a amar el verano. El bronceado te quedará estupendo.

Le ofrecí otra sonrisa sin contestar y me limité a comer. Los siguientes minutos las escuché hablar sobre sus anécdotas románticas. Se habían conocido hacía un año en la playa. Eloise no sabía surfear y Sabrina le enseñó. Pronto los encuentros fueron más frecuentes y se enamoraron perdidamente.

—¿Qué hay de ti? —interrogó Sabrina—. ¿No te espera alguna chica u hombre por ahí?

Eloise le dio un codazo.

—Sabrina...

—¿Qué?

Traje una crujiente papa a mi boca.

—No me espera nadie —respondí después de segundos—. Vivo mi vida al límite.

—¿A qué te dedicas?

Maldita sea, tantas preguntas estaban irritándome. La mirada nerviosa de Eloise me hizo saber que ella no le contó casi nada sobre mí lo cual agradecía.

—Soy azafata, pero decidí tomarme un descanso—mentí.

—Debe ser precioso viajar constantemente. Es una profesión envidiable.

Solo viajaba cuando tenía que matar a alguien y después encargarme del cadáver. Me ahorré el comentario porque sabía que mi respuesta no le agradaría.

—¿Entonces cuando es la boda?—inquirí, inclinando la conversación hacia ellas.

Eloise se atragantó con la ensalada y me reí en el borde de la copa.

El Rey Oscuro [En Librerías]Where stories live. Discover now