Capítulo 30: Christmas, Happiness and Pain

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-Feliz Navidad, Severus-, dijo Harry devolviendo el saludo de su maestro de Pociones, con la varita metida en la funda. Una simple sonrisa adornó sus labios, era la primera Navidad real que había tenido, con dinero para gastar en otros.

-¿Listo para desayunar?- preguntó Severus, mientras bajaba los escalones, con Harry a su lado.

-Sí, ¡me muero de hambre!- coincidió Harry, eran las diez y media la hora más larga que había dormido.

Severus se limitó a asentir, teniendo en cuenta que su estómago estaba acostumbrado a ser alimentado a las seis de la mañana no era de extrañar.

-¡Feliz Navidad!- sonrió Eileen, desde donde estaba sentada.

Harry se detuvo de repente ladeando la cabeza... podía oír hablar desde el árbol. Qué raro, se adelantó más escuchando atentamente. Sonaba amortiguado, la voz sonaba enfadada por estar en la oscuridad. -Qué demonios...- se quedó boquiabierto Harry confundido.

-Tal vez haya un regalo que te gustaría abrir primero-, sonrió Severus divertido, sabiendo exactamente lo que le pasaba al adolescente. Podría sonar como un siseo para ellos, pero quién sabe qué estaba diciendo la serpiente para causar esa confusión a Harry.

Harry se limitó a parpadear olvidando temporalmente la extraña voz bajo el árbol de Navidad.

-¿Qué se supone que significa eso?- preguntó Harry.

Severus sonrió aún más, antes de caminar hacia el árbol, y arrancar el paquete azul cuadrado del suelo. Luego se acercó y lo colocó en las manos de Harry, que ahora podía oír la conversación aún más fuerte. La comprensión comenzó a filtrarse en los ojos verdes de Harry. -Vamos, ábrelo-, dijo Severus sardónicamente, -¿O prefieres quedarte ahí recogiendo moscas?-, le dijo al adolescente boquiabierto.

Sentado, Harry comenzó a abrir con cuidado su regalo, mordiéndose el labio ante las constantes quejas de las voces por ser manipuladas por el hombre. En realidad, le pareció muy divertido, cuando por fin lo abrió; encontró a la serpiente enroscada, con la cabeza hacia él, su lengua olfateando el aire suavemente.

Los ojos de Harry eran enormes, a menos que estuviera muy equivocado; se trataba de una serpiente extremadamente venenosa. -Eso es...-

-Víbora, víbora de escamas de sierra para ser exactos-, dijo Severus con suavidad. -Se encuentra sobre todo en Oriente Medio y Asia Central-.

-Estas víboras son en su mayoría nocturnas-, dijo Harry mirándola fijamente, aún sin poder creer que le hubieran regalado una serpiente. Sus padres se habían disgustado con él, por tener semejante regalo en primer lugar. Había buscado en su árbol genealógico, y sabía por qué él podía, por qué Voldemort también. Ambos estaban emparentados con Salazar Slytherin, a través de la línea Peverell. Luego se había ramificado, hasta llegar a la línea Potter y a la línea Gaunt y Riddle. Como Voldemort probablemente no planeaba tener herederos, esa rama se extinguiría. Así que, en contra de la creencia popular, Voldemort no era el único heredero vivo de Salazar Slytherin. Por supuesto, los Potter preferían morir, antes de admitir que eran descendientes de la línea Slytherin. Por eso nunca lo dijo, ni contestó a las serpientes cuando estuvo en la casa a la que pertenece el mago.

El hecho de que Severus se lo creyera significaba que aceptaba a Harry por lo que realmente era, que no le importaba su capacidad de hablar con las serpientes. Teniendo en cuenta que Voldemort podía, y que Severus odiaba a Voldemort era una sorpresa realmente.

-Lo son, ya que puedes hablar con ella, espero que no nos ataque, y tal vez te defienda si es necesario. Ya tengo una reserva de antiveneno por si ocurre lo peor- dijo Severus, siempre preparado para lo peor. Sólo había unas pocas personas y cosas en las que confiaba y esa serpiente no era una de ellas.

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