Idol

✨ XIV: Part IV ✨

- Yoongi-oppa, ¿dónde están? - fue lo primero que pregunté, llevando mi teléfono móvil hacia mi oreja derecha.

- Eso mismo quería preguntarte, Elisabeth-ah - me respondió Yoongi desde el otro lado de la llamada - Tanto Namjoon-ah como yo te buscamos por la tienda y como no te vimos, creímos que te habías ido, pero no te hemos visto en ninguna de las otras tiendas.

- Eso debe de ser porque me buscasteis justamente cuando me encontraba en los probadores - le dije, pasando mi peso de un pie a otro, sin moverme de mi sitio.

- ¿Aún estas en la tienda de la ropa de baño?

- Ne, estoy justo delante de ella - no tarde en responder, echando un pequeño vistazo hacia la tienda que ahora se encontraba detrás de mí.

- Voy para allá - me informó, justo a la vez que escuchaba como parecía que estaba caminando - No te vayas a mover de allí, las posibilidades de que te pierdas son altas.

- ¿Nunca vas a dejar pasar lo que conté sobre mi sentido de la orientación, anio? - decidí preguntarle, con un leve ceño en mi frente ante aquellas palabras de "burla" provenientes del mayor.

- Nunca~ - a pesar de que no le podía ver el rostro, sabía perfectamente que una sonrisa estaba adornando sus labios.

En cuanto la llamada se terminó, debieron de pasar aproximadamente unos tres minutos cuando pude ver como Yoongi se iba acercando a donde estaba sentada, en un banco que estaba justo enfrente de la tienda.

- ¿Y Namjoon-oppa? - no pude evitar preguntar en cuanto Yoongi estuvo a mi lado, sintiéndome algo confundida al ver que el chico más alto no se encontraba junto a su hyung.

- Me separe de él antes de venir hacia aquí, quería entrar a probarse una camiseta que le había gustado en la tienda en la que estábamos - me explico el chico de cabello oscuro, a lo cual simplemente asentí con la cabeza.

No tarde en levantarme de donde me encontraba sentada y tomando la bolsa donde se encontraban los bañadores, tanto Yoongi como comenzamos a caminar, alejándonos de la tienda.

Empezamos a recorrer aquellas "calles" del centro comercial en que nos encontrábamos, a la vez que entablábamos una amena, pero ligera, conversación en la cual ambos éramos participes, sacando diferentes temas de conversación de mutuo interés.

Sin dejar en ningún momento de hablar, nos fuimos adentrando en las diferentes tiendas que había por la zona cuando algo en un escaparate llamaba la atención de uno de los dos, y aprovechamos así para echar un vistazo a los productos o prendas que estaban a la venta.

Debió de pasar aproximadamente un cuarto de hora desde que me había vuelto a "reencontrar" con Yoongi, sin dejar de hablar en ningún momento. Tenía que admitir una cosa, y es que, a pesar de que muchas personas viesen al chico de cabello negro como alguien bastante serio y no muy hablador, era totalmente lo contrario.

Era cierto que a veces mantenía una actitud seria, o que no hablaba tanto como los demás miembros, pero eso no significaba que fuese así todo el tiempo; era un buen chico, como todos los demás.

Volví a prestar atención a todo lo que nos rodeaba después de haberme perdido en mis pensamientos por unos segundos, y fue en ese preciso instante cuando me percaté de que nos estábamos acercando al Starbucks que habíamos visto antes, al llegar al centro comercial.

En cuanto vi el logo que decoraba los tordos, las ganas de tomar un frappuccino de vainilla volvieron a aparecer, con más intensidad que la vez anterior.

- Yoongi-oppa - le llamé, causando que el mencionado dirigiese su mirada hacia mí - ¿Te apetece tomar algo?

En cuanto formule aquella pregunta, el chico de cabellos oscuros miro el establecimiento de aquella cadena de café tan famosa y no tardó en aceptar mi propuesta, por lo cual no dudamos en dirigirnos hacia el Starbucks.