Prohibido [Shōta Aizawa × Lectora]

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Aizawa y yo comenzamos una relación luego de ese día, debo decir que era algo extraño, jamás me imaginé en una relación con un hombre 15 años mayor y que además fuera mi profesor, pero lo disfrutaba, me gustaba estar con él. Las cosas entre los dos estaban cambiando, ya no era solamente sexo, a veces nos reuníamos únicamente para dormir, ver películas o simplemente disfrutar de la existencia del otro. Poco a poco se mostraba menos distante conmigo pues aunque le costaba expresar cómo se sentía, de vez en cuando se ponía meloso.

Las vacaciones llegaron, me fue bien en los exámenes de fin de semestre, así que sin problemas pude irme a Kioto con mi madre. No quería irme, quería quedarme y pasar tiempo con Aizawa, pero tenía que ir a ver a mamá y tampoco quería estar todo el tiempo pegada con Aizawa, no lo quería aburrir o algo por el estilo.

El último día de clases me despedí de todos en el salón, ellos podrían disfrutar juntos de las vacaciones pero yo no, yo estaría lejos de Musutafu. Por la tarde me reuní con Aizawa en su casa, pasamos el resto del día juntos, haciendo nada en realidad; él revisaba no sé qué cosas de la preparatoria y yo simplemente lo observaba, cualquiera podría decir que fue aburrido, pero para mí era todo lo contrario, estar únicamente viendo cuán atractivo es era de mis pasatiempos favoritos, desde antes de empezar a salir con él lo hacía en todas sus clases. Llevaba el cabello amarrado y unos lentes puestos, por dios, quería que en ese mismo momento me pusiera contra la pared. Por la noche me llevó a casa, le pedí que se quedara a dormir, aceptó y no, no dormimos, bueno, un poco. El aftercare con él fue de lo mejor, estaba realmente enamorada, hacía mucho tiempo que no me sentía así, en un sueño.

Al medio día emprendí mi viaje a Kioto, fue un viaje cansado pero no hubo problemas, llegué antes de lo esperado y en el aeropuerto ya me estaba esperando mamá. Fuimos a casa para descansar, toda la tarde estuvo haciendo preguntas acerca de mi vida escolar y personal, quería ponerse al día y no perder ningún detalle, sin embargo, solamente le hablé de mi vida escolar por obvias razones. Le di el regalo que Kirishima me ayudó a escoger, se puso muy feliz por eso, entonces me dijo una vez más que no lo dejara ir... le recordé que no había mas que una amistad.

Los siguientes días no hicimos gran cosa, mamá aún tenía que trabajar, por lo que me quedaba sola en casa la mayor parte del día, entonces aprovechaba para llamar a Aizawa, de vez en cuando le mandaba fotos y él también me mandaba, no podía evitar sonrojarme. En una ocasión mientras hacíamos videollamada me pidió que me tocara para él, solamente puedo decir que nunca disfruté tanto de masturbarme.

Cuando comenzaron las vacaciones de mamá nos la pasamos saliendo, de compras o lo que fuera. En noche buena mamá dijo que cenaríamos en casa de su compañero de trabajo y eso hicimos, aunque no me dijo nada, de inmediato supe que Tanaka era más que un compañero de trabajo, fue extraño, cuando me di cuenta sentí una presión en el pecho, ¿y papá? Papá ya no estaba, tenía que aceptarlo de una manera u otra. Por la madrugada lloré, no me sentía lista para esto, pero mamá merecía ser feliz y Tanaka no parecía ser un mal hombre.

Las vacaciones se fueron tan rápido como llegaron, me despedí de mamá en el aeropuerto y volví a Musutafu. Al llegar ya era de noche, llamé a mamá para avisarle que había llegado bien y eso fue lo último que hice antes de dormir. El lunes mi alarma sonó como de costumbre a las 5 de la mañana, rápidamente me levanté de la cama para llevar a cabo mi rutina antes de ir a clases para comenzar mi último semestre en la U.A., esta vez estaba contenta por ir a clases.

Al entrar al salón Kirishima me recibió con un abrazo.

—Hola, enana —dijo.

—Hola, Kiri. ¿Cómo estás? —pregunté al notarlo menos alegre de lo normal.

—Feliz de regresar a clases —respondió, pero no parecía ser así.

Le dije que a mamá le gustó el regalo que me ayudó a elegir y se animó un poco.