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— Señor Dunn, ¿puede oírme?— Le pregunto con un formulario para apuntar sus respuestas.

— Tienes una voz preciosa.— Le ignoro.— ¡Ah!— Se queja cuando Owen deja de evaluarle la espalda.

— Cállate. No le hables.— Le dice duro y serio Derek.

— Necesitamos placas, Turner.— Asiento y lo apunto.

— No quiero molestar, pero me duelen las piernas ¿Me las han acuchillado?— Pregunta.

— No hemos encontrado nada.— Le dice Hunt.

— Ni en la zona torácica o lumbar.— Completo.— Podríamos hacerle una TC ¿no? A parte de las placas, claro.

Miro a mis superiores. Derek asiente y el pelirrojo también. El pelinegro le inyecta una aguja a la cabeza del preso con una jeringa llena de una substancia.

— Si no me han acuchillado las piernas, ¿por qué me duelen?— Pregunta el paciente.

— Cuanto menos hable, antes acabaremos.— Le dice muy serio. Es extraño, nada más entrar su semblante ha cambiado, estaba feliz, sonriendo y ahora está serio y frío. Lo miro extrañada.

— ¿Le extraña que me hable así?— Me pregunta, mientras empiezo a curarle una de sus tantas heridas.— Todos son así.

— No le hables.— Le vuelve a decir y le quita la jeringa de mala manera, haciendo que le preso se queje mínimamente.

— Será más amable cuando me conozca. No somos tan diferentes.— Miro a Hunt y él me mira a mi, para luego ver al neurocirujano.— La gente está viva cuando nos conoce y luego las cosas cambian.— Miro a Derek que creo que se aguanta un millar de palabras poco agradables.










— Sigue doliéndole y aún no sé por qué.— Digo volviendo a examinar al preso con la ayuda de Hunt. Se queja demasiado como para que no sea nada.

— Si pudiéramos bajarle de la camilla.— Comenta el pelirrojo.

— ¿Esperamos a las placas?— Les pregunto. Derek esta apoyado en una pared mirándonos, sin hacer nada y completamente serio.— Según él, le duele la extremidad derecha.

— Según él. ¿Y si se lo inventa?— Miro a Derek.

— Le hemos dado morfina. No debería dolerle tanto.

— ¿Y si me pusieran un poquito más?— Pide el paciente.

— No somos tus camellos.— Habla duramente Derek.

— Llevo encerrado once años. Conseguir drogas incomunicado es imposible. 

— Esperemos a las placas.— Dice Hunt.

— Creo que es perder el tiempo.— Apunta Shepherd.

— ¿Doctora Turner?— Llega un chico con las placas, las coloco en el negatoscopio, observo la columna y eso me hace fruncir el ceño.

— Doctor Shepherd.— Lo miro y le hago una señal con la cabeza para que se acerque.— Creo que el arma sigue dentro.— Se lo señalo.

— Si, sigue ahí.— Mira a Hunt.— En la columna.

— ¿Así que estoy paralizado?— Pregunta el señor Dunn y se empieza a reír. Derek me mira, parece tenso y preocupado.— Mi ejecución es dentro de una semana. He agotado las apelaciones pero si estoy paralítico, mi abogado podría conseguir que aplacen la ejecución. ¿Podrían dejarme paralítico?

¿Ha pedido no volver a caminar? 

— No.— Contesta tajante.

Salimos los tres de Trauma subimos a una de las salas de la primera planta. Owen se queda para darle instrucciones a los guardias.

— ¿Te pasa algo con ese tío?— Le pregunto, aunque sé no me tiene que incunbir, pero ha cambiado completamente cuando ah entrado e esa sala.

— Ha matado a gente.— Me contesta.

— ¿Y qué?— Me mira.— ¿Si no lo hubieses sabido le habrías tratado igual?— Niega.

— Pero lo sé.— Suspiro.










— Está presionando la médula, pero no sé si la ha atrabesado.— Nos dice Derek.

— Se verá mejor cuando esté la TC.— Le digo.

— Hemos pedido una resonancia. Puede que aún en la TC no se vea demasiado bien.— Dice Hunt.

— Hay que seguir el protocolo. No quiero que un abogado logre que viva porque no le atendimos siguiendo las pautas.

— ¿Apruebas la pena de muerte?— Le pregunta Hunt.

— Apruebo el castigo.

— Hay gente buena que comete errores. Es una persona. No sabemos su delito.— Le digo.— No sabemos lo que hizo. No podemos juzgarlo.

— No, pero el jurado lo hizo y declaro pena de muerte.— Habla Derek.— Hay que repetir el análisis de hematocrito.— Me dice, salgo de la sala.

Vuelvo a trauma uno lo más rápido que puedo, pero Mark se interpone en mi camino antes de llegar al ascensor.

— No es el mejor momento, Sloan.— Le digo esperando al ascensor.

Wow.  ¿Sloan? Me has herido. Creí que después de llamarme "papi".— Lo miro a los ojos seria.— ¿Problemas con el preso?— No le digo nada, pero por lo que suelta por la boca se lo he contado todo. El ascensor me deja entrar y él se cuela para seguir con nuestro intento de conversación, y digo intento porque estoy demasiado enfadada por la actitud de Shepherd hacia el preso. Me parece muy bien que no le guste nada la gente que comete crímenes y que crea justo el castigo que se les aplica a todos, pero es médico, debe de ser imparcial, da igual lo que cojones haya hecho una persona antes de ser un paciente, tu deber es curarla.— Veo que no quieres hablar ahora sobre lo que te este pasando en ese caso. Pero... ¿Qué te parece cenar en mi casa?— Me ha pedido una ¿cita? Este hombre me supera.

— En otro momento te hubiera soltado una gracia y te habría dicho que no. Pero en este mismo instante, estoy tan cabreada con la situación que me voy ha ahorrar la gracia y directamente te voy ha decir no.— Le sonrío falsamente.

— Te vendrá bien hablar con alguien de lo que sea que este ocurriendo.

— No tienes ni voz, ni voto en lo que yo quiera contar y dejar de contar.— Alza las cejas. Reconozco que he sido borde.

— Vaya... Estás realmente cabreada. No sé que te habrá hecho Derek...

Gracias a Dios el ascensor llega a urgencias y puedo bajare sin decirle nada más. Voy ha trauma uno y el paciente sigue tal cual lo dejamos, hace unos minutos.

— ¿Se encuentra mejor?— Le pregunto.

— Bueno, todos son muy atentos, pero sigue doliéndome muchísimo.

— Le quitaremos ese objeto lo antes posible.

— Su jefe es un poco gilipollas.— Me comenta mientras le coloco los cables para el análisis.— No me gusta decir tacos, pero lo es.

— Bueno, es mi jefe.

— ¿Y no le parece gilipollas?

— Es bueno en lo que hace, su comportamiento no opaca eso.— Le digo defendiendo a Shepherd.— Señor Dunn, nos vendría bien para la operación saber qué objeto le metieron en la espalda.

— Puede que sea un cepillo de dientes. Se le quita la cabeza y se quema hasta que deja de ser un cepillo y se convierte en un cuchillo.— Me explica, lo anoto en los papeles que tenía antes .

— ¿Cómo acabó en su espalda?— Le pregunto.

— Me peleé con un amigo.— Asiento.

MEANT TO BE [MARK SLOAN] [GREY'S ANATOMY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora