2

4.4K 343 31
                                    

Creo que me podrían amputar las manos sin anestesia y no me dolería. No las siento, he suturado demasiado, brazos, piernas, costillas... La gente se hace brechas en lugares muy extraños. Estoy en el bar de al lado del hospital, mi plan era irme a casa y meterme debajo del edredón pero mi viejo coche no ha querido abrir la puerta, siempre se atasca y no abre, tengo que darle tres sacudidas y a veces un patadón para que se abra, pero se ve que eso no ha funcionado.

— ¿Bebiendo sola?— Giro mi cabeza para ver a Mark en la esquina de la barra. Llevo la sudadera que me ha dado está mañana me va bastante grande, pero es cómoda, tendré que lavarla y devolversela.— ¿No es de borracho eso?— Alzo las cejas.— ¿Y tus amigos?

— En sus casas durmiendo, donde debería estar yo.— Le respondo.

— ¿Y por qué no lo estas? ¿Quieres ligar?

— ¿La verdad?— Asiente bebiendo.— La puerta de mi coche no se abre.— Ríe. Coge su copa y se acerca a mi.— ¿Qué hace?

— Sentarme a tu lado.— Contesta, ruedo los ojos.— No me trates de usted.— Me dice.

— Es mi jefe, mi profesor.— Le digo viéndolo sentarse. Se encoge de hombros.

— Me hace sentir viejo.— Me explica.— Cosa que no soy.— Dice sonriendo. Se que quiere, pero no lo va ha conseguir.—¿Qué pasa?

— Se lo que quieres y no lo vas a conseguir.— Frunce el ceño sonriendo. El cabrón tiene unos ojazos.

— ¿El primer turno y ya te has enterado de todo?— Me encojo de hombros.

— Mis amigos me lo han contado todo, así que ni lo intentes.

— ¿Por qué piensas que quiero acostarme contigo?— Me pregunta.

— ¿No quieres?— Le pregunto, bebo un trago de la cerveza. Se encojo de hombros.

— Puede que si... Puede que no...— Ruedo los ojos.

— Al menos en la mente de los demás si que nos hemos acostado.

— ¿Yang te ha puteado por eso?— Asiento.

— Me duelen las manos de tanto suturar.— Sonrie.— Chad y Robin han estado viendo una operación de Shepherd, mientras tanto yo estaba en urgencias suturando. Hubiese matado por estar en esa operación. ¡Dios ¡Tenia que cortar un aneurisma enorme...!

— ¿Quieres especializarte en neuro?— Asiento.— ¿Y no te llama la atención plástica?

— ¿Poner tetas, culos, hacer rinoplastias, liposucciones...? No, no me llama la atención.

— Hago más cosas que poner tetas y culos.— Me dice.— Hago más cosas, alucinarías con lo que puedo ha hacer en un quirófano,— lo miro— y en la cama te volverías loca.— Niego sonriendo.— Todas dicen que se me da muy bien.

— ¿A las que le has puesto las tetas o con las que te has acostado?

— Las dos.— Sonríe haciéndome reír.— Tienes una risa preciosa.

— No vayas por así Sloan...— Le advierto.

— ¿Estoy entrando en zona peligrosa?— Cuestiona.— Me gusta que las cosas preciosas sepan que lo son.

— Que encantador.— Sonríe de lado.

Hace demasiado honor a su apodo. Es demasiado caliente.

Su pelo, los ojos, la barba, de verdad que es demasiado ardiente, pero no pienso acostarme con él.

No por ser una más, existe le sexo sin compromisos, no tengo problema con eso, el problema es que es mi profesor y mi jefe. Ah bueno, y que me saca veinte años o más, se lleva menos años con mi padre que conmigo. Su teléfono suena y lo coge.

— Hola preciosa.— ¿Está contestándole a otra amiguita suya mientras liga conmigo?— No, no puedo ir.— Dice cambiando su voz a un tono más suave.— ¿Se lo has pedido?— Pregunta.— Si, ya sé que papi lo hace mejor.— Dice riendo. Dios que asco. Giro la cabeza para que no me vea y hago una mueca de asco seguida de una arcada.— Seguro que mamá o mami puede contarte una historia y arroparte.— ¿Mamá o mami?— Mañana te prometo que te recojo de la guardería y cenas y duermes en casa ¿te parece?— Sonríe por lo que le responde.— Ahora devuelve el móvil a mamá y a dormir, pequeñaja.— Su sonrisa crece un poco.— Buenas noches, pequeña. Te amo.— Le responde algo y cuelga.

— ¿Tienes una hija?— Le pregunto.

— Dos ¿No te lo han contado tus amiguitos?— Pregunta divertido guardando el móvil en el bolsillo del pantalón. Me lo quedo mirando.— Si, se llama Sofía y tiene tres años.— Contesta.

— ¿Y su madre?— Le pregunto interesada. No lo veía con una hija.

— La pequeña es hija de Callie.— Abro los ojos y creo que por un segundo mi mente explota.— Pero ella está casada con Arizona.— Frunzo el ceño.— La rubia con la que estaba hablando esta mañana.

— ¿Inseminación?

— Sexo puro y duro.— Bebe un trago.— Mira, Callie y yo nos hemos acostado desde que nos conocemos, es mi mejor amiga, no hay problema, no hay tensiones, no tenia que darle explicaciones de nada y no estábamos incomodos. Ella empezó a salir con Arizona, pero luego de unos años a ella le ofrecieron  una beca para ir a África, ella se quería ir, pero Callie no estaba segura... blah, blah, blah... Arizona se fue y Callie se quedo, rompieron y yo también lo deje con mi...— le cuesta decirlo— da igual, nos acostamos y boom, Sofía.— Finaliza.— Ella quería ser madre, pero como Arizona no, no lo fue antes, y yo también quería ser padre así que seguimos adelante.

— ¿Y la otra?

— Se llama Sloan.— Alzo las cejas.— Me entere que existía cuando ella tenia dieciocho años, ella me buscó, estaba embarazada y quería ayuda. Cuando era joven me acosté con su madre, y se quedó embarazada y como un idiota le di dinero para que abortara.— Alzo las cejas.— Si, lo sé. Pensé que había aboratado, pero no. Cuando llegó le tendí la mano y después de volver de Los Ángeles para que la operaran se fue. Luego volvió cuando estaba naciendo el bebé, lo dio en adopción y se fue.

— ¿Entonces también tienes un nieto?— Asiente, bebo un trago.

— Pero no lo conozco, lo vi por última vez cuando era un recién nacido. Pensé en adoptarlo.— Me cuenta.— Quería ser padre y mi...

Me está contado toda la historia de sus hijas.

— Si, te entiendo.

— No quería porque era muy joven, y no quería comprometerse de ese modo. Así que lo hice con Callie.— Asiento.— No me hacías con una hija ¿no?— Niego.— No soy tan irresponsable como pensabas.— Dice sonriendo, se levanta dejando un par de doláres para pagar su bebida.— Es tarde, ¿te llevo a casa?

— No hace falta, voy ha intentar abrir la puerta.— Hablo levantandome, ya había pagado mi cerveza así que no dejo dinero en la barra. Cojo el bolso y los dos vamos hacia la puerta del bar, cuando salimos está lloviendo, no es lo mismo Seattle que Los Ángeles, como hecho de menos el calor.— Vaya mierda.

— Bienvenida a Seattle.— Sonrie señalando con su mano la calle.— Lleva un paraguas siempre, es un consejo.— Dice sonriendo y se adentra en la lluvia.— ¡Vamos, Arya!— Grita para que le oiga por encima del ruido de la lluvia.

— ¡Esta mañana me he mojado con tu café, no quiero volver a mojarme!— Le grito de vuelta.

— ¡Venga ya! ¡Es tarde y mañana trabajas!

— ¡Puedes irte!— Me mira mojandose. No se va. ¿Por que no se va?

MEANT TO BE [MARK SLOAN] [GREY'S ANATOMY]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora