xxii. Jason And The Argonauts

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—Te voy a dar una pista —dijo Annabeth—. ¿Qué es lo que consigues cuando despellejas a un carnero?

—¿Montar un estropicio?

—Lo juro por los dioses de arriba, Percy... —quería sumergirle la cabeza en la lava, pero Annabeth no me lo permitió.

—Un vellón —interrumpió—. La piel del carnero se llama vellón o vellocino, y si resulta que ese carnero tiene lana de oro...

—El Vellocino de Oro. ¿Hablas en serio?

Cuando Annabeth raspó unos huesos de pájaro del plato y los lanzó a la lava, dije:

—Percy, ¿te acuerdas de las Hermanas Grises? Dijeron que conocían la posición de lo que andabas buscando, y mencionaron a Jasón. A él le explicaron hace tres mil años cómo encontrar el Vellocino de Oro. ¿Conoces la historia de Jasón y los Argonautas?

—¡Sí! —asintió—. Esa vieja película con los esqueletos de arcilla.

—¡Oh, dioses, Percy! No tienes remedio.

—¿Cómo era, pues?

Antes de que pudiera asesinarlo, Annabeth decidió contar la historia.

—Escúchame bien. La verdadera historia del Vellocino de Oro trata de dos hijos de Zeus, Cadmo y Europa, ¿sí?, que iban a convertirse en víctimas de un sacrificio humano y suplicaron a su padre que los salvara. Zeus envió un carnero alado con lana de oro, que los recogió en Grecia y los trasladó hasta Cólquide, en el Asia Menor. Bueno, en realidad sólo trasladó a Cadmo, porque Europa se cayó en el trayecto y se mató. Pero eso no importa.

—A ella sí le importaría...

—La cuestión —intervine—, es que cuando Cadmo llegó a Cólquide, ofrendó a los dioses el carnero de oro y colgó el vellocino en un árbol en mitad de aquel reino. El vellocino llevó la prosperidad a aquellas tierras. Los animales dejaron de enfermar. Las plantas crecían con más fuerza y todo ese rollo. Por eso Jasón quería el vellocino, porque logra revitalizar la tierra donde se halla. Cura la enfermedad, fortalece la naturaleza, limpia la polución atmosférica...

—Podría curar el árbol de Thalia.

Asentí.

—Y reforzaría también las fronteras del campamento. Pero lleva siglos perdido; montones de héroes lo han buscado sin éxito.

—Pero Grover lo ha encontrado —dijo Percy—. Salió en busca de Pan y ha encontrado el Vellocino de Oro, porque los dos irradian magia natural. Tiene sentido, chicas; podemos rescatarlo y salvar el campamento al mismo tiempo. ¡Es perfecto!

Annabeth vaciló.

—Quizá un poquito demasiado perfecto, ¿no crees? ¿Y si es una trampa?

—¿Qué alternativa tenemos? —dijo Percy—. ¿Vais a ayudarme a rescatar a Grover, sí o no?

Ambas compartimos una mirada antes de mirar hacia donde Tyson jugaba con la lava, haciendo botes de juguete con tazas y cucharas. Tenía la sensación de que estábamos pensando lo mismo.

—Percy —susurré—, tendremos que luchar con Polifemo, el peor cíclope. Y sólo hay un sitio donde puede estar su isla: el Mar de los Monstruos.

—¿Dónde queda eso?

¿Es tonto? Mira, mejor no voy a responder.

—El Mar de los Monstruos —lo miré—. El mismo mar por el que navegó Ulises, y Jasón, y Eneas, y todos los demás héroes griegos.

✓ ¹ SUNSHINE! percy jacksonWhere stories live. Discover now