VIII

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—Así que este es el club de Taekwondo...

Tanjiro mira curioso el dojo.

No había nadie, ya que aún no acababan las clases.

—¿Estás seguro de saltarte la última hora?

Kanao cierra la puerta del dojo y mira también alrededor.

—Inosuke me dijo que viniera, así que...

—Estás ¿No?

Tanjiro asiente.

La puerta se abre, Kanao que recién 5 segundos antes la había cerrado voltea a verla con el ceño fruncido y preparada para romper alguna cara.

Pero los ojos verdes que aparecieron hacen que baje sus manos.

—Tanjoro... y... tú.

La de ojos violetas frunce el ceño.

—Tanjiro, Inosuke, Tanjiro.

El pelirrojo le sonríe.

—Pensé que vendrías solo.

—Ah... perdón, luego de salir debo buscar algo para Kanao-san así que la invité.

—Mmm... ¿Cómo te llamas?

La manera algo grosera de hablar de Inosuke la enoja un poco, pero ella normalmente también actuaba así, así que no le presta mucha atención.

—Kanao, Tsuyuri Kanao.

—Tsuyuri, bien.

—Tsuyuri-"san", por favor.

Ella le sonríe.

Inosuke frunce el ceño.

—Tsuyuri-"san", que me importa, quería... darte lo básico de taekwondo, Tanjiro.

—¡Hm, hm! ¡Cómo digas!

Kanao se queda firme mirando hacia Inosuke, quien empezaba dándole teoría a Tanjiro.

Luego de asegurarse que no le haría nada, se sienta junto a la pared.

—¿En verdad debo enseñarte? ¿Para qué la trajiste? ¡Íbamos a pelear!

Inosuke murmura en voz baja hacia Tanjiro.

—¡Lo siento! Es que era una oportunidad única que estar a solas con ella.

—Tú, maldición...

Luego vuelven a su teoría.

En media hora estaban en la práctica y Tanjiro actuando era bastante bueno.

—Kanao-san ¿Puedes traerme algo de beber? Perdona te pido eso...

La chica se levanta de inmediato.

—Volveré luego.

Y siguiendo sus deseos, fue a conseguirle algo para beber.

Tan pronto la puerta se cerró, las patadas de Inosuke se volvieron el triple de fuerte.

—Aguanta, aguanta.

Tanjiro ríe y recibe las patadas.

Inosuke chasquea su lengua, luego empieza a lanzar puñetazos, que también son recibidos por Tanjiro, otros si eran evitados.

Se evitan por un tiempo, hasta que la puerta se vuelve a abrir y vuelven a golpearse débilmente.

—La clase ya casi acaba.

Entra con tres latas en las manos y sonriente.

Ellos se detienen y beben lo que Kanao les había brindado.

Mío - TanjiKana (Obra Larga)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang