Después que todo sus sueños fueron rotos, que fue abandonado por Todos y Todas, y al ver que los entes que creia que eran incorrompibles no lo eran, el juro que iba a hacer su perdición, y lo iba hacer con un poder del pasado, el poder de los dioses...
Lunes un día que muchos dirían que sería el peor de Todos pero a eso a nadie le importa realmente, ya que de todos modos siempre llegará y hoy en el país del sol naciente en la ciudad de musutafu un nuevo ciclo semanal había comenzaba.
Pero en una parte de la ciudad cuando nisiquiera el alba se había alzado en el horizonte, en lo que parecía una zona de viejos almacenes se escuchaban sonidos pesados y secos en el interior de uno de esos almacenes, ya que en el interior de este almacén habían dos personas peleando en un cuadrilátero mientras que otra les observaba desde afuera.
— Así deberías estar, perra rabiosa, en el suelo como la basura que eres - Dijo una chica peli verde teniendo en una llave a un cierto peli cenizo contra el suelo -.
— La única que debe estar en el suelo eres tú, perra vegana, besándome los pies - Habia contestado el peli cenizo mientras con su pierna derecha golpeó el muslo de su contricante desestabilizando su agarre y eso lo aprovecho para safarse de llave que le habían hecho -.
Eran nada mas y menos que Bakugou Katsuki e Midoriya Izumi junto a su siempre amiga castaña Uraraka Ochako que les observaba cómo pelean mientras ella saltaba una cuerda.
— Chicos, deberían aguardar sus energías para hoy, recuerden que saldremos de excursión y necesitarán fuerzas para superar las pruebas - Dijo Uraraka deteniéndose de saltar la cuerda viendo como Katsuki le hizo un suplex a Izumi -.
— tranquila, cara redonda, tendremos la suficiente energías para superar a toda esa banda de extras en las pruebas. Además esto lo hacemos cada día y hoy no sería la excepción - Dijo Katsuki mientras esquiva una patada alta por parte de Izumi que iba directo a su rostro agachándose pero no espero que con el impulso de la primera giraría en su propio eje para impactarle una patada giratoria en el costado de su abdomen - Puta perra.
— ¿Que acaso lastime a la niñita? - Dijo burlona mente Izumi para después esquivar una serie de derechazos y izquierdazos por parte de Katsuki para después impactarle un rodillazo en el estómago de este - El musulmán tiene razón, Uraraka, cada día hacemos ésto antes de las clases y hoy no será la excepción.
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