15. Capítulo

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Sus pasos eran lentos, su respiración, agitada, y sus manos... Ag!, sus manos, ya no se podían observar nada de piel humana, solo se podía ver sangre, sangre que brotaba de las heridas que se había hecho minutos atrás. Llevaba puesto el vestido de la boda de su hermana; blanco, aunque ahora tenía unas enormes manchas rojas de regalo.

-La falsa Artemisa.


Relatos de una persona incandescenteWhere stories live. Discover now