C A S T I G O

22.1K 1.2K 528
                                    

Archivos Perversos II (+18)

Chelsea

—QUE ME SUELTES, SUÉLTAME.

Las cadenas lastimaban mis manos, mis brazos, todo mi cuerpo, no podía librarme de ellas.

—Quieta, quédate quieta Chelsea.

—AUXILIO —mi voz se desgastaba con cada grito—

—QUIETA, VAN A DROGARTE OTRA VEZ, QUÉDATE QUIETA. —El hombre intentaba hacerme callar, no de nuevo—

—NO ME TOQUES, NO ME TOQUES.

—TRANQUILA —gritó— OBEDECE QUÉDATE QUIETA, NO QUIERO LASTIMARTE, YO ESTOY PARA AYUDARTE.

—ANOCHE ME ENTREGASTE CON UN HOMBRE QUE ME HIZO TODO ESTO. 

—Solo sigo las reglas, mírame.

Agarró mi rostro y me hizo mirarlo.

—No me toques —gruñí y escupí su cara—

—No seas estúpida niña, quédate quieta, cálmate y te desataré. 

Necesitaba que me desataran, necesitaba que me soltaran para poder huir.

—Suéltame. 

—Como intentes escapar, tocaré ese botón y ellos vendrán por ti, hay vigilancia las 24 horas, no serás mas rápida que los guardias, así que comienza por hacer caso y verás que te irá mejor. 

—Entonces no me sueltes.

—Las monjas quieren verte, quieren purificarte. 

—¿Con más latigazos?

—Te bañaran en el altar, para limpiar tus pecados. 

—¿De qué hablas? ¿Qué pecados? —grité—

—Todos sabemos que te acuestas con tu hermano —dijo con asco—

—¿QUÉ? —exclamé en un grito— NO ES MI HERMANO MALDITA SEA. 

—Si si, como sea, debes cambiarte —me tiro una bata blanca, demasiado para mi gusto— Te soltaré y saldré, debes cambiarte, si no lo haces no me quedará otra que llamar a Samuel. 

Solo lo mire, con mi peor cara, no se le movía un musculo, maldito idiota. 

—Suéltame. 

—A tus órdenes —sonrió—

—No sonrías, me entran ganas de golpearte —admití—

—Causo ese efecto en todas, pronto cambiará, ya verás —con una simple llave me liberó— 

Maldito engreído.

Mi cuerpo me dolía como la mismísima mierda, mi espalda fue azotada seis veces anoche, según la biblia, el mandamiento número 6 es "NO COMETERÁS ACTOS IMPUROS" , así que me gané 6 azotes, agradezco que no hayan aplicado la número 9. Cambié mi ropa rápidamente y me puse la bata blanca.

—Estoy lista —grité—

—Como intentes atacarme, un guardia te disparará. 

Mordí mis labios para no insultarlo y que las estúpidas monjas me escuchen.

—Puedes pasar tranquilo. 

Luca entró y me miró de arriba abajo, sonrió de lado.

—Bien, átala —le indicó al guardia—

Preferí no moverme, me lastimaría aún más.

—Muy bien, ahora que estás nuevamente encadenada, voy a comenzar a peinarte.

Archivos Perversos II (+18) - MR - COMPLETAWhere stories live. Discover now