Capitulo 7

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Eran las seis de una tarde primaveral. Tae-Eul y Gon se marcharon dejando solos a Yeong y Seung-Ah. Caminaron por la ciudad mientras hablaban:

-Me gusta el lugar... Es como estar en el Reino, pero a la vez no.- Dijo Seung-Ah apreciando los paisajes.- ¿Podemos quedarnos unos días?

-Te olvidas que tenemos trabajos a los que asistir?

-Trabajos de otro mundo, literalmente.- Río. -Te imaginas decirle a alguien de aquí que trabajamos para un Rey?- Se hizo una pausa. -Esta semana son mis vacaciones.

-Creí que querrías visitar a tus padres.

-Lo haré cuando regresemos. Quedémonos solo nosotros.- Le propuso girando la cabeza para mirarlo.

-Tendremos que estar constantemente atentos de que nadie nos confunda con nues...

-Vamos a una playa lejana, solitaria.- Dijo antes de que Yeong pudiera terminar de hablar.

-¿Cuál es la diferencia? Vamos a una playa lejana en el Reino.

Seung-Ah soltó una risotada. -Te conozco hace poco pero... Crees que podrás estar tranquilo lejos de tu puesto? Estarás al pendiente del teléfono en todo momento.

-Oh!- Yeong se detuvo y metió la mano dentro del bolsillo de su pantalón. Sacó un teléfono celular que estaba vibrando. Miro la pantalla e hizo sombra con la otra mano, deslizó su dedo y se llevó el celular a la oreja.- Si, su majestad.- Dijo.

Seung-Ah puso los ojos en blanco. Mientras él hablaba casi de forma inaudible para que nadie escuchara su conversación, ella contemplaba la vista. Pasaba mucha gente que salía de sus trabajos, muchos cansados, muchos oyendo música en sus auriculares, un que otro turista tomando fotos. De repente un hombre apuesto de unos treinta años pasó por delante de ella y ambos cruzaron miradas. Tenia el cabello largo hasta donde le terminaba el cuello, castaño oscuro tirando a negro. Ojos marrones, una piel de porcelana y facciones de niño pequeño.

 Ojos marrones, una piel de porcelana y facciones de niño pequeño

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El se detuvo y le consulto:

-Disculpa, nos conocemos?- Intentando verle los ojos a través de los anteojos que ella llevaba puestos.

Ella lo observó con cuidado pero no lo reconoció.- No lo creo... Lo siento.

Yeong se percató de la situación e inmediatamente la tomó del brazo y comenzó a caminar. -Vamos, es peligroso interactuar con la gente de aquí.- Le dijo Yeong. El hombre se quedó mirando como los dos desaparecieron entre la gente.

-Su majestad nos compró unos teléfonos para que podamos comunicarnos aquí.- Dijo Yeong y le entregó uno a Seung-Ah.

-Los dejo de sorpresa en tu bolsillo?- Pregunto agarrando e inspeccionando el celular.

-Si.

-Que romántico.

Yeong la miró de mala gana.

Cualquier mundo mientras sea contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora