Promételo (Louis Tomlinson y tú, 4 temporada)

Capítulo 14

Curiosamente, no había vuelto a ver a Louis Tomlinson hasta el viernes en la discoteca. Yo iba vestida con una falda negra y una blusa de botones. Fue al primero que vi al entrar en la discoteca, no porque fuera el que más se notaba, sino porque era el único que estaba en la terraza, sólo y con una botella de Whisky al lado. Apenas se inmutó al saludarme y me sorprendió aún más. Fui a la barra.

-¿Lo de siempre?

-Sí...-Dije sin levantar la mirada de Louis, el camarero se dio cuenta.

-Lleva así toda la noche, hasta a mí me ha sorprendido que no haya ligado. Ha hecho amagos de llorar pero no lo he visto sacar una lágrima.

-¿Sabes qué le pasa?

-No...

Asentí y cogí mi bebida, salí hacia la terraza y me encendí un cigarro.

-¿Puedo?-Dije señalando al sillón delante de él, asintió sin mencionar palabra.-¿Qué te ocurre?

-No quiero molestarte con mis problemas...

-Quizás si me los cuentas te sientes mejor...

Él suspiró, rozó sus manos con el vaso y después de un trago seco miró hacia mí.

-Hace años, el día de hoy era mi favorito. Lo tenía todo, la tenía a ella... Me iba a casar y justo en ese momento la vi dudar y la dejé ir con el chico malo, el chico malo que la enamoró y cambió por ella... Ahora tienen tres hijos. Yo no tengo nada, ni una relación seria porque siempre que tengo algo, ella aparece en mi mente y recuerdo que nadie la iguala, todas las demás sois iguales, buscáis sexo y adiós...

-Te equivocas...-Susurré sin mirarle a la cara.

-No mientas, prefieres al chico malo que fume y vaya en carretera a 200 km/h que al niño bueno que te de todo.

Tragué saliva, otra vez el tema del chico malo.

-Prefiero a un hombre que me trate como mujer...-Animé a decir sin mirarlo, una lágrima traicionera recorrió mi cara.

-¿Qué te pasa?

-Tonterías, no tiene importancia...

-Cuéntame, a lo mejor si la tiene...-Dijo volviendo a dar un trago seco de su bebida. Hice el amago de levantarme, pero su mano fue más rápida y me paró.- Por favor...

-Voy a recargar la copa...

-Voy yo, así garantizo de que no desaparezcas...-Dijo triste, supuse que en el fondo le agradaba mi compañía. Me terminé mi cigarro en lo que él llegaba, me dio la copa en mis manos.

-¿Y bien?

-¿Ves las noticias?

-De tanto a tanto. -Respondió sin expresión.

Yo suspiré, no hablaba de esto con la gente y mucho menos con los que apenas conocía, pero sentía que se lo debía.

-Yo me enamoré a los 16 años del chico malo que fumaba e iba a 200 km/h como tu dices, el primer año fue genial, era mi príncipe, mi vida... Pero de pronto todo cambió, empezaron las amenazas... "Dame el móvil o te parto la cara" "Dame dinero o tendrás problemas" hasta que un día mi problema creció, y empezaron los empujones, agarres y cachetadas... Fui violada 20 veces por él, por negarme a mantener relaciones sexuales... En la última, le dije que quería dejarlo...-Suspiré y mis ojos se llenaron de lágrimas, subí mi camisa y bajé un poco mi falda y dejé ver dos heridas de 5 centímetros.- Después de violarme me apuñaló, sus padres me encontraron 10 minutos después mal herida. Estuve un mes en coma por mi perdida de sangre...

No respondía, me sentí odiota. Sólo me miraba directamente a las heridas, alzó su mano hasta ellas y acarició con cuidado. Empecé a sentir miedo a que pensara que me tenía que mirar con pena...

Narra Louis.

Odio como se cristalizan esos ojos, siento como sufro su mismo dolor. ¿Por qué alguien sería capaz de hacerle tanto mal a una niña como ella? Es preciosa, fuerte... Nadie diría que ha sufrido tanto. Me encanta su olor, desde aquí puedo oler el aroma de coco... Tendría miedo hasta a tocarla por si se rompiera...

Narra Page.

El silencio sigue entre nosotros, miro a mi bebida y me la tomo de un sorvo. Por suerte veo como su mano se eleva a secar una de mis lágrimas.

-¿Qué edad tiene?

-26..-Susurré.

-Ese tío está loco, no sabe lo que perdía.-Suspiró.- ¿Quieres otra bebida?

Asentí.- Yo la pido, tengo dinero.

-Déjame pagarlas a mí, por favor.

Él se marchó con mi copa y a poco volvió con otra, yo mantuve mi mirada en el paisaje mientras él no despegaba la mirada de mí.

-¿No pasarás la noche con ninguna mujer?-Dije poniendo tema.

-No creo, es un día que me quiero comer sólo, no sé que pensarían si se despertaran y me escucharan llorando a su lado...

Saqué una sonrisa a medio lado.

-Eso es una escusa que pones porque ya te has acostado con todas.

-No, con todas no...-El se rió.- Contigo no.

-Soy una cría...-Repetí sus palabras.

-Y yo un pijo...-Dijo sonriente y se sirvió otra copa, ahora bebía más lento.