Mi sorpresa era mucho mayor a medida que sus palabras comenzaban a rozar con desmedida la irritación que me provocaba oírlo. Me sentía un tanto cansada, y para ser franca mi conducta y moral no era del todo agradable cuando una posible jaqueca decidía poseer mi malhumor. Suspiré bajando los hombros y entonces me acerqué a él un poco más con los pies en las nubes y la cabeza en el infierno.

—¿Tanto sacrificio te cuesta ser un poco agradable conmigo? No conozco al abogado de tus padres, pero estoy segura que no sería tan idiota como lo eres tú conmigo. —reclamé obviando la situación. Mis fastidios no eran los mejores con los frenos, pero aún así estaba intentando hacer lo mejor posible por sobrellevar una pequeña discusión hasta que pudiera menguar cualquier indicio de una pelea a muerte.

—¿Lo idiota que soy contigo? Gaeri, crecí sabiendo que la privacidad personal es completamente eso, personal. —detestaba admitir que tenía razón, y me hallaba descubriendo que me sentía tan molesta por no tener el control de la situación (cosa que me parecía muy desagradable de mi parte). Su justificación estaba acertada, y no pude darle el crédito de aquello puesto que cada vez más mi cabeza palpitaba como si mi cerebro de repente se hubiese confundido y hubiera tomado el trabajo de mi corazón en su lugar, ya que tampoco podía razonar como cualquier persona en un momento bajo presión.

—Justo ahora quiero matarte. Me duelen los pies, tengo algo como jaqueca y además te tengo a ti siendo un idiota. —rezongué empuñando mis manos sobre mi estómago. Taehyung me observó unos instantes, casi preocupándose. Sus ojos me estudiaron varios segundos antes de dirigirse a mí nuevamente.

—Bien, suficiente. Lo último que quiero es discutir contigo. —sabía que no quería escucharme parlotear como una señora haciendo fila en el supermercado, pero aún así el tono que había usado me indicaba malicia. Él no se hallaba tranquilo y por ende yo tampoco.

—No discutiríamos si tan solo fueras más lindo. —protesté y quise adivinar la respuesta que diría entonces.

—Estamos discutiendo porque estás  preguntando demasiado. —insistió señalándome peligrosamente con su dedo índice. Quizás él decía que no quería discutir conmigo, pero el responderme lo tentaba a hacerlo.

—Sí, y se debe a que ni siquiera intentas ser mi amigo. No me has dicho nada de ti, eres distante y actúas como si me odiaras la mayoría del tiempo. —dije severa, estoica. Me encontraba jugando con mis respuestas, me parecía de alguna forma divertido mantener a Taehyung a la defensiva, tal vez porque era como maniobrarlo a mi gusto, o quizás porque cada vez descubría que conmigo él no podía ser tan duro.

—Gaeri, no te odio. —me aclaró de inmediato. Relajó su cuerpo de repente y negó con la cabeza sin mirarme, como si eso reflejara la vergüenza y el bochorno que le provocaba que yo me sintiera así por él.

—Pues pareciera que sí. —reproché haciendo la acción de cruzar mis brazos y mirarlo con pura expectación. Conseguí sonreír tan solo unos segundos dado que mi humor cambió al verlo con los ojos caídos y labios tensos; quizás había logrado que él intentara reflexionar tan solo unos segundos su comportamiento conmigo, porque cuando me miro a los ojos otra vez y se sorprendió con mi sonrisa, su semblante serio fue lo único que pude apreciar con plena exactitud.

—Voy a odiarte definitivamente si sigues molestándome. —gruñó.

—¿Yo te estoy molestando? ¿Es una amenaza? —mis ganas de seguir discutiendo eran insanas y un tanto exageradas, sin embargo la expresión de desconcierto en Taehyung era como ver un hermoso cuadro pintado a óleo de un paisaje de campo, con una brillante paleta de colores.

—Sí, y no soy de lo más agradable cuando me molesto en serio. —podía apostar a que era una advertencia, y también me quedaba claro que cobraría la palabra en otra próxima discusión.

𝑰𝒏 𝒕𝒉𝒆 𝑹𝒂𝒊𝒏 𝑻𝒐𝒈𝒆𝒕𝒉𝒆𝒓 | 𝑲𝒊𝒎 𝑻𝒂𝒆𝒉𝒚𝒖𝒏𝒈 +18 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora