—¡No soy fea pedazo de tonto! —golpeo su pecho.
—¡Bingo! —me levante de mi asiento señalando. —Son tan raros. —dije sentándome lentamente. Yangyang solo estaba mirando a otro lado, Lia estaba que se moría de la vergüenza. —¿No nos pensaban decir?
—Lo estábamos intentando. —dijo Lia.
—¿Desde cuándo? —dijo Munsu.
—¿Un mes? ¿Dos meses?
—¿En serio? —dije sorprendida. — y nosotros sin saber. Par de...
—¿Saben los demás? —negaron.
—Ahora que me acuerdo. —dije tratando de recordar con exactitud las palabras que una vez Yangyang me dijo. —¿No tenías novia? —mire a Yangyang. —La que te dijo que estabas gordo. —le recordé. Qué bueno que termino con ella, ¿qué novia o persona tenía el derecho de decir eso? Nadie.
— Nunca existió. —dijo entre risas dejándome confundida. —Ese día había invitado a Lia a comer después de la escuela, no quería comer tanto.
Eres raro. Pensé.
《...》
—¿Sigues enojado? —me colgué de su cuello dejando un beso en su mejilla.
Ayer después de haber estado celoso, aunque él lo niegue era cierto, se molestó porque le dije que no iría con él, que me iba a quedar con Munsu un rato más.
Aunque tuvimos nuestra videollamada de todas las tarde, pero fue distinta, estaba serio y casi ni hablaba, era yo la que decía todo.
—Ya no te enojes.—deje caer mi cabeza hacia atrás.—Vamos al parque, ¿sí?—volví mi cabeza en la posición de antes dejando un beso en sus labios.—¡Oye Jung! —lo sacudí levemente.—¿me vas a seguir ignorando? —no respondió, sólo miraba hacia otro lado.—No voy a ser como otras ocasiones.— deshice mi agarre acomodando mi falda junto con mi mochila.—Nos vemos cuando se te pase.— lo vi antes de dar un paso saliendo completamente de la escuela.
Mi plan era así: hacerme la enojada, pasarían dos cosas: o de verdad está molesto y se queda ahí sin más, o va a ir a donde estoy, que por lógica es mi casa o el parque, pero no sé si esto funcionará.
—¡Hyemi, yo soy el enojado, no tú! — voltee viendo como venía caminando con su semblante serio. Reí. — ¡Además, te fuiste sin darme un beso! ¡Es injusto!
Camine más rápido, ni de loca iba a empezar a correr, pero por los pasos tan cortos que está dando en estos momentos no creo que me alcance.
El parque no estaba tan lejos de la escuela, más bien, estaba más cerca que la parada de autobús que nos llevaba a casa.
Me adentré al parque seguida de Sungchan, era hora de que también los niños de la escuela elemental salieran, los afortunados vendrían al parque a pasar unas pocas horas antes de llegar a casa y poner a hacer tarea.
Cuando iba en la escuela elemental deseaba con todo mi ser ir al parque después de la escuela, pero mamá nunca dejaba a Min hacer eso, siempre dijo que ella como madre lo haría, pero por su trabajo nunca se logró.
—¿Te vas a sentar o te quedas ahí parado? —dije haciéndome a un lado en la banca. —Siéntate. —acató mi orden. Ahora que estamos aquí los dos, sentados sin algún motivo en especial, sin nada que nos tenga acá por obligación, quería decirle lo que más temía, o tan solo pavimentar el camino. — ¿Cómo está Mark? —pregunté. No sabía cómo debía de empezar.
—Bien, raro, pero bien. —río pasando un brazo detrás de mí. —¿Quieres kimbap?
—¿Tienes? —asintió regresando su brazo abriendo su mochila buscándolos. —¿Los has traído todo el día? No creo que sepan buenos ya.
— Los compre en la salida. —seguía buscando. —Salí antes y aproveché en comprar dos. —saco una bolsa negra. —No sé porque te gustan más los triangulares que los redondos. —saco un kimbap entregándomelo. —Son lo mismo.
—¿y a ti porque te gusta más el sushi que el kimbap? —dije abriéndolo. —Es lo mismo. —trate de imitar su voz.
—claro que no.—dijo entre risas mordiendo un pedazo. —No me hagas reír, no ves que estoy enojado.
—Sí, claro, como no. —dije entre risas mordiendo mi kimbap mirando como los niños jugaban entre ellos. Mire a Sungchan que estaba en su celular. Me acerqué más a él recargando mi cabeza en su hombro. —¿Cuándo es el examen?
—Mañana. —asentí. —¿Tú no lo vas hacer? —negué masticando. —¿Por qué? ¿No piensas seguir estudiando?
—Claro que sí, solo que no aquí. —lo deje salir sin rodeos.
—¿A qué te refieres? — me enderece mirándolo.
—¿Qué harías si me fuera al extranjero? —se puso rígido.
Lo mire con sumo cuidado, me miraba directamente a los ojos, más aumentaba mi nerviosismo.
—¿Te vas a ir? —asentí. —Pero es a Jeju, ¿no? Nos podemos ver los fines de semana. — volvió a recargarse en el respaldo relajado. —Solo es un año. Está bien.
—Sungchan, Jeju es parte de Corea. —rodee los ojos.
—Necesitas pasaporte para viajar ahí, tiene técnicamente su propio gobierno. Es extranjero. —chasqueó sus dedos.
—No, no me iré a Jeju. —pare unos segundos reconsiderando si era bueno no decirle e irme sin darle una explicación como tal. — No es por un año. —me miró serio. —En los folletos que nos dieron hace tres meses, me llamó la atención una Universidad de diseño. —me detuve esperando alguna palabra de su parte. — Tengo que pasar los cuatro años, si no cinco años allá. —mi tono era muy sutil, como si se tratara de una madre que está recibiendo una mala noticia.
—¿Dónde es? — pregunto serio mirando a otra parte.
—Canadá. —respondí.
Asintió.
Espere a que dijera algo, pero nunca llegó. — ¿Qué quieres hacer? —le pregunté.
—Nada. — revisó su celular. —Me tengo que ir, llego tarde. — se levantó cerrando su mochila con el kimbap en mano. — Nos vemos luego.
—Jung. —lo detuve. —¿te vas sin darme un beso? — se formó una sonrisa cerrada en sus rostros, asistió.
Me levante entrelazando mis manos detrás de su cuello acercándome a él. Algo me decía que aprovechara este momento. Lo mire antes de juntar nuestros labios en una linda y suave sincronización, la electricidad que recorrió todo mi cuerpo provocó un nudo en mi garganta.
Intensifique el beso, no quería dejar de besarlo, quería tenerlo conmigo para asegurarme que a pesar de todo, siempre estaremos juntos, pase lo que pase.
Posicionó sus manos en mi cintura pegando nuestros cuerpos separando sus labios abrazándome. Acomode mi cabeza entre el espacio de su cuello y su hombro oliendo su loción que tanto me fascinaba.
—Te quiero mucho. —coloco su cabeza entre mi cuello y hombro al mismo tiempo acariciando mi espalda. — Como lo quieras ver, te quiero. —se separó dejando un veloz beso en mis labios. —Nos vemos luego. —tomó su mochila yéndose.
También te quiero. Pensé.
Hey, hey, hey. yo.
Beep beep.
Hey, hey, hey, hey, hey, hey.
I see that I'm icy.
Perdón, jajajaja. A este punto en donde a llegado esta linda historia me provoca mucho nerviosismo, pero me emociona demasiado llegar al final. Jajajajaja.
Estaré de vacaciones por dos semanas, así que en esas dos semanas espero terminar If.
Así que si, haré mi mayor esfuerzo para actualizar, así que tendrán varias actualizaciones de mi parte.
Gracias. Los tkm.
YOU ARE READING
If • Jung Sungchan
Fanfiction¿Podremos diferenciar el amor hacia una amistad del amor hacia una pareja o no? Hyemi sin saberlo ha estado enamorada de su mejor amigo Jung Sungchan pero ella siempre se excusa con la típica frase "somos amigos nada que ver" pero ¿Sungchan le gust...
🍒: One relationship and another ...
Start from the beginning
