―He oído que es una noche importante para Josh ―comenta finalmente.

―Entiendo que me odies, pero Josh no tiene nada que ver en esto. Te pido por favor, te suplico ―añado dando un paso hacia él― que no hagas nada esta noche. Y mucho menos a la gente inocente que está esta noche aquí. Incluso Freddie está, ¿de verdad quieres que se desate una guerra ante sus ojos? Porque dudo que él esté enterado de tus negocios sucios, y la ignorancia es, desde mi punto de vista, una bendición. No le maldigas con la verdad. No volverá a ser el mismo, y sé que es importante para ti.

Carl me observa con aspecto relajado, inexpresivo. No logro descifrar si está enfadado, si vamos a salir por la puerta como entramos o si mi vida terminará aquí y ahora, sólo sé que no quiero arruinar la gran noche de Josh, que, encima, coincide con Navidad. Significaría arruinar las Navidades de estas personas no sólo un año, sino también los venideros, cargados de los recuerdos de lo que ocurra hoy.

―¿Alguna vez te habló Josh de cómo comenzó su amistad con Freddie?

Su pregunta me deja descolocada. ¿Ha venido hasta aquí para viajar por los recuerdos de su hermano?

―No estoy segura de estar entendiéndote ―confieso.

―No he venido a arruinar la noche de Josh, Katrina. ¿O debería llamarte Olivia? No estoy enterado del procedimiento cuando juntas tus dos mundos.

―Depende de si vienes como miembro del Golden con ansias de venganza o como hermano de Freddie.

―Más bien lo segundo. Josh evitó que mi hermano fuera un marginado en el instituto. Todos se reían de él porque tenía formas peculiares de vestir. Encima, en las fiestas destacaba por sus ridículos bailes, como ellos los llamaban. Josh nunca lo dejó sólo. Una noche se unió a sus bailes y, desde entonces, Freddie fue sintiéndose más cómodo con la gente. Josh se ha quedado a menudo en casa, o Freddie en la suya. Son prácticamente familia.

―¿Por qué me cuentas esto? ―pregunto con una sonrisa en la cara tras escuchar esa historia. Josh siempre ha sido una persona increíble.

―Porque confío en Josh y sé que no haría nada que perjudicara a Freddie, pero luego me entero que lo invita a una cena con todo el DreamClub presente.

―¿Insinúas que planificamos esto para herirlo? ¿Estás mal de la cabeza?

―¿Saben que es mi hermano?

―¿Quiénes?

―Tus coleguitas ―responde algo impaciente.

―No, ¿por qué iban a saberlo?

―¿No se lo has dicho? ―pregunta algo incrédulo.

―¡Claro que no! ―respondo indignada―. Él no pertenece a estos líos de bandas, o clubs, o lo que sea esto. Diablos, ni siquiera yo siento que pertenezca a vuestro mundo. Jamás metería a Freddie en esto, ni a ninguno de los que están aquí. Por si no lo has notado, hay más personas que no son del DC.

―Creí que irías a por él por haberte amenazado.

―Yo no soy como vosotros. Ni siquiera quiero saber nada más del Golden. Ahí fuera ―digo señalando la puerta― está una chica a la que violó el hombre que tanto adorabas. ¡La acosaba a todas horas! Ahora, al fin, es libre y puede salir a la calle sin temer por su vida. ¿De verdad puedes defenderlo después de ver ese vídeo?

―¿De qué vídeo hablas?

―¡Del que le presenté a tu jefe! La prueba del acoso sexual al que esa chica se veía sometida por Lion.

―No nos enseñaron ningún vídeo.

Harta de esta conversación, saco mi teléfono móvil. Él, al principio, se sobresalta, pero, al fijarse en que es un teléfono, vuelve a relajarse, aunque sigue algo tenso.

La chica nuevaWhere stories live. Discover now