Cat Scratch Fever (español y correjido)

Capítulo 10: La Nueva famila Bune y un nuevo aliado

Dragones rojos - reconocidos históricamente por su ferocidad y codicia, ninguno fue tan feroz ni codicioso como Ddraig Goch, el Dragón de Welsch. Conocido como el Dragón Celestial de la Dominación y el Emperador del Dragón Rojo, las historias de este tirano en particular son esencialmente los huesos del mito del dragón occidental. Dormía sobre un tesoro de oro robado, mataba cuando y a quien quería y custodiaba su tierra y su tesoro con un poderío inigualable. Con llamas que ardían eternamente y un poder que podía destruir incluso al más fuerte de los guerreros de la humanidad con facilidad, Ddraig de Gales era realmente una fuerza sin parangón.                   

Entonces llegó Albión.                   

Un venenoso dragón blanco del lejano oriente, sabio hasta la saciedad, y deseoso de ponerse a prueba contra el legendario Rojo. Albión era venerado como un Dios en su país natal, China, y, al igual que Ddraig, nunca había conocido un verdadero desafío.                 

Cuando los dos se encontraron, fue catastrófico. El mundo mismo se estremeció ante su choque. El suelo se partió, el cielo gritó, y los que tuvieron la mala suerte de estar cerca de su batalla fueron masacrados sin contemplaciones.
                   
Durante cuarenta días y cuarenta noches, el duelo continuó, los dos estaban igualados y disfrutaban de su rito de sangre. Habrían luchado hasta la muerte si no fuera por un error fatal. En su lucha ciega, tropezaron con otra guerra, la de las tres Facciones de la Biblia. Enfurecidos por haber sido interrumpidos, los Dragones Celestiales gemelos comenzaron un genocidio despiadado, asesinando a cualquiera que se interpusiera en su camino.
                   
Al final, sólo gracias a los esfuerzos combinados de las tres facciones, que culminaron con la muerte del propio Dios Bíblico, los dos Dragones pudieron ser sellados, encerrados en objetos de poder: los Engranajes Sagrados.                   

El Guantelete Rojo del Dragón de Gales, y las Alas Blancas de Albión. El Engranaje Impulsado y el Divisor Divino. Capturados para siempre dentro de sus prisiones de poder, los Dragones juraron luchar para siempre, sellando el destino de todos los que soportaran su poder...
                                                         
Issei no sabía realmente qué esperar cuando Sirzechs había dicho que iría al Inframundo. Desde luego, no esperaba unos jardines exuberantes ni un palacio ornamentado.                   

Issei y su compañía se encontraban en medio de una especie de "zona de aterrizaje" de teletransporte, como un helipuerto, pero de teletransporte. Delante de ellos había un jardín de arbustos recortado y mantenido por expertos, con prístinas fuentes de agua que proyectaban pulcros visajes de plantas en un excelente despliegue de hidroingeniería. En lo alto había un cielo púrpura lleno de nubes blancas, pero no se veía ninguna fuente de luz discernible.                   

Pero la verdadera maravilla estaba justo delante, más allá del jardín: un palacio, con empinadas paredes plateadas y sigilos mágicos de todas las formas y tamaños escritos arriba y abajo. De la parte superior colgaban estandartes con lo que Issei sólo podía suponer que era el escudo real del Diablo o algo similar, que caían casi en cascada hasta el suelo.
                   
"Esto es una locura", dijo Issei sin aliento, mientras disfrutaba de las vistas. Dragón o no, seguía siendo un niño de una pequeña ciudad japonesa. Estaba más que impactado por la cultura.
                   
Kuroka, que seguía firmemente agarrada a su brazo, tarareó en tenue desacuerdo. No tenía buenos recuerdos de este lugar. Miró a su alrededor con inquietud, medio esperando que la Guardia Real la emboscara.
                   
"Esto es Lillith, la capital del territorio del Diablo y la sede del poder en el Inframundo. Aquí es donde llevaremos a cabo su ceremonia". explicó Sirzechs, caminando hacia adelante. El grupo le siguió de cerca.
                   
"¿Qué va a pasar exactamente durante esta... ceremonia?" preguntó Issei, sintiéndose un poco nervioso.