Bajo la lluvia de Londres

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-Eleanor...

-No digas nada. -La rubia corto rápidamente.

Heather guardo silencio dejando que el aire y el sonido de los gansos en el estanque frente a ellas fueran lo único que quebrara aquel incómodo ambiente.

Heather miró nuevamente a Eleanor, quien había recargado su cabeza en su mano izquierda, tenía la vista perdida, la nariz roja y los labios en linea recta. Quiso hablar, decir algo para reconfortarla, sin embargo, el sonido de su teléfono alertando sobre una llamada entrante fue lo único que terminó con aquel pesado ambiente.

Eleanor parpadeo levemente en cuanto escucho el sonido del teléfono e inmediatamente palpo su abrigo para seguidamente notar que no era el suyo.

-¿Hola? -era Heather- Sí, si todo esta bien... Ya sabes como es ella, esta fascinada, ella esta enamorada de Cambridge -Eleanor la miró-... Sí, te extraña pero creo que se lo esta pasando bien, ella esta -y entonces Heather la miro-... Ella se lo esta pasando bien.

Eleanor trago fuertemente y se giro levemente tomando el teléfono y llevándose a la oreja.

-Hola cielo...

Heather abrió ampliamente los ojos dejando de escuchar a el hombre del otro lado de la línea y agudizó su oído para escuchar lo que la rubia decía.

-Ella... Ya sabes, le dije que le diera una oportunidad y creo que lo esta haciendo -Eleanor murmuró riendo levemente-. Sabes como es Clarisse, una McGovern en su totalidad.

Eleanor sonrió levemente y giro para ver a la mujer castaña que la observaba aún con el teléfono en su oreja.

-Si yo... Yo tengo que irme George. -Heather murmuró levemente sin apartar su mirada.

-Phillipe... Tengo que dejarte. -Eleanor hablo- Si, esta bien. Si yo...

-Te amo.

La respiración les falto en cuanto ambas pronunciaron aquello al mismo tiempo sin apartar la vista la una de la otra.
Las pupilas de Eleanor se dilataron notablemente y trago saliva en cuanto vio como Heather abrió la boca dispuesta a hablar.

Miedo.

-Deberíamos de ir a comer. -Heather murmuró tomando su bolsa y levantándose de la banca- Andando Lea.

Eleanor suspiro negando con la cabeza, se levantó de la banca, se acomodo el abrigo y el traje y observó el cielo antes de caminar.

El sol se había ocultado.

-Lloverá.

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-Muero de hambre... -Clarisse murmuró para si misma- ¡Adele! ¡¿Quieres ir por comida a la cafetería?!

La joven de potentes ojos azules observó a su compañera a unos metros de ella, la vio guardar el teléfono notablemente molesta y se asustó levemente al verla acercarse.

-¡Mi madre mintió! ¡El director de la facultad de ciencias no llegará al campus hasta pasadas las cuatro de la tarde!

Clarisse la miro confundida.

-¿Qué te molesta tanto? -se atrevió a preguntar.

-¡Ella! ¡Ella es tan...! ¡Ahhhh! -Adele cerró los ojos- Necesito encontrarla... Necesito encontrarla y luego llamaré a mi padre y...

-¿Por qué tienes tanta prisa? -Clarisse cuestionó.

-¡Tengo que hacerlo ahora!