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—¿Eleanor?

Heather se detuvo al ver que la mujer rubia se había detenido frente a aquella pequeña capilla, regresó rápidamente y se detuvo observándola confundida.

—¿Leo?

—Escuchas eso... El concierto de piano número 1.

—¿Tocas? -Heather cuestionó.

—Lo intento -Eleanor rio–. ¿Y tú?

—Soy maravillosa.

La mujer de cabellos rubios sonrió, la tomó de la mano y la arrastró hacia el interior de lo que al parecer era un estudio.

—¡Voilà!

La peinegra rio al ver aquel piano color negro frente a ellas.
Eleanor la soltó y rápidamente se coloco en el banco frente a él.

—¿Me dejarás?

—Bien, esta bien -Heather se coloco a su lado– ¿qué desea escuchar madam?

—¡Sorprendeme!

La pelinegra sonrió y seguidamente coloco sus manos sobre el piano comenzando a tocar.

... Take my hand
I'm a stranger in paradise
All lost in a wonderland
A stranger in paradise
If I stand starry-eyed
That's a danger in paradise
For mortals who stand beside an angel like you...”

Eleanor sonrió ampliamente al escucharla cantar, coloco sus manos sobre las teclas y decidió acompañarla en aquella canción.

“... I saw you face
And I ascended
Out of the commonplace
Into the rare somewhere
In space I hang suspended
Until I know
There's a chance that you cares...”

Heather la observó asombrada, una sonrisa se dibujo en su rostro al verla de perfil cantando, fue en ese momento que Eleanor giro para verla también y le sonrió.

Ella le había sonreído.

“... Won't you answer this fervent prayer
Of a stranger in paradise
Don't send me in dark despair
From all that I hunger for
But open your angel's arms
To the strangers in paradise
And tell us that we need be
Strangers no more...”

Eleanor le sonrió nuevamente obteniendo otra sonrisa como respuesta por parte de la ojiverde. Era su forma de comunicarse.

—¡Disculpen! -ambas se sobresaltaron al escuchar el reclamo a sus espaldas y apartaron rápidamente las manos del teclado– perdonen la interrupción ante su... Estupenda interpretación de arte, pero llevo horas intentado tocar a Tchaikovsky y escuchar a Tony Bennett de fondo no me ayuda... ¡Me siento avergonzado!

El silencio entre ambas se hizo presente, Eleanor observó a Heather y rápidamente ella se levantó de su lugar asustandola. Pudo verla acercarse a el joven y tomar sus manos analizandolas detenidamente.

—Cariño... Estas manos son de Rajmáninov... Deja a el pobre chico de cristal y enfócate en aprovechar estos grandes y largos dedos... Muchos deberían de envidiarte.

La mujer rubia a sus espaldas apretó los labios conteniendo la risa, sin embargo, al ver que aquel joven abrazaba fuertemente a Heather la sonrisa en su rostro se amplio inevitablemente.

—Gracias... Nadie nunca me había halagado -un gesto de ternura pasó por el rostro de la ojiazul–... Usted es una mujer afortunada...

Eleanor abrió ampliamente los ojos y justo cuando se preparo para contradecirlos, aquellos cascos negros y uniformes grises que pudo ver a través del vidrio de la ventana llamaron su atención.

Bajo la lluvia de LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora