Autumn

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Viento de otoño, tan fugaz como tú se fue mi amor”.
Masajo Suzuki.

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—Oh Dios... Mamá... Iremos a una universidad no a una junta de negocios ni a una sesión de fotos. -la joven de ojos azules reclamo al verla.

—Clarisse... Sube a el auto por el amor de Dios.

—¿Conducirás tú?

Su madre viró los ojos ignorandola y dio media vuelta, la joven ojiazul pudo ver como ella hablaba con su ama de llaves y seguidamente la vio alejarse.

—Mamá... Se hará tarde.

Su madre la ignoro nuevamente y cuando ella estaba decidida a abordar el automóvil por su cuenta, la mujer encargada de su casa apareció nuevamente con un abrigo color negro.

—Oh no, mamá...

—Toma, sube a el auto y pontelo.

Ella bufo tomando el abrigo y abordando el automóvil color negro imitando a su madre.

—Cinturón. -Su hija obedeció– Bien... Tardaremos solo veinte minutos, ya lo verás.

🔸

—Mamá...

—Oh dios -la mujer de cabellos negros cerro los ojos brevemente–... Lo pasé ¿no es cierto? Supongo que tiene que haber otro cerca...

—¡Mamá! ¡Mamá! ¡Ahí!

Los ojos color verde se abrieron ampliamente al ver aquel automóvil color negro acercarse, sin embargo ella apretó el acelerador en cuanto observó que el automóvil se estacionaba en el aparcamiento de enfrente.

—Vaya... ¡Lo logramos!

—Mamá, es tarde... Cinco minutos tarde. -Murmuró la joven de cabello castaño.

—Oh vamos Addie -Su madre murmuró al bajar del automóvil–. Vaya... En el primer intento, eso es un re...

—Lisse... Es tarde y el tiempo es horrible, debemos de darnos prisa.

Sin embargo aquella aterciopelada voz llamó su atención, giró levemente y sonrió con gracia al toparse con aquella mujer de ojos azules y labios delgados.

—Vaya... Seguramente es una mujer de alta sociedad que tiene quien haga todos sus deberes...

—Mamá, andando, es tarde. -su hija la tomó del brazo arrastrandola por los grandes caminos del campus.

“Cambridge”

La mujer de cabellos negros suspiro levemente al ver aquellas letras grabadas en la roca de la entrada.
Sin embargo, eso no fue lo único que llamo su atención, tanto ella como su primogénita fruncieron el ceño al ver como los padres a su alrededor murmuraban viendo a aquella mujer de cabellos rubios.

—¡Muy bien! ¡Hola a todos! ¡Bienvenidos a Cambridge!... Soy Oliver... Es un placer conocerlos y hoy los llevaré a recorrer esta maravillosa escuela. -El joven encargado de su recorrido llamó su atención silenciando los murmurllos.

Bajo la lluvia de LondresWhere stories live. Discover now