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Volkov y Gustabo se encontraban en el auto de camino a comisaría después de haber llevado a Horacio al colegio. Como previamente el rubio había sido suspendido, tendría que quedarse en el trabajo de sus padres hasta que se le levantara tal castigo. - Quédate en la oficina, por favor. - Le dijo Volkov mientras estacionaba el coche.

- Sí, papá. - Bufó Gustabo. Obviamente él no le haría caso, ya que le encantaba ir a molestar a los alumnos de su padre. Ambos entraron a comisaría. Volkov se fue directo a los lockers, y Gustabo se dirigió hasta la oficina del superintendente. Mientras caminaba por los pasillos se encontró al mismo oficial de antes.

- ¿No deberías de estar en la escuela? - Preguntó el castaño entre cerrando sus ojos.

- ¿Quién...?

- Pues tú. - Le dijo el más alto.

- ¿... te preguntó? - El rubio sonrió y siguió su camino dejando al oficial atrás, quien se quedó con ganas de encerrarle en los calabozos. Lástima que era el hijo de su superior.

Gustabo entró a la oficina y se sentó en la silla giratoria de su padre. Observó si había algo nuevo o interesante en aquel escritorio, pero nada. Comenzó a abrir cajones, donde solo habían carpetas y carpetas llenas de documentos, antes de cerrar el cajón pudo ver al fondo de este un par de llaves, las tomó extrañado y las examinó. Éstas se veían viejas y en mal estado, se preguntaba que podría abrir con éstas. - ¿Ya desayunaste? - La voz gruesa de su padre le asustó. Guardó las llaves en el bolsillo de su pantalón y se incorporó en la silla.

- Sí... - Le dijo sin ganas, pues aún seguía algo enojado por lo que había pasado el día anterior. Jack se puso de pie enfrente de él, sin querer lo intimidó un poco. - ¿Qué?

- Hoy vendrás conmigo a patrullar. - El rubio sonrió de oreja a oreja, ya que le emocionaba este tipo de cosas. - Te espero abajo. - Le avisó. Gustabo se puso de pie tan rápido como su padre cruzó la puerta. La verdad no le emocionaba la idea de ser policia, le aburría tener que seguir órdenes y leyes. Lo único que veía de interesante en este trabajo eran las persecuciones al finalizar algún atraco, secuestros y atentados. ¿Tendría suerte de presenciar alguno?

Ya en el auto, Gustabo escuchaba música mientras la tarareaba. Jack solo pensaba en lo que había pasado la noche anterior.

- ¡CUIDADO! - El grito de Gustabo hizo que Jack frenara en seco, por poco y chocan con el tren. - Joder, que susto... - Gustabo se tocaba el pecho, sentía como si se le fuese a salir el corazón.

- Ya se te está haciendo costumbre maldecir, a la próxima quedarás sin dientes. - Le regañó Jack. Gustabo solo giró los ojos.

- ¿Así como haces con papá? - Jack se quedó en silencio. - A cambio de él, yo si me puedo defender...

Jack soltó una breve risa. - ¿Ah, sí? Quisiera ver eso. - Sonrió de lado. - Ya sé que haremos hoy. - Gustabo observó atento como su padre puso la ubicación a la playa. Le extrañaba que haya escogido ese lugar, pero no iba a hacer ninguna pregunta al respecto ya que tenía un mal presentimiento.

[...]

El menor de los hermanos se encontraba coloreando un dibujo de Mika, el gato de su padre. Se atrevería a decir que quiere más al gato que a él y a su hermano. - Ya vuelvo. - Les avisó la maestra a sus estudiantes. Horacio se tensó al ver como salía del salón dejándolos sin supervisión.

- ¿Eso qué chingados es? - Le dijo un niño de cabellos negros, y tez morena acercandose junto a su hermano, que a duras penas y podía diferenciarlos.

- Chale, está bien feo. - Se rió otro que estaba a su lado. Horacio cerró su cuaderno mientras fruncia el ceño. Siempre esos dos solían molestarle, no era justo. Él nunca les hacía nada.

I Deserve Better [Volkway]Where stories live. Discover now