La ISLA ASI

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Llegar a la bendita isla es todo un espectáculo. Primero tuvimos que tomar un avión privado hacia Gardenville, viajar en bote hasta un Yate en medio del océano, para que este nos trasportara por fin a la Isla de la ASI. Me quede sorprendida al ver el lugar. Esa como una ciudad reducida y puesta ahí. El lugar era muy hermoso, lleno de palmeras y vegetación por todos lados. Theo me llevo hasta el edificio central donde se suponía debíamos registrarnos. Alado de este estaba el segundo edifico, o como ellos lo llamaban el centro de entrenamiento. Las personas del lugar no vestían otra cosa que no fuera color negro gris o blanco. Según me explico Theo, no había muchas personas en la isla. Como máximo unas cien, entre entrenadores, directivos y agentes nuevos.

Era como un pequeño campus escolar para agentes secretos. Los únicos edificios eran el centro de entrenamiento, el edificio principal, donde estaban todas las oficinas y donde se guardaban las provisiones, cada semana llegaba un barco cargado de comida y ropa. Las demás construcciones eran casas, no había más. Si alguien se accidentaba había un pequeño hospital en el centro de entrenamiento.

Cuando terminamos, un auto tipo carrito de golf nos llevó hasta donde sería nuestro nuevo hogar. En realidad llegamos en menos de un minuto, pero fue bueno no tener que usar las piernas. Pude ver como todos parecían estar muy felices es ese lugar. Caminaban por las calles tranquilas, era como una Woodplace en pequeño, pero llena de agentes secretos en entrenamiento y con menos edificios enormes.

−Esto es increíble

−Pues me alegra que te lo parezca ya que viviremos aquí un buen tiempo

−Theo, ¿No crees que mi familia deba de saber que estoy bien?

−Entre menos sepan de ti es mejor Sweetchild

−Los extraño, y no ha pasado tanto tiempo

−Es normal

−¿Nancy y Tom saben que estas aquí?

−Si, ellos estarán bien

Nos alojamos en una pequeña casa que tenía lo necesario, una cocina, una cama grande, una sala, baño y un pequeño cuarto de baño.

−Ellos se pudren en dinero y estas casas no pueden ser más grandes –se quejó Theo

−Está bien para mí

−Pues para mí no, siento que me ahogo

−No es tu penthouse pero servirá

−¿Puedo dejarte aquí un momento?

−¿A dónde vas?
−Tengo que ir al centro de entrenamiento

−¿Para?

−No puedo estar aquí sin hacer nada, me han asignado un grupo de agentes a los cuales tengo que entrenar

−¿Vas a ser su maestro?

−Entrenador Grace –respondió riendo

−¿Puedo ir?

−Claro pero… ¿Por qué querías venir?

−Quizá pueda ser una agente ¿Qué opinas?

Sus ojos se abrieron grandes, como si le hubiese contado una película de terror muy fea. Se acercó a mí y me rodeo con sus fuertes brazos.

−Tu no perteneces a este mundo Grace

−¿Y porque no?

−Es peligroso

−Tú lo haces

−Mi historia es diferente

−¿Dices que porque no tengo un pasado cruel no puedo ser agente secreto?

La persona que amo 2 ©Where stories live. Discover now