Ahora, un mes después todo era un poco más sencillo. Además de ser padre soltero temporal, había aprendido con Seokjin bastante de jardinería y agricultura. El mayor se empeñó en enseñarle al verlo tan decaído y encerrado con los niños los primeros días sin su alfa. En ese mismo tiempo adquirió como pasatiempo hacer algo de alfarería por pedido nuevamente de Seokjin. En estas clases conoció a una linda omega de la manada con la cual hablaba cada vez que podía. Al tener dos cachorros que aún no cumplían el año y de por sí muy traviesos, su tiempo era prácticamente escaso.

A penas había podido sembrar algo en su pequeño huerto. Solo algunas fresas, zanahorias y tomates que por lo que veía crecían bastante bien. La idea era empezar por algo pequeño mientras su tiempo fuera escaso.

Por el lado de la alfarería, no había hecho más que unos cuantos vasos y un plato algo extraño. Los cachorros demandaban tiempo y él no era un mal padre, para dejarlos a su suerte y poner absoluta atención en sus pasatiempos.

Se dijo que no iba a seguir por el momento con las clases de defensa hasta que Jungkook no volviese. Confesaba que algunas veces intentó ir hacia la cabaña con tal de verlo unos minutos, lo extrañaba demasiado y esperaba de corazón que todo estuviera yendo bien para él. La cama era muy grande para él así que había días en los cuales los cachorros terminaban durmiendo a su lado.

Necesitaba abrazar y a veces la almohada se tornaba fría y no era suficiente, no para lo que estaba acostumbrado. Jungkook normalmente lo abrazaba toda la noche y lo mimaba, así que, qué mejor que sus dos bebés, no recibía mimos pero le hacían una linda compañía, además los abrazaba a su antojo.

Estaba feliz de tenerlos. Ainara y Elian eran dos pequeños demonios, no era un secreto para nadie, apenas completaban los nueve meses y si no le ha dado una úlcera es porque su paciencia milagrosamente sigue intacta. Hacen desastres, pelean, lloran y son muy inquietos. Cuando se pasan de la raya los manda a su rincón, y cuando ha pasado un tiempo considerable, ambos intentan que su enojo pase. Son dos bebés lindos después de todo.

Cada vez que miraba a Elian no podía evitar pensar en Jungkook. No habían tantos rasgos suyos en su bebé a parte de ese lunar en la nariz y la sonrisa cuadrada que poseía. Además de eso, era la viva imagen infantil de su alfa y se le hacía demasiado tierno.

Ainara por otra parte, se parecía mucho más a él, su actitud y comportamiento gritaban por todos lados "¡Taehyung!" aunque lo único que veía de su alfa en ella era la nariz. Sus ojos por otra parte, le seguían llamando mucho la atención debido a que él poseía ojos grises y Jungkook negros. La única explicación que daba era que haya sacado los ojos de su madre.

No dudaba que en el futuro ambos serían unos chicos hermosos y bien portados. Ambos se encargarían de criarlos bien.

Caminaba en dirección a la casa de Seokjin, este lo había invitado a pasar una tarde juntos, luego de que ambos estuvieran bastante ocupados con sus propios que haceres. Los cachorros iban en sus brazos, debido a que se le antojaba llevarlos así, estos balbuceaban y reían cada vez que veían a su papi hacer muecas divertidas para ellos.

Iba a tocar la puerta, cuando esta se abrió antes de que lo intentara.

-Hola Taehyung- saludó cortésmente Eunwoo al omega, mientras acariciaba la cabeza de los dos pequeños-. ¿Vienes a pasar la tarde con Seokjin?

-Bueno, sabes que mis visitas no son especialmente cortas- Eunwoo se movió rápidamente para darle paso al omega y que este ingresara rápidamente al lugar.- pero si, Jinnie hyung me invitó.

-Entonces creo que yo sobro aquí- el beta se despidió con un beso en la mejilla del omega que iba entrando a la sala feliz de ver a su lindo amigo.

🍃Solitario 🍃 OMEGAVERSE [KOOKV]Where stories live. Discover now