capitulo 22

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Clara no era tonta, sabía que algo no andaba bien; conocía a su hija lo suficientemente bien como para ver su expresión triste y confusa. La mujer se quitó el abrigo y lo colgó, se acercó al sofá y se sentó junto a ella.

- ¿Qué pasó, querida? - preguntó dulcemente, porque no quería asustar a su hija de ninguna manera. Lauren torció la esquina de sus labios y negó con la cabeza.

- No lo sé, mamá. - dijo ella, tratando de discernir lo que estaba pasando.

- ¿Por qué esta carita triste?

- Yo ... - Sus ojos verdes se encontraron con los de su madre y por un momento se sonrojó, apartando la mirada de cualquier otro lugar. - No sé qué me pasa.

- Intenta explicármelo, ¿eh? Quizás pueda ayudarte. - Dijo Clara, al ver que Lauren se volvía hacia ella y asentía.

-- Está bien. - Dijo, dejando caer sus hombros. - Desde que desperté en el hospital me gusta la presencia de Camila, mamá. - confesó ella. - Pero no es lo mismo antes, con mis amiguitos de la escuela, ella es una amiga diferente.

-- ¿Diferente como? - preguntó Clara, ya teniendo una ligera idea de lo que era, pero aún con ganas de saber de su hija.

-- Yo no sé. - Dijo en un suspiro frustrado. - Me gusta colorear, pero luego de repente dejo de prestar atención al dibujo, recuerdo cómo sonríe cuando me cuenta una historia. Estoy confundida; Yo ... - Su voz se perdió cuando empezó a negar con la cabeza y sus ojos empezaron a temblar, sus pestañas parpadearon y resopló de irritación.

- Cálmate, hija. Preguntó Clara, tomando una de las manos de Lauren y acariciándola.

- No. Yo ... no me gusta eso. Camz está enojada conmigo por eso. - Dijo parpadeando aún más, su rostro ligeramente enrojecido por la furia de sí misma.

- ¿Está enojada? - preguntó Clara.

-- Yo creo que sí. Lauren dijo, suspirando profundamente. - Vi algunas películas donde dos personas se besaban. - Explicó, comenzando a jugar con los dedos de su madre, Pero eso no le importaba. - Y entendí lo que sentía cuando estaba cerca de ella. Eso es lo que quería hacer, pero antes no lo sabía.

- ¿Y le dijiste eso?

- No. Se lo demostré. - Dijo, mirando a su madre con expresión llena de culpa. - ¿Llamala y disculpate por mí? Prometo con el dedo meñique que no volveré a hacer eso. - Habló un poco nerviosa. - Mamá, te juro que guardo mi corazón en la caja de los secretos del corazón y ya no lo hago, pero pídele a Camz que no se enoje conmigo, por favor ...

- Cariño, ¿la besaste? - Clara todavía estaba atrapada en esa información, boquiabierta y demasiado sorprendida para decir algo más.

- Yo ... no sé qué me está pasando. - Dijo ella con tristeza. - Mi cerebro se rompió en una de las cirugías y nunca volvió a la normalidad, mamá.

- Cariño, lo que te está pasando es absolutamente normal. - Explicó suavemente. - Y apuesto a que Camila no está enojada, tal vez sorprendida.

- Me dijo en el hospital que también siente las flores. - Confesó cabizbajo. - Pensé que ella ... pensé ... - resopló. - No sé lo que pensé. No me gusta tener el cerebro roto. Clara se rió y acarició el cabello de Lauren.

- Tu cerebro no está roto. Deja que mamá te cuente algo. Clara se sobresaltó pacientemente. - Cuando conocí a tu padre, me sentí exactamente como tú: confundida. Pensé en él todo el día y en cómo reaccionaría ante algo que le dijera.

- ¿Sentiste las flores con papá?

- ¿Pequeñas flores? - preguntó Clara.

-- Si. Nacen por todos lados. En el corazón, porque late muy rápido. - Explicó con toda paciencia, haciendo sonreír a su madre. - En el estómago porque le da vueltas como loco. ¡Ah! También nacen en los pulmones, porque mamá, te juro que es difícil respirar normalmente cuando Camz está muy cerca. ¿Camz es una semilla? - Divagó confundida. - ¿O jardinera? - Clara se rió.

-- Si querida. También sentí las flores con tu padre. Y déjame contarte un secreto ... - susurró esta vez. - Todo el mundo tiene a alguien que hace florecer las flores.

-- ¿Todo el mundo? ¿Incluso Camz?

- Sí, si ella misma te dijera que las flores también nacen en ella cuando está contigo ...

- Madre, ¿Si no siente las flores? Camz se enojó, estoy segura. Se fue después de decir que vería Cenicienta conmigo.

- No tengo esa información, cariño, pero ¿por qué no esperamos mañana para hablar con Camila y ver si se enojo?

- ¿No la vas a llamar? Solo para ver si no cayó en la nieve. Me dijo que siempre se caía en la nieve. ¿Y si se lastima? Clara sonrió ante la preocupación de su hija.

-- No te preocupes. Esperaremos mañana. Creo que alguien necesita tiempo, ¿de acuerdo? Lauren asintió con la cabeza, acostada en el regazo de su madre.

[...]

Camila se pasó las manos por los brazos, deshaciéndose del exceso de nieve que había impregnado su cuerpo después de resbalar. Siempre se deslizaba frente a su casa, era como una maldición.

Se maldijo a sí misma por no usar guantes, después de que todos sus dedos le dolían tanto que tenía frío. El sonido de la puerta abriéndose hizo que Camila mirara hacia arriba, viendo a Dinah protegida de la cabeza a los pies.

- No me digas que volviste a caer, Chancho. - Dijo Dinah, al ver a Camila asentir. - Cielos, necesito comprarte un casco como regalo de Navidad, porque te juro que en cualquier momento te caerás, te golpearás la cabeza y morirás.

-- No exageres. - dijo Camila, caminando hacia la entrada de la casa y sentándose en el primer y único escalón frente a la puerta.

- ¿No vas a entrar? Preguntó Dinah, arqueando una ceja.

- Junior y Wilker están en casa, los conozco. Querrán ir a beber y yo solo ... quiero estar sola. - Confesó, ajustándose el gorro de la blusa en la cabeza. - Vas a ver a Mani, ¿no? Mándale un beso de mi parte. Dinah suspiró y se sentó a su lado, ignorando la nieve helada que llegaba a su trasero.

-- ¿Qué paso? Preguntó Dinah, notando cómo el vapor salía de su boca debido al frío.

- Solo necesito pensar en algunas cosas. - respondió ella con una media sonrisa.

- ¿No cuidarías de Lauren por Clara? - Camila asintió.

- Ella ya ha vuelto. - le explicó.

- ¿Y qué pasó para estar así? - Camila no intentaría negarlo.

- Ella me besó. Los ojos de Dinah se abrieron con sorpresa.

- Vaya, ella fue más rápida que yo con Normani. Me gustó esta chica. - Dijo riendo, pero la expresión de Camila la hizo dejar de reír. - ¿Qué diablos hiciste? - Camila se encogió de hombros.

- Su madre llegó unos segundos después y yo me fui.

- ¿Y dejaste a la chica ahí? Confundida ...

- ¡No sé qué hacer, Dinah! - declaró Camila mirando la nieve en el suelo. - Tiene la mente de un niño. Esto está mal; Siento que me estoy aprovechando.

- Según tengo entendido, ella tiene la mentalidad de una niña, solo sabe hasta dónde vivió. -- Dijo. - Si ella te besó, probablemente, su cuerpo le advirtió a la mente que lo quería, entonces su mente está totalmente de acuerdo con  eso.

- Ella es tan ingenua, tan increíble e inteligente. - señaló Camila. - Me temo que esto es solo curiosidad, algo que vio en la televisión y quería saber cómo era. Tal vez ni siquiera comprenda el significado real ...

- Estás teniendo miedo. - Dinah la interrumpió.

- Bueno, de hecho lo tengo, pero ¿qué puedo hacer? -- Preguntó. - Realmente me preocupo por ella y por alguna razón no puedo sacarla de mi cabeza. - le confesó. - No quiero establecer expectativas y luego romperme en pedazos.

- Bueno, qué suerte entonces que tengas paciencia, porque por la forma en la que te miró en el hospital, también significas mucho para ella.

-- Lo sé. - Dijo en un suspiro confuso. - Solo quería saber si esto va más allá de una amistad.

En un Parpadeo ~TraducciónWhere stories live. Discover now