capítulo 1

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El día en el que los conocí

Odio estar solo, las personas de la villa son agradables y de vez en cuando se pasan a verme y jugar un rato conmigo, pero al final del día sigo estando solo

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Odio estar solo, las personas de la villa son agradables y de vez en cuando se pasan a verme y jugar un rato conmigo, pero al final del día sigo estando solo. Ese día iba a llegar el abuelo, él lo prometió, dijo que vendría a verme.

Yo me paseaba por la villa buscando algo que hacer, pero termine en el bar de Makino como siempre. Hace un tiempo había conocido a unos piratas muy agradables, el capitán me prestó su sombrero y prometimos que se lo devolvería cuando sea un gran pirata. Porque ese es mi más grande sueño ser un pirata. Quiero ser el rey de los piratas. Shanks, así se llama. Ese hombre me salvó la vida, estoy en deuda con él, por eso cuidaré del sombrero con mi vida, y me convertiré en un gran pirata, quiero que se sienta orgulloso de mí.

Estuve en el bar un par de horas hasta que llegó el abuelo. Él dijo que me llevaría a un lugar, donde cuidarían de mí a partir de ahora. En el camino yo le comentaba sobre mi sueño y sobre Shanks.

— Olvídate de esa estupidez de ser pirata.

— Oye suéltame— Grité, pues estaba tirando de mi mejilla muy fuerte.

— No solo te comiste una fruta del diablo, ahora también estas diciendo tontearías. Luffy, tú y Ace se convertirán en los marines más fuertes.

— Duele, duele, maldición. Soy de goma ¿por qué me duele? Suéltame, abuelo.

Sí, eso no mencione, yo, soy un niño de goma, comí una fruta del diablo que le pertenecía a Shanks y ahora puedo estirarme, pero ya no puedo nadar.

— Fue un error dejarte en la villa ahora resulta que quieres ser pirata. Que estupidez. No puedo permitir que seas amigo de Akagami Shanks.

— Yo quiero ser... — dije mientras me sostenía de un árbol para que dejara de tironearme—...un hombre fuerte como Shanks.

En cuanto llegamos a una pequeña casa algo alejada de la villa mi abuelo tocó la puerta y una mujer salió muy enojada pero se calmó en cuanto vio a mi abuelo, yo empecé a recorrer los alrededores de un lado a otro pues nunca había estado ahí y tenía curiosidad, hasta que mi abuelo me tomó y me hizo saludar.

— Saluda Luffy

— Yo!

— ¿Quién es el niño?— Preguntó un hombre grandote.

— Es mi nieto.

Ellos siguieron hablando y yo seguí mirando el lugar hasta que sentí que algo golpeó mi mejilla. Era saliva, totalmente asqueroso. Vi al responsable sobre un árbol, me miraba como si él fuera superior a mí.

— ¡Oye, tú! Discúlpate. Esto es asqueroso.

— ¡Ace! Luffy él es Ace. Es tres años mayor que tú. A partir de ahora vivirán juntos. Compórtate.

Ese Ace hizo que me enojara mucho, él me escupió. Le volví a decir que se disculpara pero simplemente me ignoro y entro en la casa. Poco después lo busque por toda la casa pero no lo encontré hasta la hora de comer, donde me entretuve hablando con la vieja y no puede acercarme a él. Después de comer lo vi salir así que fui atrás de él. A pesar de que le pedí que se detuviera, no lo hizo sino que ponía obstáculos para que yo no lo siguiera pero no me rendí, todos los días, a partir de ese, durante tres meses, fue igual hasta que un día logre alcanzarlo. Yo realmente quería ser su amigo, yo no tenía a nadie más que mi abuelo, y ya no quería estar solo. Ese día, cuando por fin pude alcanzarlo, lo vi con otro niño, y pensé que podríamos ser amigos los tres. Pero al parecer ellos no querían ser mis amigos, no entendía mucho, pero entendí bien que querían matarme por haber encontrado su refugio. Yo suplique para que no lo hicieran, para que no me tiraran al agua pues yo no podía nadar.

Al parecer grite mucho y muy fuerte pues unos hombres vinieron y me amenazaron para que les dijera dónde estaba el tesoro de Ace y el otro chico, que si no mal recuerdo se llama Sabo, yo les mentí y les dije que no sabía, no sé cómo hicieron pero se dieron cuenta de que no les había dicho la verdad, tal vez ellos también habían comido alguna fruta del diablo y podían detectar mentiras. Me llevaron con ellos y me golpearon para que hablara pero yo no lo iba a hacer. Si quería ser amigo de Ace y Sabo tenía que guardarles el secreto. Luego casi al anochecer, Ace y Sabo fueron a salvarme, y eso me hizo muy feliz. Aunque llore mucho. Estaba muy asustado. Ace y Sabo hablaban entre ellos pero yo no les prestaba atención porque estaba llorando, al menos así era hasta que Ace me grito.

— ¡Eres una molestia! ¡Ya cállate! ¡Siempre estas llorando! ¡Lo que más odio son a los malditos mocosos llorones!

En ese momento, en cuanto escuche eso, deje de llorar abruptamente. Sostuve mi llanto con todas mis fuerzas. Y el parecer ellos se sorprendieron por eso.

— Gracias... — dije y ellos se miraron entre sí. Yo ya no pude más y volví a dejar salir mis lágrimas—...Por salvarme.

— ¡Oye! —Me grito Ace y Sabo intento calmarlo

— Tranquilo, solo está agradeciendo.

— Además, ¿Por qué no hablaste?— Volvió a gritarme Ace— A ese tipo no le importa tener que asesinar mujeres o niños.

— Si hablaba, no podríamos ser amigos— Dije yo bajito.

— Eso es mejor que morir, ¿Por qué insistes en ser mi amigo?

— Es que... — Mi voz aún era baja.

— ¿Entiendes los problemas que nos causaste? ¡Todo porque empezaste a seguirme!— Ace seguía y yo me sentía impotente y triste.

— Es que...—Volví a decir esta vez con la voz temblorosa y un poco más fuerte. En ese momento grite— ¡Es que no tengo a nadie más! No puedo regresar a la Villa Fuusha, odio a los bandidos de la montaña, ¡Si no te hubiese seguido estaría solo! ¡Estar solo es lo más doloroso!

— ¿Y tus padres...?— Pregunta Ace

— Solo tengo a mi abuelo.

— ¿Sería más fácil para ti si estoy a tu lado?— Volvió a preguntar a lo que yo afirme— ¿Y sería difícil para ti que yo no estuviera?— Una vez más afirme— ¿Tú quieres que yo viva?

— Claro que si—Le respondí firme a pesar de no estar seguro de a qué se refería.

— Ya veo, pero yo odio a los mocosos llorones como tú.

— Yo no soy un llorón, ¡Yo soy fuerte!

Ace y yo empezamos a discutir pero Sabo nosdetuvo. A partir de ese día Sabo empezó a vivir en la casa de la vieja Dadanjunto a Ace y yo. Y a partir de ese día, Ace, Sabo y yo pasamos todos los díasjuntos. Desde el día en el que los conocí, ya no me sentí solo.

 Desde el día en el que los conocí, ya no me sentí solo

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Yellow Lil

Lazos Rotos - ASLWhere stories live. Discover now