I ~ Capítulo 12 - "Un mal recuerdo"

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Ángel deshacía el nudo de su corbata por tercera vez porque le había salido chueco, nivelo el tamaño de ambas partes de la cinta y pasando el lado grueso sobre el delgado intentaba volver a hacer un buen nudo.

Astrid por su lado se encontraba peinando su desastroso cabello, era lo único que le faltaba pero nadamas no encontraba una manera de que tres cabellos de la parte de su nuca tomarán lugar y no se pararan pero parecía una misión imposible. Con su peine en mano camino dos habitaciones a la izquierda y tocando la puerta abierta de la habitación de Ángel se preparaba para pedirle un poco de esta crema que Ángel utilizaba para peinarse.

—que bueno que estás aquí, ¡Mi dedo se está muriendo, ayúdame! —grito su clon desesperado al ver que su dedo comenzaba a tornarse morado porque había quedado atrapado entre su nudo de corbata. Astrid corrió a deshacerlo mientras se burlaba de su hermano. —parece que las corbatas no son para mi —Ángel boto la corbata en el cajón del que la había sacado —¿Cómo es que a ti siempre se te dio hacerlo?.

—solía prácticar con la corbata de pequeños lunares negros de papá —recordó Astrid su arduo trabajo de enseñanza con la corbata favorita de su padre —¿recuerdas cuando no me la quité por toda una semana?.

—ni si quiera para ir a la escuela cuando teníamos deportes —se burló Ángel al recordar la ridícula escena de Astrid jugando fútbol en la primaria con una corbata en su cuello. —¿recuerdas también la vez que intercambiamos puestos por un día entero y mamá se volvió loca? —Ángel tocó una cortada en el corazón de Astrid y lo noto cuando él se encontraba riendo solo.

—fue el único día en el que la vi comportarse como mi madre —dijo Astrid con un tono de melancolía.

—Astrid, yo sé que te quiere —una sonrisa de su hermana lo hizo sonreír también aunque no sabía el motivo —es tu madre y una madre siempre ama a sus hijos —decidió continuar.

—la excepción a eso se llama Cristina Owen —recitó el nombre de su madre con normalidad aunque en su corazón se sentía la tristeza de ser rechazada por su madre.

—no digas eso Astrid, te prometo que ella te ama.

—ambos sabemos que tú eres el hijo querido, el planeado, yo solo soy un bonus no requerido —sonrió Astrid de manera fugaz, Ángel se sentía mal por su hermana ya que él contaba con el cariño de su padre y el amor desbordante de su madre y por el lado de su hermana solo compartía el cariño de papá.

—¿Por qué tú no estás vestida de traje? —pregunto Ángel cambiando de tema mientras desabrochaba el primer botón de su camisa. 

—es una reunión regular de la empresa, no es necesario —dijo Astrid repasando lo que tenía puesto: una camisa blanca con la tira negra en la que se encontraban los agujeros para los botones, simulando una corbata. Unos pantalones de mezclilla negros y sus casuales tenis blancos. Ángel al mirar lo más común que estaba vestida su clon decidió quitarse el saco y desabrochar el segundo botón de su camisa.

°°°

Astrid estaba en la entrada del pequeño jardín en el que estaban por esta ocasión, esperando a Ana que como en cada reunión de la empresa Fergustec ella llegaba con sus padres. Roberto Cabrera era la mano derecha de Max, era un hombre inteligente y capaz de llevar a su mando las empresas de su amigo pero la pared que lo detenía era el socio Cristian que no se llevaba nada bien con el padre de Ana quizá porque para Max quien era el más capacitado era Roberto y Cristian solo era quien proporcionaba dinero para los proyectos. Mariana Hernández era un gran ejemplo de belleza estereotipada, y Ana había heredado gran parte de esta con excepción por parte de los genes de su padre que también eran rasgos lindos los que le había otorgado. Aparte de eso Mariana era igual de inteligente que Roberto, ella también era una mujer de negocios. Era conocida en la ciudad como la mejor coordinadora de eventos.

Al verla bajar del auto plateado se acercó a ofrecerle su brazo para acompañarla hasta adentro, su madre le había prohibido rotundamente ocacionar escenas que la pusieran en evidencia como una mala madre y ejemplo, pero a Astrid poco le importaron sus amenazas y con la frente en alto por tener del brazo a la más perfecta mujer, camino presumiendo la chica que le había dado el si hace tiempo.

—¿Cómo te fue con tu madre? —se notó Ana interesada por como había resultado el gran problema en el que se habían metido.

—me prohibio estar contigo pero mi padre me defendió —le regaló una sonrisa.

Los padres de Ana se habían tomado su relación con Astrid tranquilamente, para ambos la persona que haga feliz a su pequeña los haría felices a ellos, y sin duda no encontraban alguien mejor para su única hija.
Ana miraba a Astrid llenarse la boca con los bocadillos que los meseros no paraban de traer, ¿Su escusa para comer de esa manera?, Era que eran muy pequeños como para llenarse. Ana no sabía porque de pronto esa chica con actitud valiente de repente se había ganado su corazón, quizá la razón era que Astrid siempre la hacía sentir protegida y amada, o porque la sonrisa que le dedicaba con cariño todas las mañanas en la entrada de la escuela le calentaba el pecho sintiendo que jamás quería apartarse de ella, excepto para ir al baño y ese era el momento, caminó hacia el baño, había tomado demasiado jugo del que el mesero no paraba de ofrecer. Una voz a lo lejos la detuvo, no podía ser, ese horrendo hombre estaba ahí, ¿Qué hacia allí?. Se preguntaba al mismo tiempo que intentaba correr al baño para evitar toparse con él.

Cristina no podía parar de presentar a la bellísima novia de Ángel con todos los presentes en la reunión y aunque a Victoria no le molestaba, por el lado de Ángel parecía molesto porque no había tenido ningún tiempo a solas con su adorada novia.

—¿Y quién es la de vestido amarillo que miraba tan tiernamente a su hija? —un invitado de gracioso bigote preguntaba diriendo fugazmente la mirada a Cristina.

—es solo la hija de Roberto Cabrera un empleado más de mi marido —respondió deseando que se cambiara de tema.

Astrid había perdido de vista a Ana, le había dicho que solo se dirigía al baño pero eso fue hace diez minutos. Camino con paso rápido con dirección al fondo del jardín en donde se encontraban los baños pero la repentina plática de su madre con un hombre de bigote peinado la detuvo.

—pues que forma tan más linda de mirar a la hija de sus jefes —parecía que aquel hombre era un chismoso de lo peor o notaba la incomodidad de Cristina al hablarle de ese tema y solo deseaba molestar.

—solo es su amiga —dijo Cristina cansada buscando cualquier escusa tonta para alejarse del bigoton.

—no es sólo una amiga —Astrid apareció metiéndose en la charla, con una mirada de coraje y ruego sabía que su madre no quería que continuará con lo que claramente iba a decir —ella es mi novia.

Su madre la miro con más odio de lo que normalmente lo hacía, algo que la -no tan joven- Cristina Owen odiaba más que su labial favorito se dañará batiendose en su misma tapa, era que destruyeran su imagen frente a la sociedad, esa imagen que tanto le había costado creear de mujer hermosa, joven e incluso de buena madre. Tomo a Astrid del brazo y jalandolo con suficiente fuerza Astrid sentía que este llegaría a salirse de su lugar.
Le reprochó que hubiera dicho eso frente de Matías, Don bigotes, como solía decirle Astrid de pequeña. Para Cristina ese era el fin de su vida porque ahora todos sabrían qué tenía una hija descarriada que adoraba besar cuanta mujer se le pusiera en frente, cosa que a Astrid le parecía exagerado, Matias era chismoso pero jamás diría que le gustaba andar besando sin pedir permiso.

Tras el hombro de su madre logro divisar una sombra, una horrible sombra que se paseaba como si nada dando vueltas y saludando a todo invitado deteniéndose con Cristian y Alex. Un mal recuerdo asalto la mente de Astrid alterando su interior al darse cuenta que Ana ya había tardado más de lo normal en aquel baño. Cristina intento llamar su atención de nuevo con más regaños pero Astrid paso de ellos e ignorando la bonita plática con su madre, corrió hacia el final del lugar con dirección a los baños.

Más Allá Del Olvidó  [I]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα